Vacaciones para Ivette

Una comedia aceptable que resulta algo inferior en calidad a las películas anteriores del gran José María Forqué y que logró su objetivo de establecer mediante una ligera línea argumental las diferencias de mentalidad entre la fabulosa y pintoresca Francia y la España de aquellos años 60 dado que las situaciones resultan bastante creíbles y el desarrollo carece de demoras para así mantener atento al espectador. El guión carece de los defectos que algo más tarde fueron habituales en los guiones de Pedro Masó pero la película resulta modesta a pesar de que tiene aciertos. Algunas escenas tienen gracia y especialmente aquellas en las que los amigos del chico protagonista muestran interés por la chica francesa después de ser presentada de una forma típicamente española. El reparto no es debidamente aprovechado y en el figura una actriz que venía de la generación de los años 40 y que generalmente solia imprimir encanto a sus papeles como era Luchy Soto. Obviamente destaca desde el primer momento la agradable fotogenia de Catherine Diamant. El propio Forqué declaró que en esta cinta tenia muy poco que aportar. El resultado conseguido es discreto pero relativamente elogiable dada la época decorosa a la que pertenece. Generalmente las comedias de esta época aunque resulten algo insípidas tienen la virtud de ser elegantes. Esta comedia dentro de sus limitaciones por lo menos pretende ser simpática y lo consigue ocasionalmente.

José María Forqué fue un director muy irregular. No sólo en la calidad de sus numerosas producciones. Dentro de una misma película se encuentran momentos acertadísimos con otros peor resueltos o, simplemente, planos. "Vacaciones para Ivette" se ve con más agrado cincuenta y cinco años después que cuando se estrenó, significando que tiene valores que han pervivido. José Luis López Vázquez justifica por sí sólo la película. La calidad de las imágenes en blanco y negro y el ambiente de la juventud pija de los sesenta, con su amaneramiento, sus modas y los bailes de la época (1964), le dan al film un interés adicional. El argumento en torno al personaje de la francesita encantadora guarda un curioso paralelismo con la comedia de Miguel Mihura "Ninette y un señor Murcia", estrenada en septiembre del mismo año. Ninette también tendría sus versiones cinematográficas de la mano de dos directorazos como Fernando Fernan Gómez (1965) y José Luís Garci (2005, protagonizada por Elsa Pataky).

Un placer encontrarse, gracias a Historia del cine español, en La 2, con esta olvidada película del prolífico José María Forqué, demasiado constreñido esta vez por un argumento demasiado sentimental. Inmenso, como siempre, José Luis López Vázquez y su momento de "¡Te llevo a merendar a El Escorial!". El resto es casi olvidable, sobre todo el comportamiento 'salido' del españolito medio.

He aquí un título al que dudo que hubiera dedicado tiempo si no fuera porque fue dirigido por José María Forqué.

Y resulta una comedia, no sé cómo calificarla... "familiar", bastante agradable de ver.

A su favor cuenta su magnífico reparto, encabezado por el infalible José Luis López Vázquez, en el que aparecen otros valores seguros de la época en papeles secundarios, como Guadalupe Muñoz Sampedro, Gracita Morales...

En la parte francesa de la cinta (que ocupa un tercio de metraje, como mucho) aparece el mismísimo Jacques Marin, actor cuyo nombre he tenido que buscar pero cuya imagen recuerdo de Charada, Cómo Robar un millón y ... (si no recuerdo mal, era el jefe de seguridad del museo), y - por lo que veo - que apareció en todas y cada una de las películas francesas que se realizaron entre los 50 y los 70.

Otro punto a su favor es, por supuesto, la siempre competente realización de Forqué que incluso dirige a los niños del capítulo francés con éxito.

Y como curiosidad, la película cuenta con dos guiños (o eso me pareció a mí) a "Al final de la escapada" y a "Los cuatrocientos golpes", como queriendo decir "Eh, que yo también sé lo que es la Nouvelle Vague.


En su contra, el sosería de la parejita ¿protagonista?: la Ivette del título y sobre todo su pretendiente español, que francamente no conmueven nada. Es una pena que en el mismo reparto "juvenil" aparezca el mismísimo Emilio Gutiérrez Caba, que si bien no daba el tipo físico de campeón de natación, hubiera resultado un actor mucho mejor.

Eso y algunas de esas escenas vergonzantes (y tan habituales) en las que se obligaba a López Vázquez a "coquetear" (vamos a dejarlo ahí) con cualquier mujer con la que se cruzara.

Aunque, y esto sí que es una curiosidad, eso nos permita ver probablemente el único papel en el que (la maravillosa) María Luisa Ponte apareció como "seductora".

El argumento es simpático, sin más (ni menos) y, en definitiva, si no esperas una maravilla, puede disfrutarse bastante.