Dirty Movie

Hay películas, buenas, regulares y malas. Y luego las hay como estas, que son directamente infumables e injustificables.
Una sucesión de chistes escenificados a la altura de ese programa que hacía el "humorista" Arévalo hace unos años.
Las comedias malas suelen encontrar un público, pero ésta es tan terrible en todos los aspectos que no creo que le guste a ningún espectador, por friki que sea.
No sé como Cindy Lauper se metió en esta frikada.

¿Cómo una sucesión de chistes malos, en forma de gags purulentos, puede dar lugar a una película? La respuesta la encontramos en esta horrible comedia sin gracia ni sentido cuyo argumento, el cual versa sobre un productor (Christopher Meloni) dispuesto a crear un largometraje a base de chistes políticamente incorrectos, es simplista y patético hasta decir basta.

Y es que parece que los creadores de este desaguisado no se esforzaron demasiado a la hora de ofrecer una historia mínimamente trabajada, ya que la misma es una simple cadena de chistes que provocan más estupor y bochorno que otra cosa. La película de Jerry Daigle y Christopher Meloni (también protagonista) es una de las peores comedias que he tenido la desgracia de ver. Una estupidez de principio a fin.

Con la débil excusa argumental de unos tipos tratando de hacer una película que sea tan solo una sucesión de chistes lo mas políticamente incorrectos posible, eso es justo lo que tenemos, gags encadenados que si bien hay que reconocer que en algunos de ellos logran arrancarte alguna sonrisa, acaban cansando a los pocos minutos, y por mucho que venga firmada por SNL y alguno de ellos (si no iguales, si de similar factura) los hayamos disfrutado despachados en cuentagotas en el mítico programa, resultan inaguantables y todo un empacho así mostrados.

Como tratamiento de choque utilizado por algún hipotético programa de rehabilitación para contumaces degustadores de humor bestial y políticamente incorrecto al que dicha circunstancia le suponga todo un problema para su convivencia en sociedad (ya saben, tipo al dispensado a Alex DeLarge en "La naranja mecánica"), y/o administrado en pequeñas dosis cuando el cuerpo te pida epatar a alguna visita, son la única utilidad práctica y/o excusa para mantener esta película guardada y no tirarla a la basura a los 10 minutos de metraje.