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Un juego de caballeros (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama Miniserie TV (2020). 6 episodios. Miniserie sobre los orígenes del fútbol moderno en Inglaterra. Dos futbolistas del siglo XIX, de clases sociales muy dispares, afrontan conflictos profesionales y personales con un fin: cambiar un deporte en auge y aun no profesional -y también Inglaterra- para siempre... Del creador de 'Downton Abbey', Julian Fellowes.
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
22 de marzo de 2020
22 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
*En los albores del fútbol profesional

Más fútbol. Tras la incorporación al catálogo de Netflix de la serie argentina Puerta 7 y de la película italiana Hinchas radicales, ahora llega a nuestras pequeñas pantallas Un juego de caballeros. El acercamiento al mundo balompédico es muy distinto en los tres casos. Aquí nos acercamos a los albores del fútbol como deporte, a la época y el contexto en que fue creado.

Pero si no te gusta demasiado el fútbol, no te preocupes. La serie se adentra más en las relaciones personales de los personajes y en otras subtramas sociales, que en profundizar realmente sobre este milenario deporte. De hecho, hay personajes y hechos que sucedieron realmente o que se inspiran en hechos históricos, aunque la mayor parte de los guiones se basan en puras deducciones o invenciones para aumentar la carga dramática.

*Realidad vs. Ficción

Un juego de caballeros tiene como protagonistas a los futbolistas Fergus «Fergie» Sutter y Jimmy Love, que existieron en realidad. Al primero se le considera como el primer futbolista profesional de la historia, es decir, que cobraba por jugar. También es cierto que iniciaron su carrera en el Partick escocés y que posteriormente jugarían en Inglaterra para Darwen (en la realidad, Love llegó antes que Sutter) y en el Blackburn Rovers. En este último equipo, no está claro que Love llegara a jugar nunca, ni que sufriera ninguna lesión.

También se inspiran libremente en personas reales muchos otros de los personajes como Arthur Kinnaird, Francis Marindin, Tommy Marshall, Margaret Alma Kinnaird y Martha Almond, por ejemplo. Aunque hay que aclarar que existen pocos datos registrados sobre la mayoría de ellos y que casi todas las tramas creadas por Fellowes en la serie son fruto de su imaginación.

*Del patadón al Tiki-Taka

Para los más futboleros, en Un juego de caballeros encontraremos un apunte básico sobre el inicio del planteamiento táctico en los partidos. En una escena nos dicen que todos los equipos jugaban con 6 delanteros, patadón y balón a seguir. Sutter introduce la idea de que para contrarrestar a un equipo más físico y potente hay que jugar de otra manera.

Para eso coloca dos defensas atrás y tres centrocampistas que muevan el balón de un lado a otro, distribuyendo y abriendo el juego a las bandas. A Sutter se le pinta en la serie como a un Xavi Hernández, en el césped, con ideas cruyffistas al plantear los partidos. Las secuencias de los partidos en Un juego de caballeros están filmadas con más cercanía a un episodio de Oliver y Benji que a un partido de fútbol actual.

También veremos como el fútbol va calando en el pueblo. Pasa se de ser un deporte minoritario de la clase alta que se vuelve imprescindible para la gente de los pueblos pobres donde no hay nada más que celebrar que una victoria del equipo. Eso conllevará al fanatismo creciente y a las rencillas habituales entre aficiones de distintas zonas. En ese sentido, poco ha cambiado desde entonces. Sí hay una reflexión importante sobre como la rivalidad y la competitividad no están reñidas con la deportividad, algo que a veces se olvida en el fútbol moderno.

*La profesionalización del fútbol

Otro aspecto futbolístico que se plantea con mayor profundidad en Un juego de caballeros, es el tema de la profesionalización de los jugadores. Hasta entonces nadie cobraba por jugar, no lo necesitaban porque solo lo practicaba la gente pudiente. Al crearse equipos en zonas industriales y pobres, se plantea la idea de que puedan cobrar un salario en contra de las normativas.

El gran avance hacia el fútbol moderno que plantea la serie, finalmente ha sido la perdición del espíritu de la competición. Los jugadores merecen jugar en igualdad de condiciones, pero al no regularse el tema financiero a nivel de clubs, vuelven a ser los que más dinero tienen los que acaban ganando los trofeos. Una contradicción.

*La lucha de clases

Pero como decíamos antes, el fútbol se utiliza en Un juego de caballeros como una excusa para hablar de otros temas. Honor, amistad, lealtad, sacrificio o la diferencia de clases. El creador de la serie, Julian Fellowes, hace especial hincapié en esto último, ya que es una fórmula que le funcionó a la perfección en Downton Abbey. Ricos y pobres. Opresores y oprimidos.

Me resulta interesante como parte del contexto. Sobre todo cuando nos muestra la lucha de los trabajadores por sus derechos laborales, ante las decisiones de recortes salariales de los empresarios. Sin embargo, me parece menos efectiva cuando la utiliza dentro de las relaciones sentimentales con tramas muy rutinarias y poco atractivas. Tampoco me convencen otras subtramas relacionadas con la maternidad que parecen sacadas directamente de un folletín telenovelesco de los que se pueden ver cualquier tarde por televisión.


*Conclusión

Un juego de caballeros es una miniserie británica ambientada en el XIX, en los albores del fútbol como deporte profesional. Creada por el autor de Downton Abbey, Julian Fellowes, junto a Tony Charles y Oliver Cotton. Está compuesta por 6 episodios de entre 44 y 57 minutos, que se encargan de dirigir Birgitte Stærmose y Tim Fywell.

Con el fútbol como telón de fondo e inspirándose libremente en algunos personajes que existieron en la vida real como los futbolistas Fergus «Fergie» Sutter y Jimmy Love, la serie nos habla sobre el honor, la amistad, la lealtad, el sacrificio o la diferencia de clases.

Es una miniserie irregular que ofrece menos de lo esperado. El primer capítulo está muy bien. Presentar el contexto en el que nació el fútbol como deporte, me resulta un planteamiento muy interesante. Sin embargo, prefiere enfocar sus tramas hacia los intereses románticos de sus personajes, casi siempre de forma previsible y sin emotividad ninguna. La serie se convierte, entonces, en un folletín telenovelesco que se parece a muchos otros.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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24 de marzo de 2020
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una ambientación exquisita, cuidando el detalle hasta el extremo, "Un juego de caballeros" se presenta destacando más la estética y el trazo íntimo de los protagonistas; alejándonos del verdadero "juego" que propone su título.

Todos los actores rezuman autenticidad, desde la experiencia de Julian Fellowes, su creador y director, en el excelente tratamiento a los relatos de época.

El simple juego no bastaba para una miniserie, y hubo de echarse mano de episodios de cotidianidad romántica, que permitían cubrir las horas necesarias para un proyecto de esta naturaleza.
MIRADA MILENARIA
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26 de marzo de 2020
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, sabiendo de la prolífica carrera de Julian Fellowes en el ámbito del culebrón victorianizante —con perdón del palabro, pero no merece otro de mayor eufonía—, las expectativas con que me enfrenté a su última creación, esta insulsa “Un juego de caballeros”, se antojaban poco realistas, muy mediatizadas —supongo— por mi pasión hacia el fútbol y la curiosidad que, desde siempre, he sentido acerca de sus orígenes.
Así, los cuatro primeros episodios constituyen una decepción sin paliativos. Ni siquiera la habitual pericia del audiovisual británico para las reconstrucciones históricas raya a la altura esperada. A la Gran Bretaña industrial y sus barrios, ciudades enteras, “lumpen” les falta una cuota generosa de mugre y sordidez para resultar medianamente creíbles. Todo es demasiado aséptico, como si sus responsables temiesen ofender no sólo la sensibilidad sino incluso el olfato del amplísimo público al que aspiran a dirigirse. Otro pecado de difícil expiación estriba en que el deporte que —de manera perifrástica pero indudable— da título a la miniserie parece más un subterfugio para endilgarnos otro novelón en torno al sobado argumento de las relaciones entre patricios y plebeyos, lucha de clases en versión Disney, convenientemente expurgada de cualquier implicación revolucionaria, al estilo de “Arriba y abajo” (“Upstaris, Downstairs”, 1971-1975) o “Downton Abbey” (ídem, 2010-2015).
“Un juego de caballeros” remonta —valga el término deportivo— cuando en sus entregas quinta y sexta deja a un lado la soporífera moralina dickensiana para centrarse en el puro, duro balompié —más próximo al rugby, de hecho, que a la payasada metrosexual a que asistimos hoy— y las vicisitudes de que se acompañara su salto al profesionalismo. Lástima que se acabe justo cuando empezaba a cobrar verdadero interés. Ello acrecienta la sensación de “lo que pudo haber sido”: una obra si no memorable, sí al menos bastante más estimulante, complemento perfecto para “History of Football: The Beautiful Game” (ídem, 2001), serie documental de referencia para aficionados auténticos, y no vocingleros forofos incapaces de entender qué es un fuera de juego. Se la recomiendo, está en Youtube.
Carorpar
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16 de abril de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miniserie de 6 capítulos sobre los inicios del fútbol, basados sobre todo en las andanzas de dos personajes muy importantes en esta época, Fergus Suter, a quién se lo reconoce como el primer futbolista profesional (aunque hay indicios de que en realidad el primero fuera Jimmy Love) y Arthur Kinnaird, una figura muy importante que además de ser uno de los primeros jugadores reconocidos, fue presidente de la FA durante 33 años.
Tiene demasiada ficción, entre las historias amorosas y dramáticas y esta lucha de clases entre los equipos, no parecen darle demasiada importancia a los hechos tales como fueron.
Siento que tenía mucho potencial, dado el tema que abarca, algo que no habia visto aun en una producción televisiva.
Entonces, es una serie de ficción que se basa muy ligeramente en unos personajes reales, y siento que si se hubieran preocupado más en retratar la historia tal como fue hubiera sido mucho mejor.
Si bien sabemos que se toman licencias hay un par que son imperdonables, y en el spoiler las pongo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Waly99
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28 de marzo de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo largo de la historia, los patricios y la plebe han luchado por mantener un cierto equilibrio social. Así ha ido avanzando la humanidad. Y esa "pelea" también se ha trasladado en multitud de ocasiones al deporte. En el caso que nos ocupa: el fútbol.

Ya desde sus albores, el fútbol estaba dominado por un pequeño estrato dominante de personas. Ricos, empresarios, banqueros. Sin embargo el fútbol es tan grande, tan mágico, que es imposible arrinconarlo para unos pocos. Rápidamente se expande y pasa de ser un deporte a la mayor vía de escape de un pueblo, una región o un país. El equipo de fútbol es sinónimo de unión, de orgullo. Es el motor que hace que una comunidad pueda permitirse el bendito lujo de desafiar a la élite. Así de grande es el fútbol.

De modo que viajamos a la Inglaterra del siglo XIX. Al nacimiento de este glorioso deporte que hoy es seguido por millones de personas del planeta. Y en esa Inglaterra se da todo lo que anteriormente he descrito. Poderosos y humildes, cada uno con su propia idiosincrasia. Personas que tratan de sobrevivir a este siglo con la mayor dignidad posible. Ciudadanos que son un universo en sí mismos hasta que convergen en un todo: el fútbol. Ese es su nexo de unión. Y ese es Un juego de caballeros.

Basada en hechos reales y del creador de Downton Abbey, Julian Fellowes, la serie de Netflix mezcla el fútbol y la lucha de clases de la época a través de personajes muy bien elaborados y una ambientación sobresaliente.

Hay épica, hay drama. Hay incluso lugar para la comedia. Una notable recreación de la sociedad del momento en ese pequeño pueblo de algodoneros, Darwen, que quiere conservar lo que es suyo y ganarse un nombre a través del fútbol.

Así el balón rueda de forma primitiva mientras se suceden amores, desamores, huelgas, peleas (el advenimiento de los 'hooligans' pasa de forma superficial) y un largo etcétera. Todo conjugado en seis minutos. Con dos claros protagonistas: Edward Holcroft (como Arthur Kinnaird) y Kevin Guthrie (como Fergus Suter, considerado el primer jugador de fútbol profesional de la historia).

Uno y otro viven realidades paralelas. Pertenecen a clases distintas. Y chocan en el barro, con una pelota por delante. En el terreno de juego no hay dinero, ni trajes. Solo hay ganas, talento y esfuerzo. Una lucha de titanes. Una épica que es donde Un juego de caballeros se hace fuerte. Y sin embargo, pese a su fantástico inicio, acaba en un segundo plano dando mayor protagonismo al drama de los personajes.

Julian Fellowes se decanta más por el trasfondo dramático que por la heroicidad deportiva. Una forma de agradar a todos los públicos y de llegar a más gente. Sea como sea, Un juego de caballeros es ahora mismo una buena forma de escapar de esta pesadilla llamada coronavirus que nos ha tocado vivir en el siglo XXI. Y también un ejemplo de como el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio hace ganar partidos (batallas) que parecen imposibles.

Más datos sobre esta y otras películas en www.argoderse.com
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
Argoderse
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