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El caballero verde

Fantástico. Drama. Thriller El obstinado sobrino del rey Arturo (Dev Patel), se embarca en una temeraria misión para enfrentarse a "el caballero verde", un misterioso gigante que aparece un día en Camelot. Aunque pone en riesgo su cabeza, emprende una aventura épica para demostrar su valía ante su familia y la corte.
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Críticas 90
Críticas ordenadas por utilidad
28 de octubre de 2021
191 de 239 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una historia que trata sobre cómo una persona normal puede llegar a ser honorable… y por qué.

Gawain es un joven inexperto, y en su camino por convertirse en caballero irá enfrentándose a una serie de retos que van a poner a prueba su honorabilidad.

Pero no os confundáis: en «El caballero verde» la épica no se construye a base de duelos taquicárdicos y obstáculos imposibles, sino de un viaje de conocimiento y aprendizaje lleno de sutilezas, ninguna de las cuales es casual, con una puesta en escena majestuosa y un guion inteligente.

David Lowery se toma algunas licencias para adaptar el poema del siglo XIV a su conveniencia, y lo hace con respeto, con consciencia y con un inmenso sentido artístico. Se agradece comprobar que es posible recuperar el tono oscuro de «Excalibur» (John Boorman, 1981) para hacer una peli de caballerías con vocación de cine de autor y no de mero entretenimiento comercial.

Como único punto negativo, los profanos en la materia de Bretaña juegan con desventaja a la hora de ver «El caballero verde» (problema que los anglosajones, más familiarizados con las leyendas artúricas, no tienen), ya que a veces Lowery se pasa un poco de críptico.

Si bien considero que no dar explicaciones masticadas es una cualidad positiva en el arte, también creo que las obras deben ser autosuficientes, deben contener toda la información necesaria para que los espectadores puedan interpretarlas sin depender de fuentes externas. Y aquí, si sabes cuatro cosas sobre la materia de Bretaña aprecias más aún la grandeza de esta peli, pero en caso contrario su riqueza queda oculta, a veces casi inaccesible, y la frustración de no poder atar algunos cabos puede llevarte a rechazar «El caballero verde».

Entonces, del mismo modo que el caballero verde desafiaba a los ociosos caballeros de la mesa redonda, que al haber pasado la época esplendorosa de las gestas y las aventuras habían cambiado su valentía y virtudes por la vida fácil y acomodada, Lowery nos desafía a todos nosotros, los perezosos y bulímicos consumidores de cine modernos, a despertar y volver a apreciar el séptimo arte en su magnitud.

Pues ya sabéis lo que toca: haced como Gawain y atreveos a ser espectadores como Dios manda…
Que la santa virgen mantenga vuestros cinco dedos fuertes,
vuestros cinco sentidos agudos.
Que sus cinco alegrías os inspiren.
Que las cinco llagas de su hijo os den fervor
y que las cinco virtudes del caballero iluminen vuestro camino.


La frase: «¿Por qué la grandeza? ¿Por qué la bondad no es suficiente?»
El personaje: el amable joven que conoce el camino a la capilla verde (Barry Keoghan; no olvidaréis su cara si habéis visto «El sacrificio de un ciervo sagrado»).
La escena para el recuerdo: la portentosa entrada del caballero verde al banquete de la mesa redonda. Se nota que es la escena a la que el director dedicó más tiempo y mimo.


www.cinequanon.cat
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KillerCarrot
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20 de agosto de 2021
181 de 239 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy de los que saben apreciar una paranoia como el que más. Pero esta peli me ha parecido demasiado. Atisbo que debe estar repleta de simbolismos y elaboradas metáforas, y supongo que quien se acerque a ella con el ánimo de descifrarla pacientemente, encontrará cierto deleite. No obstante, me veo obligado a advertir que quien, en cambio, se disponga a verla atraído por la sinopsis y el género de fantasía medieval, buscando aventuras y emociones al uso, corre el riesgo de sufrir una severa decepción.

La predisposición con la que uno se enfrenta a cualquier expresión artística es importante. No abres con la misma actitud un libro de poemas que uno de ficción fantástica. Y yo creo que El Caballero Verde está más próximo a lo primero que a lo segundo. Supongo que por eso me cuesta ponerle nota, porque como alegoría seguro que merece mucho más de lo que ahora mismo, tras haberla visto, me siento dispuesto a conceder. Tal vez dentro de un tiempo la vuelva a ver con otros ojos y sepa disfrutar lo que ahora casi he padecido.
lanzarotelandia
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21 de agosto de 2021
130 de 216 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, aburrida. Supongo que estará llena de simbolismo y mensajes profundos, pero yo no pillé ni uno. Película para gente inteligente, de la que me excluyo. Bonitos planos y fotografía, nada más. Ni épica ni fantasía medieval, ni nada. Al principio parece que va a estar bien, aunque ya algo me temía, pero seguí adelante por si me equivocaba. Luego, todo el desarrollo es muy lento, sin nada de especial interés o importancia para la trama. Y el final tampoco es que lo haya entendido, pero eso seguro es problema mío. Me recuerda a otras películas que no me gustaron, como La fuente de la vida, o Mother!, por los simbolismos y la puesta en escena. Simbolismos que creo que habrá, digo yo, tampoco es que lo sepa, porque como ya he dicho, no los entendí, pues no tengo ni idea de Historia.
Randall
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31 de octubre de 2021
81 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Caballero Verde. Y voy yo, el que escribe, y pienso: "¿Estaré delante de otra maravilla artúrica como Excalibur de John Boorman, una auténtica obra maestra y, sin ninguna duda, la mejor adaptación cinematográfica de la leyenda de Arturo, basada en Los Hechos del Rey Arturo de John Steinbeck, y Le Morte d'Arthur de sir Thomas Malory?

Vale, ese es el contexto. La película comenzó y yo me embriagué en un primer momento por la ambientación y el tono general, pero según iba avanzando, la sombra de la duda se abalanzó sobre mí. Y me cubrió, luego me ahogo, y después vi lo que tenía delante: un truño.

Yo comprendo que el lenguaje cinematográfico es tentador. Tener una cámara a tus órdenes puede producir el deseo de innovar y esas cosas, pero para innovar y cautivar hay que tener talento, y aquí, a falta de ese don, solo hay amaneramiento y confusión. Situaciones frías apoyadas en poco explícitos mensajes, produciendo un fango denso de pesadez y pretensión.
Es un truño. Nada se salva. No hay ritmo, ni comunicación emocional.

La lógica narrativa huye del desastre y lo onírico se adueña de todo pero no como un dulce sueño, sino como una pesadilla inabarcable.

Quizá el texto original de pie a la comprensión. Quizá incluso favorezca el entretenimiento, pero esta película induce al sopor y el bostezo fácil.

Ni la ambientación es correcta y, obviamente, ningún personaje merece empatía. Todo naufraga como algo vacuo y triste. Eso sí, como que todo parece muy cool.

Señor, señor, qué triste pesadilla.
Neostarman
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4 de noviembre de 2021
40 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
A David Lowery, más que historias, le gusta contar experiencias. Quedó claro en su aclamadísima "A Ghost Story" (2017), y vuelve a quedar patente en su reinterpretación de la historia propia del poema “Sir Gawain”, sobrino del Rey Arturo, y miembro de la mesa redonda.

Ante todo hay que tener en cuenta que la película es precisamente eso, una reinterpretación del poema “Sir Gawain y el Caballero Verde” con un gran toque de autor que la hace sumamente especial. ¿Y por qué es especial la película? Esta pregunta podría tener multitud de respuestas y todas ellas serían válidas, pero la más evidente, y más si cabe al responder ante un producto de David Lowery, sería la capacidad que el director tiene para elevar su cine sobre la fuerza de las imágenes que consigue crear. Y es que si tuviéramos que destacar un único aspecto de "El caballero Verde" nos veríamos obligados a escoger la preciosidad visual que desprende.

Esto no es algo casual, ya que en mayor o menor medida es un recurso que el director ha ido utilizado siempre en su relativamente corta carrera. Pero lo que distingue a este título del resto, y sin duda le eleva a ser su mejor trabajo hasta la fecha es la consecución de una sucesión de imágenes que son capaces de sustentar completamente a la trama a la vez de conseguir hipnotizar completamente al espectador.

Por ello, "El caballero Verde" es una experiencia que hay que vivir y que no debe ser contada. El director parece decidido a cumplir con esta premisa en su totalidad, y por ello limita las conversaciones entre los personajes, haciendo que todas las frases que pronuncien parezcan inconclusas e incluso totalmente inconexas entre sí. Lo que cuenta aquí es la experiencia del protagonista Sir Gawain, y esta es tan potente, que no hacen falta palabras para que el espectador también pueda sentirla.

En consecuencia con todo ello, "El Caballero Verde" se muestra como una engañosa cinta de época medieval cuyo contenido dista mucho de las tramas a las que los espectadores estamos acostumbrados cuando nos asomamos a éste género.

La premisa es sencilla, y respeta en líneas generales el poema del medievo sobre el que la película se basa; un extraño visitante, "El caballero Verde" acude a la corte del Rey Arturo el día de Nochebuena para proponer un juego: Quien sea el osado que se atreva a asestarle un golpe tendrá que acudir a la cabaña Verde en un año para que él le aseste el mismo golpe que ha recibido. La propuesta parece sencilla para alguien que, como Sir Gawain, codicia el honor de ser caballero, y por tanto éste le propina un golpe al extraño visitante que se convertirá en su condena en un año vista.

A partir de aquí, la película se convierte en una alegoría casi onírica de los deseos más íntimos de sir Gawain, que se verá tentado a mantener las virtudes que todo caballero de la época debe mantener. El protagonista termina por fallar ante la mayoría de ellas, consistentes en lujuria, compasión, ternura…, y que actúan como preludio de la última y más importante de todas, que no es otra que el honor, el honor del caballero que creía haber conseguido al inicio de la historia y que tanto había ansiado, y que ahora tendrá que poner a juicio tomando su decisión más complicada.

La re-interpratación que hace David Lowery del clásico poema no se queda en una simple proyección del mismo en la gran pantalla, si no que alcanza incluso a retocar pasajes de la historia introduciendo en la trama alguna que otra tentación más para dotarle de mayor carga emocional si cabe al camino del protagonista. Pero sin duda lo que termina por reinar en el metraje es la habilidad del director para captar en pleno siglo XXI y mediante el formato cinematográfico la totalidad de la esencia del Medievo y del propio poema.

El vasto ejercicio de preciosismo visual se ve acompañado en todo momento de multitud de simbología religiosa y esotérica que embruja a la cinta en una atmósfera casi teológica pese a que la esencia que ésta envuelve es eminentemente humana. Todos estos elementos son comprendidos por los personajes a la perfección, y sin duda explotan sus virtudes con sus actuaciones llevándolos al éxtasis de su posible grandeza.

El que mejor reconoce este hecho es Dev Patel, que consigue fundirse con la esencia de todo lo que le rodea y el director quiere contar y sin duda consigue realizar la actuación más sobresaliente de su carrera. Su Sir Gawain es pausado, íntimo, flemático, y en algunas ocasiones, tiene un toque místico y enigmático.

A Dev Patel le acompaña una gran Alicia Vikander- qué gran actriz y qué pocos papeles protagonistas le están dando en los últimos años-, la cual desarrolla dos papeles totalmente opuestos. Uno, el de Essel, la fiel amante de Sir Gawain que sueña con ser su mujer y quedar igualada a su estatus en la corte, y otro, el de la señora del Castillo del pasaje en el que Gawain verá como se pone a prueba su tenacidad frente a la lujuria. En este paisaje vemos a una Alicia Vikander mucho más libre en la que muestra todas sus cualidades interpretativas, intentado seducir a Sir Gawain de una forma poco ortodoxa y con cierto toque de brujería.

En el mismo pasaje también aparece Joel Edgerton con un personaje que tiene muchas posibles interpretaciones y que emula un juego similar al propuesto por el Caballero Verde al principio de la película. Y por último, de principio a fin, la sombra de la madre del protagonista, interpretada por una magnífica Sarita Choudhury, le acompaña en todo momento de distintos modos y formas, siendo esto último también sometido a la interpretación del espectador.

El Caballero Verde es una experiencia visual, es la prueba de que muchas veces para contar algo no hace falta hablar demasiado, y que, sobre todo, la fuerza de la imagen en el cine siempre ha sido y sigue siendo el motor principal de su éxito. David Lowery lo sabe, y parece que seguirá utilizando ese motor por mucho tiempo.

Mención especial para el final en Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gonzalo
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