The Beauty Inside

No son pocas las veces que una idea excelente, que una sinopsis excepcionalmente imaginativa, termina tristemente en el saco del cine que podría haber sido, pero no fue. Conceptos maravillosos que acaban en un producto que desaprovecha un potencial enorme.
Es algo que apena profundamente pues considero que lo difícil es crear la semilla de la que partir, lo difícil es crear un inicio y luego este debe fluir casi por si solo. Es la base lo complejo de concebir, y así está demostrado cuando vivimos en una sociedad en la que ya se ha inventado todo, en el que cine está plagado de remakes y de películas se repiten hasta la saciedad abundando las tramas repetitivas. Donde los videojuegos se almacenan en secuelas que llegan a la decena de partes. O donde incluso dentro del mundo literario, muchas veces no hacemos más que leer lo mismo una y otra vez con la salvedad de encontrar a personajes de distinto nombre en diferentes realidades.

Todo esto me lleva a comentar que hoy me encontré por casualidad una sinopsis de estas características que no es otra que The Beauty Inside, y no pude evitar tener este miedo, ese en el que una una genial idea no consigue ser llevada a cabo de una manera digna.
Y tras visionarla me alegra decir que por suerte, esta vez, no ha sido caso, y me he encontrado disfrutando de una cinta maravillosa en muchos sentidos.

Este es un producto que atesora el ritmo sobrio del buen cine romántico francés, pues todo se desarrolla con pausa, desde la sutil banda sonora, pasando por la narración o lento fluir de la trama. Todo es contado con cariño, cada plano, cada secuencia, cada dialogo, está trabajado para que podamos percibir el sentimiento -de soledad, de amor, de amistad- que el film quiere transmitirnos, para embaucarnos en una especie de paz e incluso relajación. Es altamente detallista, cada mirada o sonrisa desborda amor, es inspiradora, bonita y tierna.

¿Es aburrida? ¿Demasiado densa? ¿Quizás tiene un metraje demasiado extenso? ¿Es excesivamente seria? ¿Tal vez más dramática de lo que debería? Todas estas incógnitas quedan a la libre interpretación del espectador, pero ninguno de estos puntos, ciertos o errados, pueden negar todas las virtudes objetivas anteriormente expuestas.

Sí, puede ser que algo hecho con tanto mimo pueda llegar a aburrir a algunos espectadores. A pesar de pertenecer al género de fantasía, está ampliamente lejos de lo que caracteriza a ese tipo de cine, por tanto si se busca fantasía seguramente The Beauty Inside no cumpla las expectativas, porque está película es un drama romántico que se toma demasiado en serio a si mismo, con la salvedad de tener en esencia ese toque fantástico del que parte todo.

Quizás como punto objetivo a corregir, pueda hablar de las interpretaciones ya que el alto número de actores y actrices seleccionados para interpretar a Woo-jin es tan elevado que a veces encontramos incongruencias en sus reacciones o gestos, y es que al fin y al cabo, cada uno de ellos tiene las características propias que evidencian diferentes modos de ver e interpretar cine.

No podría terminar mi crítica sin mencionar la extrema belleza de Han Hyo-ju, actriz que interpreta a Yi-soo. Ella amplía toda el atractivo que emerge de este film hasta cotas elevadas, y además, debo decir que el elenco masculino acompaña esta tesis: las feminas deseosas de ver chicos guapos asiáticos encontraran aquí un extenso surtido de ellos, pudiendo llegar a envidiar profundamente a Yi-soo

Basada en la miniserie homónima de 2012, ‘The Beauty Inside’ toma como eje central la vida de un joven que al cumplir 18 años descubre que a partir de ese momento, cada mañana, despertará en un cuerpo totalmente distinto al del día anterior. Esta premisa, llena de posibilidades, es llevada a pantalla de forma correcta, pero sin sobresaltos. Un romance de más de dos horas en el que disfrutarás de su gran reparto, preguntándote uno tras otro quien será el siguiente actorazo en aparecer.

Woo-jin se despierta cada día dentro de un cuerpo distinto, con diferente edad, sexo o nacionalidad. Algunas veces es un hombre, otras una mujer; un anciano o un joven, incluso a veces un extranjero. Dentro es la misma persona, pero por fuera siempre es alguien nuevo, lo que es algo difícil de llevar. Lo único constante en su vida es la chica a la que ama, Yi-soo (Han Hyo-joo). ¿Será capaz de vivir con alguien como él el resto de su vida?

‘The Beauty Inside’ se disfruta muchísimo más si eres aficionado al cine coreano o a los K-dramas. Sencillamente, porque solo así comprendes la magnitud del reparto que han buscado para dar vida al protagonista. Uno tras otro, aparecen estrellas de la talla de Park Seo Joon (‘Parásitos‘, ‘V.I.P‘), Park Shin-Hye ‘(‘Recuerdos de la Alhambra‘) o Lee Dong-Wook (‘Tale of the nine tailed‘) por mencionar solo tres ejemplos cuyas filmografías podrían tenernos entretenidos todo un año.

Verlos pasar por pantalla es mantener la sonrisa de forma continuada, abriendo lo ojos cada vez más con sorpresa al verlos aparecer, sin importar sea de forma cómica o dramática. Lo mismo nos pasó en su día con películas como ‘Ocean’s Eleven’ o ‘Love Actually‘ en el que un reparto estelar hacía las delicias de los cinéfilos, al ver concentrada semejante cantidad de grandes actores y actrices a las que uno mentalmente ubicaba en sus películas favoritas casi sin darse cuenta.

Cuando comienza ‘The Beauty Inside’ la historia nos introduce en la vida de Woo-jin, quien al cambiar de cuerpo día tras día solo mantiene contacto con su madre y mejor amigo, las únicas personas que conocen y aceptan los cambios que sufre a diario. El guion no adolece de escenas lacrimógenas con las que exponer una situación imposible sino todo lo contrario. Habla en su primera parte de aceptación, no sin sus más y menos, pero exponiendo lo positivo de una situación que habría llevado a cualquiera a tomar decisiones más drásticas, dándole vitalidad y frescura mientras el espectador se hace a la idea (fantasiosa) de que alguien pueda cambiar su apariencia y el mundo siga girando sin más.

Pero la verdadera protagonista de la historia es ella, la joven de la que se enamora el protagonista, quien queda relegado a un segundo plano desde el momento en que ella aparece en pantalla, pasando nuestro centro de atención a gravitar inevitablemente entorno a ella. Han Hyo-Joo da vida a Yi Soo, una mujer atenta, de esas que te atraen con su calidez humana y gesto amable. Woo jin reconoce en ella a la persona con la que le encantaría compartir el resto de su vida, pero antes deberá conseguir que acepte no estar ante la misma persona en cada encuentro que compartan.

Una vez se hace la introducción de los personajes, ya sabemos por donde va a tirar la historia. No hay en el guion nada loco que nos descuadre. Se trata sencillamente de la vida pasar mientras dos personas se conocen cita tras cita. La única diferencia aquí es ver a la protagonista lidiar con los cambios físicos de la persona de la que se ha enamorado. Todo el conjunto es llevado con naturalidad, poco a poco se exponen los problemas a los que se enfrentan, y conforme madura la relación, llegan las preguntas que se habían pospuesto en un intento por hacerlas desaparecer.

¿Cómo vivir en sociedad con alguien ‘distinto’ cada día? ¿Es posible ‘estar enamorado’ de una persona a la que no reconoceríamos en una plaza de llena de gente? Es muy ingenuo pensar que el físico no importa, y eso es lo que nos lanza a la cara ‘The Beauty Inside’. Todos nos enamoramos de algo de la persona a la que queremos, hay algo en ellos que nos atrae físicamente ya sean sus ojos, el color de pelo, su voz o un simple gesto. ¿Seríamos capaces de acostumbrarnos a alguien nuevo cada día?

El mensaje que transmite de forma magistral ‘The Beauty Inside’ es uno en el que no se suele pensar cuando se busca una historia romántica para pasar la tarde. El estrés emocional que acompaña a la protagonista en cada minuto de relación es la clave más interesante de todo el metraje y el director no se olvida de ello.


Estéticamente, ‘The Beauty Inside’ es una preciosidad, porque nos lleva de paseo por lugares cotidianos pero llenos de belleza. Entramos en tiendas de muebles y decoración, pequeños mercados y tiendecitas de esas que enamoran por su sencillez y gusto tradicional. A través de su cuidada puesta en escena se engarza con una idea clave, ser únicos y especiales. El juego de cámara y el montaje, pese a su complejidad, es excepcional. Hay un enorme dinamismo en la introducción continuada de ‘cuerpos’. Unos cuerpos que pese a ser nuevos mantienen siempre la sensación de familiaridad mientras dan vida a Woo jin.

‘The Beauty Inside’ ofrece entretenimiento durante todo su extenso metraje. Si bien es cierto que su premisa podría habernos ofrecido una cinta de enorme complejidad emocional con una de esas historias épicas que pasan al recuerdo, obtenemos finalmente un producto que nos deja con el corazón reconfortado, sabiendo que no siempre necesitamos cintas complejas o excesivamente emocionales para pasar un buen rato.

Esta es una de esas películas que vuelves a ver en un día cualquiera mientras pasas de canal o buscas que ver para relajarte, y eso lo dice todo de ella. Disfrútala sin más, y déjate llevar por su calidez y fantasía aceptando que la belleza tiene múltiples formas y se encuentra siempre en los ojos de quien mira.

Crítica para www.magazinema.es
3.1 sobre 5

Fantasía de múltiples semblantes, pero corazón único.

Es extrañamente deliciosa, chocante, deslumbrante y misteriosa, todo un insólito canto al amor sin rostro, épico romance de múltiples caras, pero corazón exclusivo, cuyo magistral enfoque posee un fascinante interior que emociona e hipnotiza; conmovedora historia de dificultad y esperanza donde, la soledad de quien vive con infinidad de imágenes cambiantes, encuentra la serenidad y confianza de esa mirada que siempre le hallará sea quien sea, pues aunque enferma estando con él, es peor la vida sin el tacto de su cambiante mano.
Una seductora “Amapola” a la guitarra como balada para abrazar este cálido y perplejo proceso de enamoramiento lleno de complejidad, asombro, ternura y entendimiento mutuo de dos infinitos seres donde caben todas las posibilidades físicas, pero que siempre será de espíritu único, ese que te relaja, acomoda y une a esa persona afín, maravillosa y confortable, aceptando todos los retos que se unan a la pareja.
Incrédula locura de complicado rompecabezas llevado con una delicadeza, miramiento y sensibilidad exquisitas para que vayas conociendo y cediendo al cariño, por un individuo de quien nunca verás su identidad y cuerpo pues no importa, son accesorios; será su superviviente esencia dolida y herida, de encierro obligado y comunicación nula, la que halle esa cura sugestiva de quien le observa y espera su respuesta ya que, “te encontraré antes de que me encuentres” o, no pararé de buscarte hasta que admitas haberte encontrado.
Confusa, en el mejor de los sentidos/en el mayor de los placeres, necesitas ver esta película; olvida la prosa, Romeo, Julieta y Shaskepeare, un drama romántico, con tintes de ironía cómica, de quien no puede encajar la realidad y se ríe con ella, pues a ella atado está, a sus caprichos y vaivenes y, a partir de su admirada insensatez y demencial ilógica, construye la solidez de un amor profundo que no necesita ver la superficial apariencia, pues ama lo que se oculta y sobrevive bajo ella.
Rompe la estructura ordinaria del enamoramiento, pone la absurdidad como bandera presidencial, el despropósito como explicación, la transigencia como creencia, el disparate como conjunto, la ilusión como dolor e incertidumbre de quien, creyendo no poder querer y ser amado por ser diferente cada día, descubre que esa es la mayor barbarie expuesta pues, cuando amas, ya no contemplas el rostro de tu ser amado sino que ves, a través de él, a la persona de la que realmente te has enamorado.
Deja recuerdo, se respira con goce, se acoge con agrado, se consume con superior gusto, indemniza la decepción romántica en cuanto a ideas nuevas, devuelve la satisfacción por el género, compensa el tiempo dedicado y embelesa la quimera de su ánimo; “el amor es la solución a todo, también su ruina”, y aquí se sufre, disfruta y sueña por partes desiguales, unas se absorben con más plenitud que otras pero sin duda, todas ellas son de graduación absorbente en su desconcertado deleite; saldrás hechizada y contenta de su visión, complacida y feliz de su elección, saciada con su argumental paranoia de sentimientos honestos y puros y toda la ingravidez que se citan alrededor suyo; no importa el decorado externo, importan las sensaciones de cada uno al buscar esa peculiar silla para sus necesidades y, acá, entre el diseñador y la clienta hay una complicidad tierna y sugestiva que insinúa “eso es todo por hoy”, se acabó la búsqueda.
Intuitiva y atrayente Han Hyo-ju como etiqueta continua que ayuda a procesar la inquietud, duda y cariño que compartes con ella; una evocadora fábula sobre lo verdaderamente importante de las personas, en unos tiempos donde se rinde culto al cuerpo; humor para narrar la inseguridad de no controlar el aspecto, tragedia para exponer el aislamiento de no tener fisonomía estable, el cambio como simbología afectiva de lo que es verdaderamente fijo y eterno..., tú, tu ser y tu persona, ya seas hombre o mujer, niño o anciano, gordo o flaco, negro o caucásico, tú estás ahí y es lo que refleja esta película.
“Un día ¿es demasiado corto o es suficiente?”; basta un segundo de confort, un minuto de empatía, una hora de bienestar para encajar y que ya no importe el rostro.
Enamórate de lo no visto pero si conocido, pues nunca le verás, pero le sentirás desde el inicio; un bonito y cortés cuento para encandilarse de esa belleza interior, que me dices eres tú quien vive dentro.

Lo mejor; la singularidad anómala de su argumento.
Lo peor; no verla en su original lengua.

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