Columna al Sur

... del género, (siempre americano y nada de espagueti) y de Audie Murphy. Muy mediocre peli del oeste; mal guión, peores diálogos (¿tal vez por el doblaje?) y ¡que decir de las interpretaciones!, con un Dennis Weaver de indio nada creíble y una Joan Evans penosa. Pero las pelis del oeste tienen la frescura del cine de exteriores rodado en paisajes naturales, preciosos animales aquellos caballos, hábil manejo de cientos de extras sin ordenadores que -como digo- a los incondicionales del género nos permite entretenernos un buen ratillo y a los mas mayores, ademas, nos congratula la nostalgia de haberlas visto en el pasado.

Curioso que esta película de 1953 no tenga a estas alturas alguna critica ni puntuación.
Una mas de su género, película de segunda fila. Sin embargo plantea un asunto de interés que podría haber dado mucho mas juego. Me refiero a la presencia en las unidades del ejército de hombres tanto del norte como del sur y el posicionamiento de los oficiales de mayor rango ante la inminencia de la guerra civil del norte contra el sur.
Sin embargo no se da solución a este planteamiento y el paso de una unidad del ejercito del norte a las tropas confederadas queda enmascarado por una acción nada clara que crea un general con los indios de las proximidades del fuerte donde se desarrolla la acción. El realizador de la película se inclina más por la situación de los indios para dar el espectáculo habitual de una batallita con ellos.
También esta mal planteada de partida, mal llevada y peor resuelta la historia de amor.
Bueno, lo de siempre, para echar la siesta.

En lo que se refiere a ambiciones políticas, el western es de lo más modesto. Todo lo más los protagonistas aspiran a quedarse como sheriff en el pueblo, alguno raro llega a gobernador del estado, pero nada más. En "Columna al Sur", sin embargo, asistimos a una conspiración de altos vuelos. Algo muy poco usual en el género.
El planteamiento de la cinta en principio es de lo más convencional. Dos jóvenes oficiales conviven en Fort Union, uno "indiófilo", el teniente Jed Sayre (Murphy) y otro "indiófobo", el capitán Willoub (Sterling). En las disputas entre ambos a cuenta de las relaciones con los navajos, se mezcla la atracción que el teniente siente por Marsi (Evans), hermana de su superior.
La cinta hubiera sido una de tantas del Oeste, entre indios, fuertes, cabalgadas, ambiciones y amores en el marco de bellos paisajes, de no ser por el factor político que aparece en escena. Lo hace de forma tangencial, sin aprovechar adecuadamente las posibilidades que ofrece el hecho de la declaración de abandonar la Unión y fundar la Confederación que Mississipi y otros estados del Sur hacen el 9 de febrero de 1861. Este hecho motivará ya debates larvados y disputas entre los soldados de una y de otra parte. "La Unión tiene demasiado de todo", proclamará con tristeza alguno de ellos.
En este contexto hace su aparición el general Storey para conspirar traidoramente en favor de la Confederación. Aprovechando su posición trata de enfrentar a las tribus indias próximas a los fuertes Union y Stauthon, con el objeto de que Washington envíe a la zona grandes contingentes de soldados, desde donde será fácil enviarlas en columnas para engrosar los ejércitos del Sur (de ahí el nombre de la película). Según sus cálculos la tercera parte de los soldados abrazarían la causa confederada y los otros dos tercios quedarían presos. Para sus proyectos cuenta con la colaboración del capitán Willoub, como él partidario del Sur. El sentido del deber, las pesquisas de Storey y la posición crítica de su hermana, "Las causas empiezan guerras, pero no las ganan", harán finalmente que el capitán se arrepienta de su traición y denuncie al general.
Concluye la obra con el abandono del fuerte por parte de Willoub con un grupo de soldados, en lo que parece un pacífico cambio de bando camino del Sur.
Una pena no haber profundizado más en el debate que debió plantearse en 1861 entre los militares profesionales americanos, muchos de los cuales debieron experimentar entonces sentimientos muy encontrados. La cinta se inclina por los aspectos más convencionales del western: una historia de amor poco elaborada o las diferentes sensibilidades en las relaciones con los indios. Lo dicho, una pena.