Otra clase de justicia

Una serie B más que aceptable, con algunos actores conocidos entre los que destacan Dolph Lundgren (esta vez protagonizando al villano) o Vinnie Jones, éste sujeto a su ya característico y manoseado mismo personaje. En el papel protagonista, un luchador de artes marciales mixtas Cung Le, que protagoniza algunas peleas de interés y a cuyo personaje nada le puede ir peor. Porque encarna a un veterano de guerra que, mientras deambula buscando su destino y malviviendo en moteles, se encuentra de golpe y porrazo inmerso en una trama un tanto confusa que salpica a una banda-hermandad bastante peligrosa.

Hay acción, sangre y muerte. Y la eterna búsqueda de la venganza arrasando con todo aquello que se interpone en su camino.

Lo dicho, entretenida y aceptable.

Una vez comprobado que esta película no muestra reparos en resultar obscena y desagradable, no se entiende muy bien que ese atrevimiento no haya sido bien aprovechado, pues su desacomplejada condición era lo único que se necesitaba para construir un agitado y visceral videoclip que proporcione entusiasmo y deleite a sus seguidores. Y es que la película se queda a medias en todo, en urdir un motivador enfrentamiento bandal, en armar el llano avance de las circunstancias de tal modo que la precipitación no sea una cualidad que salte a la vista, y hasta parece que se resiente en hacer brillar a sus primarios protagonistas; cosa que desde luego no requiere demasiada pericia, aquí hubiera bastado en dejar durante un rato suelta la imaginación.

El desatado Vinnie Jones, que claramente se divierte parodiándose a sí mismo en este tipo de películas, una vez más permanece a la sombra, pues no se le da la oportunidad de hacernos disfrutar con sus burradas y excesos. La sencilla y jugosa faceta que ostenta Dolph Lungren tampoco es solventada de firmeza, pues un rol tan imponente no puede estar sometido a una constante tanda de vaivenes innecesarios dentro de su asimilable planicie de actitud. Un tipo así no vacila ni muestra rasgos en su conducta que inviten a pensar que se está contradiciendo. Es seco, desagradable y tiene unos valores determinados que nosotros ya asumimos, no es necesario tratar de forzar la confusión. El personaje protagonista que más atina en el sentido común (dentro de sus limitaciones, obviamente) es el que desencadena todo el meollo, "el chino tranquilo", que simplemente va borrando a todos los desgraciados del campo de juego. Con algunos se toma más tiempo, y con otros menos, pero en este sentido la película sí que resulta efectiva.

Yo, que pensaba que era Cuba Gooding Jr. (fue la asociación instantánea que hice al echar un fugaz vistazo al cartel), debo confesar que los primeros instantes de la película me han dejado completamente pasmado, pues este Cuba Gooding Jr. me resultaba poco familiar, su tez parecía muy castigada por el tiempo, y además parecía estar algo 'achinado'. ¿Tales efectos le ha dejado una posible intervención quirúrgica facal, me pregunto. Luego salí de mi incrédulo al comprobar de que en realidad es otro intérprete llamado Cung Le. Ya me parecía que ese no podía ser él...

La investigación policial sobre lo que está aconteciendo como trasfondo también es bastante acertada, sobre todo si nos detenemos en el dilema que es escenificado en la propia pareja que lleva el caso, uno apoya y alaba la efectividad del vengador, cuya identidad lógicamente presuponen, mientras que su compañero se muestra más reacio al respecto.

La película adolece de diálogos desastrosos y es algo que se agradece, de hecho la película por momentos logra convencer, no resulta aburrida, pero para mi gusto no termina de explotar. Se percibe que la intención ha sido tratar de respetar lo máximo posible la modesta línea argumental para así poder mantener el esquema narrativo sin incurrir en el ridículo. Pero uno no puede dejar con ganas al sector del público al que va dirigida, pues aunque todo aquel que esté familiariazado con el género admitirá que esta película tiene su diversión, pero saca a relucir demasiados detalles, para luego terminar pasando muy por encima sobre ellos. Por ejemplo, es de suponer que la prostituta del principio después tendría mayor relevancia en el devenir de la trama, pero no es así. Uno también podría esperar que se abordase con un mínimo de iniciativa la cuestión del proxenetismo, pero nada, también parece quedar en el olvido. Cuando a lo largo de la película salen varias secuencias al respecto, pero estas aparte de resultar desabridas, fruto de una floja dirección, no son siquiera relacionadas de ningún modo.

Todo lo anterior sería motivo suficiente para poder ponerle perfectamente un 1 a la película, pero siento que con esta 'A Certain Justice' debería de ser algo más generoso. Al menos es divertida, que ya es algo.

Pasajera producción de acción apoyada en un argumento plagado de tópicos y referencias del género, que cuenta con la presencia y participación de algunos rostros conocidos como Dolph Lundgren.

Se apoya en un argumento plagado de tópicos y situaciones mil veces vistas, donde un excombatiente se ve implicado en una guerra personal contra el grupo de personas que han quemado a su familia después de que éste haya salvado a una joven prostituta de los criminales.

Más y mejores críticas en enlace http://www.enmicine.com/2015/12/otra-clase-de-justicia-puncture-wounds.html

Una película, que para mí gusto, cansa.
No le encontré la emoción en ningún momento y las peleas las vi forzadas.
No me gusta ver al señor Lundgren haciendo de malo( no lo veo,no).
El señor Jones ¿Ha hecho alguna vez de bueno? Me gustaría verlo en otro papel,ya que siempre repite el mismo rol.
El señor Jones me gustó en su papel de mean machine, me gustaría verlo mas en esa clase de papeles.
En resumen:Le pondré un regular(5).
Besitos y saludos.

Película violenta, de muchos golpes y ajustes de cuentas, donde uno que sabe golpear, que tiene un mínimo de sensibilidad (o sea, un no cobarde) ante las víctimas cuando éstas son acosadas o violentadas por gentuzos prototipos de la canalla urbano degenerada, le da a tales representantes —de esos antisociales nocturnos, escoria humana que tanto abunda hoy en día en las ciudades al amparo de sus mamás y del sistema que los amamanta—, les da lo que andan pidiendo y verdaderamente necesitan: golpes a mansalva, para que prueben de sus propias indamas, para que sepan lo que puede pasarle a quienes van por este mundo de cabrones redomados cuando se cruzan con un «ángel justiciero» o simplemente un hombre que no es un monín súper buenista al estilo de la escala de pseudovalores que propagan medios multimillonarios de desvergüenza y manipulación de la moral como el canal de televisión en España, TELE 5, o más en concreto su programa fabricante de zombis, «Sálvame».

Para que sepan lo que vale un peine.