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Cita con venus

Comedia. Drama. Romance Un director de orquesta es contratado para dirigir en París la ópera de Wagner "Tannhauser". Sin embargo, cuando llega a la capital francesa, tropieza con toda clase de obstáculos para realizar su trabajo: unas veces debido a las exigencias de los sindicatos y otras a causa de los caprichos de algunos cantantes. Así, su primer encuentro con la diva es frustrante, aunque acaban viviendo una apasionada historia de amor. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
6 de agosto de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver por tercera vez esta película, y siempre me queda la misma impresión... ¡qué oportunidad más desaprovechada! Vaya por delante que es fácil mirar con cariño metrajes como este si eres un melómano convencido (y te gusta Wagner), pero quizá esa es la razón también por la que se experimenta esa sensación de hambre sobre lo que podía haber sido y no fue.

De cualquier manera, es un caso para estudiar la escasez de películas en las que la ópera pase a ser el protagonista, de igual manera que lo es el propio cine o el teatro; no hay homenajes a este mundillo del nivel de Cautivos del Mal o Eva al Desnudo. Como mucho, algo queda reflejado en aquellas biografías que se llevan a la gran pantalla sobre los genios de la música orquestal, pero nunca se centran en historias que transcurran en las grandes cajas escénicas, los fosos de las orquestas, o los camerinos de las divas.

Sólo por intentarlo con mejor o peor fortuna, Cita con Venus es interesante. Cierto que comparte (aunque quizá deberíamos decir, homenajea) la temática de los largometrajes de cine y teatro antes citados, basando el guión en las citas y encontronazos que tienen entre sí los cantantes, el director, el productor... si bien aquí el peso argumental recae sobre la historia de amor entre la soprano y el director de la orquesta. Esa es una de la taras de la cinta, ya que la historia de ambos personajes no acaba de arrancar, y aunque Glenn Close es una gran actriz, no logra suplir con su trabajo un guión que hecha en falta algo de originalidad, (el arquetipo de diva entregada al arte y al talento, y después al amor, no acaba de despegar y se mantiene alejado del sentir del espectador). Aún así, tiene más merito que los restantes actores sobre cuyos papeles recae mucha menos responsabilidad, lo cual es un error por la vocación coral que este tipo de películas debería tener. Al menos, se debería haber logrado crear uno de esos papeles secundarios que apuntalan las grandes películas.

Sin embargo, fuera de la historia de amor, el director del film parece más interesado en purgar sus propios fantasmas en forma de sindicalistas demagogos (¡algún día tendré que buscar las críticas de la prensa francesa a la película!), reflexiones sobre el pasado político de los personajes (europeos del este queriendo ser capitalistas, acomodados occidentales recordando su pasado republicanismo en España)... poco tiempo en fin para sentimientos más profundos, que en sintonía con la partitura podrían haber reblandecido el alma del espectador.

Cuando una película se desarrolla en torno a la representación de una obra como Tannhäuser, uno ya sabe que uno de los momentos estelares será el archiconocido y no por ello menos sobrecogedor Coro de los peregrinos, pero también espera que el guión le haya preparado el corazón para ser estrujado y purificado con la película, no sólo con la música...

En fin... Venus se retrasa.
Ángel
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12 de abril de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre los directores que nunca me dejan indiferente, puedo contar al húngaro István Szabó, un artista de enormes capacidades estéticas, morales e intelectuales, y capaz de construir seres creíbles de esos que te remueven muy adentro con sus anhelos, sentimientos y contradicciones. Con cada personaje protagónico, Szabó (autor o coautor de la mayoría de sus guiones) emprende un viaje introspectivo hasta lo más hondo de su alma, de tal manera que la conexión nuestra con él se da a niveles muy especiales y significativos. Luego, el autor trasciende a su personaje y lo conecta con la sociedad de turno a la que plasma con el mayor sentido crítico que le sea permitido… Y logrando siempre apreciables, y a veces, sorprendentes actuaciones de sus intérpretes, lo que hace este director húngaro suele dar como resultado arte perdurable.

Creo que, “CITA CON VENUS”, no escapa a las aseveraciones anteriores, y si bien no es un filme que logre estar a la altura de “Mephisto”, o la posterior, “Conociendo a Julia” -para citar solo la trilogía en la que cuenta historias de escena y tras bambalinas-, sin duda consigue momentos dramáticos de mucha altura, logra recrear personajes con los que es fácil empatizar y con una efectiva metáfora nos da cuenta de un proyecto (la unidad europea) que, lo mismo arriba que abajo, todavía tiene mucho de primaria, de odio absurdo y de rancia discriminación. Esa cuasi-canción que, el director de orquesta y escena, Zoltán Szanto, improvisa junto a la protagonista Karin Anderson, aludiendo a las “falencias” que se señalan de cada sociedad, da de pleno en el blanco, revelando la ligereza con la que muchos manejan sus opiniones.

Especie de alter-ego del director (obsérvese la asociación que cabe entre los nombres István–Zoltán y Szabó-Szanto), el director de orquesta húngaro llamado para hacer un montaje de la célebre obra de Richard Wagner “Tannhäuser”, nos va a dar cuenta de la manera como, aún en las consideradas culturas más elevadas, se subestima a los verdaderos artistas, llevándolos a situaciones de desconocimiento e irrespeto que complica su trabajo y los pone en situaciones, desde todo punto de vista, insatisfactorias e inmerecidas.

El guión, escrito por Szabó en colaboración con Michael Hirst, también hará lugar a un intenso y tempestivo romance que traerá consigo algunos desbarajustes; veremos la manera como los miembros de un reparto luchan, no solo por el trabajo en equipo, sino también por sus intereses personales y sus reivindicaciones laborales… y así, se va deshojando una sociedad que tiene más de apariencia y de hipocresía que de verdaderos valores… Y si por aquí llueve, no es raro que lo que veamos en otros senderos y en otros estamentos ¡sean verdaderas tempestades!

Muy buena la interpretación del carismático Niels Arestrup, logrando un personaje que exuda compromiso y definición, y también estupenda y más bella que nunca, Glenn Close, la diva a la que le gusta que todo gire a su alrededor. Y no puedo dejar de mencionar, el atractivo detalle de los mensajes que va enviando Szanto a su esposa, mientras los hechos ilustran otro matiz de lo que él le cuenta.

Solo encuentro un punto muy débil en la película y es la interpretación que hacen los protagonistas de las canciones, la cual se adivina enseguida que no son ellos los que están cantando, con lo que lucen haciendo más el oso que alguna otra cosa. Pero bueno, imitar a Kiri Te Kanawa, René Kollo, Waltraud Meier y demás ilustres de la ópera, no es cosa para nada fácil. También esperaba algo más relevante del montaje final de la esplendorosa obra, pero es muy probable que se haya evitado de cara a los intereses del público general… pero, al fin y al cabo, lo que Szabó quería ilustrar ya estaba debidamente contado.

Título para Latinoamérica: “ENCUENTRO CON VENUS”
Luis Guillermo Cardona
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