Por amor a Rosana

Pocos detonantes más dramáticos y, sin embargo, se trata de una comedia. Este film podría servir de ejemplo de lo importante que es el tono, por encima, a veces, del guión.

Atípica y peculiar comedia romántica que, en tono de humor negro, trata un tema escabroso, la muerte. Rosana sufre una grave enfermedad de corazón y todo lo que desea es ser enterrada junto a su hija cuando llegue el momento. Dado que el cementerio se está quedando pequeño, y ante la imposibilidad de ampliarlo, Marcello, su marido, cuidará de todo el mundo para evitar que nadie más muera en el pueblo.
Los responsables de la película tratan con ligereza un tema que incomoda, y saben dotar de un tono de humor al relato, logrando ofrecer un entretenimiento curioso.
El personaje principal interpretado por Jean Reno resulta carismático, y todos los intentos de su personaje por mantener el cementerio disponible para el posible fallecimiento de la mujer que ama, despierta la simpatía del espectador. El punto de partida de la película puede resultar demasiado estrafalario y forzado, pero su tono ligero y desenfadado logra evitar caer en el drama absoluto. Peca de caer en la reiteración de situaciones y en repetir gags cómicos, alargando en exceso un relato que con una menor duración, hubiera funcionado mejor.
El tema de la muerte y la pérdida del ser querido están presente en todo momento y la sombra del dolor persigue a los personajes protagonistas, que buscan, por todos los medios, una vía de escape que les permita morir con dignidad. Se podría acusar a la película de ser manipuladora y de jugar con las emociones del espectador, pero supongo que eso también forma parte de la magia del cine.
Por amor a Rosana es una película entrañable y agradable de ver que, sin ser una maravilla, tiene cierto encanto. Merece ser vista aunque sea una vez en la vida.

Italia, vida de pueblo (como si fuera un paisaje más del prodigioso Tornatore), Wieland se aventura aquí a recrearnos la vida de un hombre profundamente enamorado al que la cercanía de la muerte de su mujer le obligará a cometer más de un "atropello" a sus vecinos. Es una película que tiene encantadores momentos, semejantes a los de ciertos cuentos del realismo mágico o de la vida regional norteamericana, y, por extensión, logra sacarnos una que otra sonrisa. Sin ser la más grande historia de amor jamás contada, Roseanna's Grave, logra hacerse un lugar como una aventura un tanto extraña en las entrañas mismas de la bucólica vida de un pueblo que es como ningún otro y a la para es como todos.

Creo que esta película de Paul Weiland merecería más palabras que las críticas anteriores (¿por qué se aceptan críticas/comentarios de tres líneas?) ya que aúna de manera brillante la comedia con el drama, perfumado con dosis bastante correctas de realismo mágico. Jean Reno es Marcello, un marido preocupado por que su mujer Rosana (Mercedes Ruehl), cuya muerte es inminente debido a una enfermedad en el corazón, tenga una tumba en el pueblo donde viven junto a su hija. Para ello hará lo imposible por que los demás habitantes del pueblo no se mueran antes que ella y así le quiten el sitio.

El guion, escrito por Saul Turteltaub, padre de Jon Turteltaub, nos lleva por un bonito pueblo italiano, en donde el pasado de muchos de sus habitantes amenaza con volver. El tono naturalizador de la historia, el sentido del humor, la normalización de la muerte, la belleza de Polly Walker, el buen hacer de Jean Reno, convierten "Por amor a Rosana" en una película totalmente recomendada con la que pasar un buen rato.