Agatha Christie: Poirot - El rey de trébol (TV)

La escabrosa historia de A. Christie que se publicó 1975 en la recopilación titulada “Primeros casos de Poirot” se nutre desde el principio con un argumento de intensa intriga muy difícil de reproducir sobre el celuloide.
Pero R. Rye hace gala de una exquisita factura cinematográfica y consigue vencer todas las dificultades porque sabe realzar cada plano e iluminar cada punto oscuro de forma que las escenas cobran vida y la pantalla parece un espejo en que se refleja la realidad.
La parsimonia del ritmo, la cadencia minuciosa en el despliegue de pruebas y la dirección magnífica para que los protagonistas desempeñen sus respectivos papeles se confabulan para que la trama resulte fluida y en el desarrollo no queden cabos sueltos.

Este episodio de Poirot, ambientado en el mundo del cine, es uno de los más delicados, pausados y en el cual Poirot imparte la justicia según su sabio criterio. Por descontado que esta al mismo digno nivel, de todos los episodios de esta buenísima serie de casos del genial detective. En general es una buena serie, incluso más que notable en muchos aspectos.
Por ejemplo: La ambientación impecable en los exteriores e interiores, los decorados, el vestuario, la elegancia y la educación típicamente británica que desprenden todos los personajes. También tiene algunas sombras, como por ejemplo la lentitud de la trama que puede llegar a fatigar a algunos pocos espectadores.
Resumiendo: Perfecta para una tarde o noche para disfrutarla sin prisas, un 7 merecido.

Interesante, básica, directa, sencilla, pasajera, dinámica, elegante, intrigante, inteligente, pasajera, menor y ajustada adaptación televisiva de uno de los relatos cortos de la famosa escritora de los relatos de suspense, Agatha Christie, en un relato en el que el investigador, Hercules Poirot, deberá resolver un extraño caso de asesinato en el que aparece muerto un famoso director de teatro, con diversos frentes abiertos entre sus empleados y familiares.
El rey de trébol, resulta interesante y lo suficientemente atractivo, como para mantener el interés hasta su desenlace, logrando que el espectador sea testigo de las indagaciones y pensamientos del famoso investigador.
La película cumple con sus objetivos y no decepciona, aunque bien es cierto que es un caso menor para lo que uno espera de Poirot.