Dinastía (Serie de TV)

Nadie fue tan perversa y sexy a la vez. la mala por antonomasia, el lujo, la belleza, el poder y la mala leche de Alexis Carrington, encarnada por la hija de Satán Joan Collins, enganchan a cualquiera, por detractor de las soap-opera que sea. Además de Lady Joan, un reparto de lujo para el cinéfilo, el mitómano o el freaky pajillero!!!
recuerden al Hitchconiano John Forsythe o la musa de Spelling Heather Locklear. Sexo, lujo, familias destruidas, perversidad, en la línea de la serie negra más B que recuerdes...
Descarnado retrato de una poderosa familia petrolera de Denver y su círculo. ¿Te gusta Douglas Sirk? no te lo pierdas.
También excentricidades alucinantes para una telenovela que sucede en unos muy lisérgicos 80: Ovnis y abducciones, terrorismo árabe, amores interraciales, homosexuales, incestuosos...
ESPECTACULAR
también existe un spin-off, que España se llamó Los Colby, que eran primos de los Carrington... total!

Ese hombre maduro, guapo, canoso y rico petrolero que se casaba con una mujer inocente y de clase media, con una exmujer vampiresa que le ponía la sancadilla a la menor oportunidad, con una hija mimada que cometía locuras y sólo le faltaba tirarse a los caballos (posteriormente cambiaron a la actriz, fue una pena), con un hijo homosexual incomprendido y traumatizado que terminaba casándose con un bellezón trepador con tal de tener contento a su padre (lo peor que hizo). Blake Carrintong era la base junto con su imperio, y la lucha por mantener a su familia donde quería su trabajo. No lo tuvo fácil con elementos discordantes como Alexis, la víbora más fabulosa que se haya visto en la tele (Collins). Todo le sucedió a esta familia, asesinatos, secuestros, robos, suplantaciones, hijos que les salían de debajo de las piedras, alienígenas, extravagancias, amores y desamores. No me perdí ni un solo capítulo.

Sin duda, una de las telenovelas más recordadas y mejor facturadas. Aaron Spelling pasará a la historia como uno de los productores de más exito y que mejor supo llegar al público de masas, y Dinastía no es una excepción. Una cruel Joan Collins, un cínico John Forsythe, y una ingenua Linda Evans conforman el trío memorable de esta historia de poder y odio del mundo petrolífero americano. Actuaciones secundarias destacadas y bien interpretadas en general aunque naturalmente eclipsadas. Un recuerdo inolvidable de la época dorada de la telenovela americana y una de lás mejores producciones Spelling. Tuvo tanto éxito que incluso llegó a tener una secuela.

“Dynasty” (1981-1989), aquí en España llegó dentro del programa de televisión de Jesús Hermida “Por la mañana”, sí, aquel que fue pionero de la televisión matinal, ¡¡¡que hasta entonces no existía!!! Y que sirvió de cuna de periodistas como Irma Soriano, Nieves Herrero, Consuelo Berlanga y María Teresa Campos (telita marinera…)

La serie duró 9 temporadas y la friolera de 220 episodios. Este culebrón americano en toda regla al más puro estilo de otros de la época tales como “Dallas” (1978-1991) o “Falcon Crest (1981-1990) narra las vicisitudes de una acaudalada familia (los Carrington), que también se dedica a la explotación petrolífera. El poder, los celos y toda clase de intrigas reinarán durante la serie de principio a fin.

Blake Carrington (divorciado de Alexis Colby) se acaba de volver a casar con Krystle (emblemática Linda Evans, que no cambió de peinado, ni de tinte en casi 10 años y ¡larga vida a sus hombreras!). Blake tiene 4 hijos de su anterior matrimonio: Steven, que fue uno de los primeros personajes gays en una serie americana, interpretado por Al Corley y más tarde debido a un accidente en una plataforma petrolífera que le desfiguró la cara y le obligó a hacerse la cirugía estética, fue substituido por Jack Coleman, quien más tarde interpretó al padre de la animadora inmortal de “Heroes” (“Save the cheerleader, save the world”). Fallon, hija mimada y un poco putón verbenero, que también fue interpretada por dos actrices (primero Pamela Sue Martin y luego Emma Samms), en este caso sin ni molestarse a inventar una historia para justificar su cambio de aspecto (estas actrices se parecían como un huevo a una castaña). Y luego teníamos a los más sosos Adam y Amanda. También destacaríamos a Sammy Jo (sobrina de Krystle) que fue interpretada por Heather Locklear (eterna special guest star en la posterior “Melrose Place”).

Pero el plato fuerte vino con la aparición de Alexis Carrington (la exmujer de Blake; Susan Douglas la denominó “delicious bitch”). Apareció en el final de la primera temporada con una enorme pamela que tapaba su rostro (de hecho, los productores para aquel entonces aún no tenían actriz contratada para interpretar este suculento papel). Fue entonces cuando se decidió recuperar del olvido a Joan Collins y contratarla para interpretar al personaje. Y aquí encontraron el mayor filón de la serie. Alexis quería destruir el imperio de los Carrington, y sobretodo acabar con su nueva “primera dama” (la angelical Krystel). La relación entre estos dos personajes hizo famosas sus “Catfights” entre la rubia y la morena; estas peleas eran verbales pero también muy físicas. Una de las más emblemáticas fue en la tercera temporada cuando ambas caen en el estanque de lirios sacudiéndose y golpeándose. Ver a estas dos señoras casi cincuentonas, con sus pelos enlacados y sus vestidos de Chanel peleándose como dos barriobajeras no tenía desperdicio.


Éstas también hicieron las delicias de los guionistas que afilaron la punta de sus lápices para escribirles líneas a la altura de estas dos grandes reinas:


Alexis (a Krystle): “No puedo esperar el día en que te vea saliendo de esta casa con las mismas dos maletas de plástico baratas con las que entraste aquí”
(…)
Krystle (a la agotada Alexis después de su primera pelea de gatas): “Si quieres una revancha, ¡sólo silba! ¡Si puedes!”
(…)
Sable Colby: “Hola, Alexis. Me alegra ver que ya estás sobria…”
Alexis: “Y ahora mi resaca acaba de llegar”
(…)
(En el lavabo de señoras) Krystle: “Alexis. Pero si este es el lavabo de mujeres. ¿Te has perdido?”
(…)
Alexis (intentando congratular a Krystel por su embarazo): “Incluso los gusanos pueden procrear…”
(…)
Blake (a Alexis): “Puedes dormir en el dormitorio principal esta noche. Lo desinfectaré mañana”
(…)
Krystle: “Blake es mi marido ahora y lo ha sido durante mucho tiempo. Aléjate de él! ¿Ha quedado claro?”
Alexis: “Krystelino!”
(…)
Krystle: “Ya he oído todo lo que mi estómago puede soportar de ti…”

Entre otras pequeñas joyas que hicieron que las audiencias se dispararan en el prime-time americano de los ochenta.

Claramente la serie influyó en la moda, en la manera de hablar y reafirmó el hecho de que nos encanta ver sufrir a la gente rica, por eso se repitió esta fórmula en culebrones como "Santa Barbara" o "The Bold and the Beautiful". Pero la serie sigue influyendo en la actualidad: está claro que "Revenge", ambientada en los no menos pijos "The Hamptons", bebe de series como "Dynasty". Este año lo han vuelto a intentar con "Deception", que aunque no es oficial aún, fijo que será cancelada.

Recuerdo con cariño este culebrón norteamericano que veía por las matinales de los primeros años ochenta mientras me levantaba para estudiar la carrera de derecho tras una jornada nocturna en el taxi. Aprovechaba para desayunar con los problemas de esta familia glamurosa que durante nueve temporadas nos dejaban entrar en sus palacios de ensueño, con mujeres malvadas pero atractivas, con sus maquiavélicos negocios para sostener sus fortunas, con su corrupción y sus amoríos, con su depravación y en ocasiones, su bondad, que no dejaba de ser extravagante con semejante familia.

Por si fuera poco, los Carrington siempre estaban enfrentados con los Colby, con lo que teníamos una amalgama de personajes que no permitían el aburrimiento.

Recordar a sus personajes principales, la malvada Joan Collins, primera mujer de John Forsythe, y Linda Evans, la actual, con la que comienza la serie, personajes que junto a sus hijos de matrimonios anteriores, los que son, y los que pueden ser, te hacían soñar, y más para un estudiante, en llegar a rozar esos palacios, esos automóviles de ensueño, esa vida de lujo que todos, al menos en nuestra juventud, ambicionamos.

Aprobado alto, 6, aunque sólo sea por su longevidad. Francamente, no recuerdo si acabé de verla en su integridad, aunque sí recuerdo que ví la última temporada aquejado de una rotura de tibia y peroné, y aunque parezca mentira, esperaba su transmisión con verdadero interés.