La revancha de Clint Cooper

Entretenido western protagonizado por Audie Murphy (el soldado americano más condecorado durante la Segunda Guerra Mundial) y dirigido por Sidney Salkow. A pesar de las limitaciones interpretativas y del nulo carisma de Murphy, la película sale adelante gracias a un buen ritmo, muchas dosis de acción y a la poderosa y eficaz presencia de ese gran malo entre los malos que es Ted de Corsia. Éste, por cierto, bien acompañado -interpretativamente hablando- por su banda de 'malosos', mientras que el pánfilo Murphy sólo cuenta con la discreta Merry Anders y el 'singermorning' (cantamañanas) de James Best.

Algo menos que mediocre western.
Está realizado con desgana por Sidney Salkow, "ilustre" destajista, autor de un buen número de títulos y, me temo, ninguno especialmente destacable. En su línea, vamos.
Las interpretaciones son flojas, aunque no por que los actores sean malos (que no son ninguna maravilla), sino porque el guión, a cargo de Robert E. Kent y Steve Fisher, es pobre de solemnidad.
Con todo, y a pesar de que no resulta interesante, tampoco es super-raburrida. Simplemente es floja, bastante floja en líneas generales.

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... se deduce fácilmente lo que la película va a dar de si. Y sobre una historia tan pobre un director no muy afamado no podía hacer mucho mas. Aun así, los aficionados al género pueden pasar un rato entretenido con una cinta mas de Audie Murphy en uno de sus muy repetidos papeles.

Como dice una de las opiniones que me han precedido, el mejor es el segundón Ted de Corsia en su papel de malo. La Anders, como casi todos los papeles femeninos de la serie B del género, casi innecesaria. Sin embargo y aunque otros menosprecian la labor de James Best, a mi me parece que esta digno en su papel de sheriff.

Buena fotografía y color y música que no destaca pero que molesta ... subraya los momentos adecuados y nada mas.

La ambientación es la que falla mucho. Enseñan y denominan a la población como una aldea, que cuenta con saloon, hotel, iglesia,escuela y banco cuando toda la población femenina refugiada en la iglesia no supera la docena de señoras y el número de críos y crías, tanto en la escuela como en la iglesia ... ni una decena.

Están bien las primeras escenas rodadas en exteriores verdes y bonitos pero todo lo demás se reduce a decorados del saloon, la oficina del sheriff, la escuela, el hotel y la calle de la aldea donde se celebra casi todo el entramado.

Pero ¡hay acción! y se pasa un rato entretenido.

Un pistolero cabalga en solitario por la pradera. Se trata de Clint Cooper (Murphy) y una voz en off nos dice que marcha contento a Shelby, su aldea natal. A lo largo de la cinta se insiste constantemente en su condición de aldea, algo extraño en el western donde se suele hablar genéricamente de "ciudad" al referirse a las municipalidades.
Efectivamente, a lo largo de la obra veremos que Shelby es una pequeña aldea, apenas una calle con casas a los dos lados. Pero tiene escuela a cargo de la bella Helen Reed (Anders), sheriff en la persona de Scotty Grant (Best) que con Clint y Helen cerrará el correspondiente triángulo amoroso. Por supuesto, tampoco falta la iglesia, el banco y el saloon que luce un cuadro con una manola bailando al son de la guitarra.
Sin embargo la recepción que hacen los aldeanos a Clint es de lo más hostil. Especialmente por parte de Tom Morrison, cuyos hijos fueron abatidos en defensa propia por el pistolero del que ha jurado vengarse el padre.
La reconciliación con sus paisanos la logrará en compañía de Scotty cuando dirige la defensa de Shelby ante el ataque de la banda del malvado Spangler (Corsia) que se lanza a sangre y fuego para robar el banco. La aldea está verdaderamente perdida, parafraseando a Palacio Valdés.
Es interesante el cambio de opinión que experimentan los vecinos respecto a Clint. Críticos primero por su condición de pistolero de oscuro pasado, para luego apoyarlo cuando se pone como uno más a defender la aldea. Otra vez el western denunciando la cobardía, el egoísmo y la hipocresía de la masa.
La aldea entera se prepara para la defensa, otra vez Fuenteovejuna. El párroco abre la iglesia a mujeres y niños, "Durante los sermones del domingo dormimos sin necesidad de mantas", dice uno de ellos; el médico instala allí un pequeño hospital de campaña, Helen se ocupa de los chicos, se colocan barricadas, se reparten las armas ...
Todo es inútil. La banda de Spangler ocupa la aldea y retiene a la maestra como rehén a cambio del dinero escondido del banco. Es entonces cuando Helen, hasta el momento una figura decorativa, muestra su valentía enfrentándose en solitario al jefe de los bandidos. Una vez más la mujer dando un paso al frente en el western por delante de los hombres.
El guion no es gran cosa, aunque presenta la curiosidad de desarrollar los hechos en unas pocas horas, tampoco la dirección ni la interpretación de los protagonistas, excepción hecha de la magnífica actuación de Corsia como malo malísimo capaz de hacer cualquier cosa por enriquecerse, "Las mujeres engordan y envejecen, pero el dinero permanece siempre igual".
También en cuanto a la hondura de las personalidades destaca la de Spangler por encima de cualquier otra (en general bastante planas). Resaltar si acaso la tontuna bondad del clérigo que recomienda el "diálogo" con los asaltantes, con el resultado que era de prever.
La ambientación es la típica de una película hecha con medios modestos. Aun con todo nos permite ver unas cuantas sillas de estilo "Emmanuel" (debían estar ya de moda), la decoración de la escuelita o algunas escenas de paisajes donde se desarrollan veloces cabalgadas.
Tendremos oportunidad de contemplar un curioso duelo a ganchazo limpio. En ningún momento decae la acción, la tensión es continua.
En lo sanitario destacan los problemas respiratorios de Spangler y las toses que le provoca la presencia del humo, o el agua caliente y el excelente linimento que aplica un bondadoso vecino a los golpes y contusiones sufridos por Clint en una de las peleas que tiene con los Morrison.
Pese a la citada modestia de medios, esta "Revancha de Clint Cooper" estrenada en 1964 resulta interesante y digna. Claro que por entonces otro Clint, de sabor más mediterráneo, extiende su influencia por las pantallas del western.