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Blanco de verano

Drama Rodrigo, un adolescente solitario, es el rey de la vida de su madre. Pero cuando ella lleva a vivir a su nuevo novio a la pequeña casa donde viven, en las afueras de Ciudad de México, Rodrigo se debate entre aceptar a la nueva familia o recuperar su trono, aunque sea a costa de la felicidad de quien más quiere.
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
6 de marzo de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Blanco de verano hace un honesto retrato de dinámicas familiares tóxicas.

El film del director mexicano Rodrigo Ruiz Patterson es acertado en cuanto al tono que en tono momento mantiene el film, lejos de efectismos. Los personajes son verosímiles, sólidos y evolucionan coherentemente. La puesta en escena consiguen un estilo visual atractivo y el film se sigue con interés en gran parte de su metraje.

Solo se le puede achacar una falta de resolución en un final abrupto que desconozco si es opción voluntaria que viene de guión o descuido en planificación/montaje. En cualquier caso es un film digno que puede servir a efectos didácticos para adolescentes o familias en situaciones similares a las que retrata el film.
Mauri
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31 de mayo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia rotunda, donde el punto de inflexión siempre lo aporta el comportamiento del chiquillo, el cual padece un severo trastorno de conducta, ayudado por un evidente complejo de Edipo.

Rodrigo Ruiz Patterson, dirige con destreza permitiendo que el espectador observe y obtenga los recursos necesarios que lo lleven a sacar sus propias conclusiones. Brillantes interpretaciones, habilidosas y bien definidas, totalmente alejadas de estereotipos.

Los últimos minutos la convierten en pequeña obra maestra, ofreciendo emociones miradas y gestos, que sin diálogos muestran la ira interior, con rotunda elocuencia.
LEUGIM
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29 de septiembre de 2020
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Tras su paso por Sundance, consiguió tres premios esta producción mexicana en el Festival de cine de Málaga: Mejor film iberoamericano, Guion y Actor secundario. 

Nos cuenta la historia de Rodrigo un adolescente solitario muy apegado a su madre, que se niega a perder su cariño y cuidados cuando aparece una nueva pareja en su vida.  Perturbado e intimidado por la presencia del hombre, el niño se vuelve cada vez más rebelde y desquiciado. A pesar de que el nuevo novio de su madre es una persona buena y encantadora el comportamiento del adolescente comienza a hacer la vida imposible en esta nueva familia... 

Adrian Rossi es Rodrigo un niño entre la niñez y la adolescencia, con 13 años continua debajo de las faldas de su madre soltera llamada Valeria, interpretada muy bien por Sophie Alexander -Katz, pero el tercero en cuestión es Fernando (Fabián Corres) que lejos de ser un padrastro malo, intenta comprender al niño e intentar educarlo, pero tras aguantar continuas maldades tendrá que poner fin de alguna manera.

Un interesante debut de Rodrigo Ruiz Patterson tras dirigir algunos cortos.
Destino Arrakis.com
videorecord
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13 de septiembre de 2020
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Simbiosis entre Rodrigo y Valeria

En las afueras de la superpoblada e inmensa ciudad de México D.F., vive Valeria con su único hijo ya adolescente Rodrigo. Hace algún tiempo fueron abandonados por la pareja de Valeria y viven muy apegados emocionalmente.

La relación cuasi simbiótica, que describe el guión elaborado por el director y por Raúl Sebastián Quintanilla, nos retrata al solitario adolescente, teniendo una buena relación con su madre.

Rodrigo Ruiz Patterson, tras estudiar en el Centro de Capacitación Cinematográfica, realizó cortometrajes desde 2013 hasta 2019. El año pasado filma su primer documental y en 2020 su primera película Blanco de verano (Summer White) proyectada en la Sección Oficial del pasado 23º Festival de Málaga.

Durante la primera parte de la acción no hay grandes acontecimientos ni problemas en la relación entre madre e hijo, sólo se percibe una soledad no deseada por Valeria. Algunos pequeños detalles de la trama apuntan a la conflictiva relación con su anterior pareja y padre de Rodrigo. Ella trata de paliar su sentimiento de soledad afectiva volcada en el trabajo y en su hijo que, aunque solitario, no es problemático.

La fotografía realista y sencilla de María Sarasvati Herrera se centra en encuadrarnos sus vidas rutinarias en una vivienda modesta en uno de los barrios del extrarradio de la gran metrópolis. Poco más muestra para así recalcar la relación cerrada entre madre e hijo. Algunas secuencias se centran en describir el juego solitario, o la ausencia de amistades de Rodrigo, para ilustrar sobre su mundo personal.

*La relación entre Rodrigo y Fernando

Un día la madre conoce a Fernando, con quién empieza a simpatizar y se siente a gusto hablando. Se ven varias veces de manera informal hasta que la relación afectiva crece y se va consolidando. Finalmente, un día, Valeria invita a su nueva pareja a ir a su casa. Allí le presenta a su hijo, mostrándose entre ambos una buena acogida inicial.

Poco a poco la nueva pareja acude con más frecuencia a la casa a invitación de Valeria. Esto sigue siendo aceptado por el solitario adolescente. La buena actitud de Fernando hacia el chico facilita la relación venciendo algunas, en ocasiones, desconfianzas de Rodrigo. El buen guion de Blanco de verano desarrolla la dinámica de la evolución de su comunicación secuencialmente.

Los planos muestran a Rodrigo con una asistencia y participación pasiva en su centro escolar y sus distracciones en solitario en solares vacíos cercanos a su casa. Paralelamente, la narración va dando más peso a la relación creciente de la nueva pareja. Completa la visión las interacciones de los tres comiendo o realizando otras actividades cotidianas en la vivienda.

En su afán de implicarse para ganarse el afecto del adolescente, Fernando se ofrece a enseñarle a manejar (conducir) su propio coche. Al chico le gusta esta propuesta al hacerle sentirse más adulto, siguiendo las clases prácticas durante algunos días.

Algunos contratiempos en la conducción acaban en discusiones acaloradas por el carácter reactivo irascible del adolescente. Con mucha empatía y paciencia, Fernando trata de reconducir la situación para evitar más conflictos ante la rivalidad larvada del chico.

*Un drama familiar en ascenso

A medida que Blanco de verano continúa, el acertado guión va sacando a la superficie la ambivalencia del adolescente que fluctúa entre la buena relación y la conflictividad. La madre se mantiene entre ambos, tratando de ser equidistante para que no se deteriore la relación emocional triangular. Fernando desarrolla una gran paciencia propia del Santo Job hasta extremos casi heroicos.

La dosificación de la trama va haciendo cada vez más visibles los encontronazos del absorbente adolescente, que acrecienta sus celos con la nueva pareja de su madre. Un buen estudio psicológico de los personajes, que refleja la situación compleja de la nueva familia.

Este tipo de conflictos son cada vez más frecuente en las actuales nuevas familias reconstituidas en las sociedades occidentales. El núcleo descriptivo es el mismo, ya ocurra en México D. F., Madrid, París o cualquier otra ciudad, más o menos grande.

Conforme el largometraje desarrolla la segunda parte y avanza hacia el final, los comportamientos del adolescente se vuelven cada vez más conflictivos, subiendo el tono dramático de la película con acontecimientos más violentos hasta un final bien resuelto. El riesgo de fallar en el cierre de la película es bien solventado por el director.

Un acertado guión complementado con correctas interpretaciones a cargo del reducido reparto principal con Sophie Alexander-Katz (Valeria), actriz de teatro, cine y televisión, Fabián Corres (Fernando), actor y director de series. Además de Adrián Rossi (Rodrigo).

En el 23º Festival de Málaga a Blanco de verano le fueron concedidos la Biznaga de Oro a la Mejor Película Iberoamericana, la Biznaga de Plata al Mejor Guión así como la Biznaga de Plata al Mejor Actor de Reparto para Fabián Corres.

*Conclusión

Sin duda, estamos ante una gran obra dramática del debutante director mexicano Rodrigo Ruiz Patterson. Con un excelente guión y buena dirección actoral que completa la gran interpretación de Fabián Corres (Fernando). Largometraje que ha sido justo merecedor del premio a la mejor película iberoamericana y al mejor guion.

Blanco de verano es una película de corte psicológico que deposita su gran peso dramático en el triángulo familiar, con un adolescente de 14 años que trata de boicotear la nueva pareja de su madre. Su acentuado egocentrismo pugna por todos los medios para recuperar la centralidad en el afecto de su madre.

El abordaje de este caso, cada vez más corriente en la vida real, es bien plasmado por el guión escrito magistralmente por el propio director y por Raúl Sebastián Quintanilla.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez
Cinemagavia
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