¿Venís juntos?

Es la parodia perfecta de las comedias absurdas americanas, que se producen igual, causan los mismos efectos y al final obtienes idénticos resultados: NADA.

La absurdez llevada a límites insospechaos, un guión que es una sucesión de gags sin gracia, e inconexos, donde la trama resulta casi inexistente, para que las gracietas encajen.

Puedes perder el tiempo con ella, porque resulta tan... incalificable que hasta encuentras que el lado friki de tamaño esperpento, puede ayudarte a pasar una tarde de siesta, o dejarte con la boca abierta, porque no te lo puedes "DE CREER"

Un 2, porque solo es mala.

Mira que tenía ganas de reír, pero nada... No entiendo su estúpido humor. En realidad lo que se merece es el calificativo de "estupidísimo" humor, adjetivo que debería de acuñar la RAE después de pelis como ésta. No me gustó nada, sus personajes eran demasiado absurdos y sólo hay malos actores en ella. Ni siquiera la aparición de Cobie Smulders me llenó, porque sólo hace de guarrilla con dos frases... A los cuarenta minutos me largué del percal éste con la pena de haberlos perdido y que no fuesen recuperados nunca. Pero bueno, llevaba dos tardes perdiendo el tiempo con otras cosas más reales y prefiero perder esos cuarenta minutos a dos tardes enteras, obvio. Saco sólo un punto positivo que me hace no darle el 1: Es alegre.

Resumen: Una mierda de humor inclasificable.

Parodia de comedia romántica que pretende burlarse de las comedias románticas, de todos sus clichés, de sus personajes prototipos y escenas ridículas que se superponen una y otra vez.
Hasta ahí la teoría, ¡genial!
Ahora, la práctica ya es diferente.
Reconocerás los símiles a películas conocidas, el cachondeo de sus señas de identidad, la bufonada de cada fotograma, la diversión de los diálogos que le acompañan pero que te diviertas, pases un tiempo de jolgorio y entretenimiento es otra cosa, es más complicado porque de nada sirve la lectura gráfica y entendida del chiste que se cuenta si no provoca la risa hilarante y carcajada espontánea que debe acompañarle, porque si en vez de reír con naturalidad sólo percibes la gracia y el humor narrado sirve de poco, porque recordar la fiesta con cariño y encanto pero ser el primero en irse y volver a casa no es buen síntoma.
Aquí, como mucho, alguna sonrisa esporádica y poco más..., porque ha sido más divertida, genial y fantástica para ellos rodarla que para ti visionarla.
Resultona pero sin apenas efecto.

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La verdad es que lo que ha hecho aquí el director David Wain es toda una parodia de las típicas películas americanas románticas, ya que desde el principio hasta el final el director no deja de reírse de ellas y, la verdad, me ha caído bien el experimento, me ha parecido una película muy amena y con buenos puntos de humor.

Se rodea aquí Wain de la pandilla oficial que le suele acompañar a lo largo de su carrera como director, siendo como son también grandes amigos en la vida real. El primero de todos ellos es Paul Rudd, veterano actor por ql que no parece pasar el tiempo ya que está tan atractivo como siempre. Rudd me ha gustado desde que le vi por primera junto a Jennifer Aniston en "Mucho más que amigos" y ahí sigue el chico, en su salsa como el protagonista enamoradizo de la película. Muy bien por él.

La chica de la película es la cómica Amy Poehler quién me había sorprendido muy gratamente en su película"Baby Mama" junto a Tina Fey y que aquí es el interés sentimental de Rudd. Poehler no es la típica mujer perfecta que lo hace todo bien y que está como un tren sino que es una chica de lo más normal, con miles de defectos y miles de virtudes, tu vecina de al lado y la química con Rudd no está mal.

Junto a ellos un divertido Christopher Meloni, una guapa e interesante Cobie Smulders, un sorprendente Michael Shannon en un pequeño papel bastante hilarante, unos correctos Bill Hader y Ellie Kemper, así como un histriònico Ed Helms.
Agradable de ver.
Un saludo,
Tess

¿Venís juntos?, conocida en Latinoamérica como "Destinados al amor", típica comedia norteamericana, llena de clichés y tópicos harto conocidos en este género, que apenas logra sostenerse con alguna que otra situación divertida.

En cuanto a la trama principal, el conflicto, entre la multinacional y la pequeña tienda que aquélla pretende absorber, no se explota del todo, privando más la intención de cómo unir a los protagonistas a través de situaciones y chistes algo facilones. El tramo final resulta ocurrente y gracioso, para darle un buen cierre a la película.

De las actuaciones: los protagonistas Paul Rudd y Amy Poehler funcionan de manera individual, pero como pareja no cuajan del todo, carecen de la química y la complicidad suficiente para empatizar entre ambos.

La mejor chuchería de esta película es Cobie Smulders: divina, sensual, exquisita. Una lástima que su participación fuera tan corta, pero se la come en sus breves apariciones. Cobie es de lo mejor del elenco junto a un buen Paul Rudd, a quien se le da bien la comedia.

Recomendada para pasar el rato, nada más.