Divorciémonos

Luego de 20 años de matrimonio, una preciosa hija y una nieta, Hugh y Miriam Halsworth, están a punto de sellar el proceso de separación que iniciaron hace ya un año. Entre tanto, Jerry Denham, su yerno, está bien interesado en que su suegra vuelva con su marido… o se organice con cualquier otro hombre, porque así, él podrá irse a vivir independientemente con su esposa Barbara, quien anda bastante cómoda dejando que su madre haga todo lo que ella debería hacer.

Con la acreditada firma de F. Hugh Herbert y nada menos que la de, I. A. L. Diamond, quienes se basaron en una historia de Mortimer Braus, el guion de esta película está en la línea de las estupendas comedias que, para Billy Wilder, escribiera Diamond años después. ¿Se acuerdan de “Some like it hot”, “The Apartment” o “Irma la douce”? ¿Verdad que sí? ¡Cómo olvidarlas!

Como es de esperarse en este par de guionistas, los diálogos son frescos, picantes y bastante atinados y la historia retoma problemas tan familiares como los afanes de divorcio, la dependencia de los hijos, la afición al juego… y por supuesto, las bien comunes infidelidades. Todo contado con buen humor y con el deseo ¡tan necesario! de darnos una clasecita de como manejar las situaciones difíciles con altura.

El director Richard Sale, sale muy bien librado de este ejercicio, y una vez más, demuestra que su habilidad para hacer comedias era bastante respetable, pues, “DIVORCIÉMONOS”, resulta muy grata de principio a fin, y sus personajes, tienen bastante carisma como para que logremos empatizar con ellos sin dificultad alguna.

Claudette Colbert y MacDonald Carey, actor por el que tengo un alto aprecio, pues, considero que tenía suficientes aptitudes para ser una figura de renombre, cargan con el mayor peso de esta divertida historia como la pareja que, mientras espera que pasen las horas que legitimarán su separación, comienzan a dar puntadas cuyo único fin es dejar en claro que todavía se quieren.

Zachary Scott es Victor MacFarland, el próspero don Juan que cuenta con Miriam como la única mujer que se ha escapado de sus… brazos, y ahora que vuelve a verla, tiene serios planes de salirse con la suya. Entre ellos, Robert Wagner y la siempre linda, Barbara Bates, hacen de la joven pareja que riñe por sus diferencias sobre dónde vivir, mientras el chico trama cuanto puede para que la madre encuentre compañía.

Entre este encantador embrollo, que motivará sonrisas y una deliciosa sensación de gusto por la vida, en una escena al lado de una piscina en la que conversan Hugh y su hija Barbara, de repente aparecerá una guapa y muy coqueta muchacha rubia que, inevitablemente, atraerá nuestra atención, pues, es nada menos que Marilyn Monroe, dando otro de los pequeños, pero seguros pasos que, apenas un año después, la llevarían hasta la cima.

“DIVORCIÉMONOS” es una comedia que recomiendo con agrado.

Título para Latinoamérica: ME JUGUÉ LA MUJER