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Confessions of a Dog

Drama. Thriller Violencia, pagos ilegales, drogas, intimidación... es lo que uno relacionaría con los yakuza, la mafia japonesa. Sin embargo, en este film de denuncia de tres horas de duración, Gen Takahashi saca a la luz los trapos sucios del grupo más peligroso en las calles: la policía japonesa. Takeda (Shun Sugata) es un honesto policía, padre y marido, pero después de su ascenso a detective rápidamente se ve envuelto en sucios acuerdos ilegales, ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
1 de mayo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increible obra que no deja tregua al espectador, bajo la insinuación constante de casos reales e incluso la posibilidad de que todo provenga del diario del protagonista, buen cine con mucho mas que una feroz critica a todo el sistema policial japonés y su corrupción policial, recuerda a casos de Mejico, Bolivia o Brasil, pero no señores hablamos de Japón, una de las superpotencias mundiales y supuestamente uno de los países con mejor percepción de su sistema judicial de cara al exterior.

Imprescindible.
valekiara
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5 de agosto de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absolutamente letal.

Una de las críticas más inspiradas y mortíferas sobre corrupción policial que he visto en mi vida, directamente.

No es de extrañar que estuviera prohíbida en Japón porque el aspersor además consigue empapar en todas las direcciones y el mundo judicial y periodístico también son objetivo de Tiki Taka, nadie queda a salvo del terremoto, al parecer, nuestro ídolo decidió realizar este obús denuncia tras sufrir en carnes un altercado con la policía, y tras contemplar la barra libre policial sufrida por Japón año tras año donde el respetable, impotente, debe agachar la cabeza y poner el culo.


En una entrevista, Tiki Taka dejaba claro cuáles fueron los motivos que le llevaron a desafíar al mundo de esta manera, "odio a la policía", además, también indicaba que todo está basado en hechos reales porque conoce los hechos, en fin, un tipo con inquietudes y necesario.

La película dura tres horas y seguramente sea un freno de emergencia para muchos, pero la exquisita disección y dosificación del nido de corrupción que emplea Tiki Taka son admirables, para ello, bebe directamente de Fuck a saco, donde la corrupción reina y el héroe es el antihéroe, recordando también en ciertos aspectos a "Batallas sin honor ni humanidad".

Sorprende el elenco de actores que apestan a verdad, realmente fantásticos, aunque sobresale de manera rotunda el desconocidísimo Shun Sugata, que está inmenso, memorable, llegando a acercarse por momentos al atómico Bunta Sugawara, otro sujeto capaz de volatilizar la pantalla con una fuerza y presencia abrumadoras, aquí, Sugata sabe impregnar de matices al personaje, donde la evolución es muy creíble llegando a incendiar la pantalla en numerosas ocasiones.


No obstante, cabe añadir que todo es familiar y actual, los sobres no son sobornos sino propinas, todo es falso salvo alguna cosa, ya sabéis, Rajoy y Marhuenda no alzarían su pulgar ante este veraz lanzallamas.

Para rematar el recado, la película cuenta con un final abrasador, que me hizo levantarme de la butaca para aplaudir efusivamente con la daga tiesa y los cancarros haciendo el columpio, un remate al fondo de las mallas cargado de teatralidad absolutamente inspirado y memorable, una de las mejores bajadas de telón que he visto nunca, inolvidable.

En fin, necesaria película.

Se despide desde el jardín de una casa de pitufos.
En propia mano.

Eduardo Chozas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Killer_Wolf
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5 de enero de 2016
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“Por qué has decidido hacer esta película?”

“Porque odio a la policía”.

Así de tajante se mostraba Gen Takahashi respecto a Confessions of a Dog, la cual, argumenta, todo lo que muestra es cierto. Basándose en el trabajo del polémico periodista Yu Terasawa (culpable directo de la expeditación de decenas de policías y receptor de amenazas directas por parte de los mismos), el director nos introduce en las cloacas de las fuerzas de seguridad del estado nipón.
La película tiene una duración de 3 horas, pero ninguno de los minutos es sobrante, pues está perfectamente articulada para que no perdamos el ritmo ni la tensión en ninguno de los 3 actos en los que se divide. Comenzando por los torpes inicios del oficial Takeda (maravilloso Shun Sugata) como patrullero a pie de calle, pasándo por su ascenso a comisario y su integración en un sistema de corrupción y recompensas, hasta llegar a la última parte del filme, donde se comenzaran a destapar todos los trapos sucios y los rastros de mierda que Takeda ha dejado, haciéndole caer en desgracia.
Creada en 2005, pero no distribuida hasta 2009 debido en parte a los peliagudos temas que trata, Confessions of a Dog no es una peli ni tremendista ni dada a florituras. El estilo es sobrio y comedido, a penas unos cuantos planos manieristas, la tónica es dejar que el relato hable por si mismo en una peli puramente narrativa y poco dada a la espectacularización.
Comparada con las películas de polis corruptos típicas de USA (Dirty Harry, Teniente Corrupto), en ésta ni el carisma de su protagonista ni las acciones escandalosas que lleva a cabo son el foco del relato. En vez de eso, la historia de Takeda se nos presenta como un ejemplo cualquiera dentro de un mal sistémico que afecta a todo el entramado policial: el abuso de poder. Takeda no es un chivo expiatorio ni una manzana podrida, es una víctima más de un modelo de policía que no conoce otra forma de actuar que no sea la corrupción y la obediencia ciega a sus superiores. En este sentido, Takeda, a pesar de sus deleznables actos, no llega nunca a infundirnos más rabia que lástima. La gran diferencia (y la osadía de Gen Takahashi) es juzgar a la policía no por sus miembros, si no como un todo, una forma de entender el monopolio de la violencia que no conoce otra forma de comportarse que no sea mediante el abuso.
Frente a unos medios de comunicación serviles, una justicia compinche y una población adormecida, los héroes de la historia acaban por ser un reportero despistado y rebelde y un joven macarra yakuza, personajes fuera de los bordes del sistema social que, precisamente por no estar dentro de éste, son los únicos que escapan a su corrupción. Confessions of a Dog no quiere justificar acciones ni señalar culpables individuales, para Gen Takahashi el problema no son los policías, si no la institución de la policía en sí.
En esta pesimista visión de la realidad, el foco se coloca en la imposibilidad de los agentes individuales de superar de las lógicas que imperan en ese mundo, los castigos que reciben aquellos que se atreven a incumplirlas y la pasividad de todos aquellos que aceptamos ese aluvión de corrupción sin que hagamos nada por romper el círculo.
Si hay una palabra que defina esta película mejor que corrupción es sin duda obediencia: lo que el director considera el verdadero lastre de una sociedad que acepta lo inaceptable solo por rutina y falta de crítica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
korzowei
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