Escape from Tomorrow

Escape from tomorrow convierte un sitio diseñado para la felicidad en el escenario de una pesadilla. La peli nos cuenta el día de una familia en DisneyWorld, poniendo el foco sobre el padre, un hombre que empezará a confundir realidad e imaginación y que acabará sepultado en sus propios miedos. La primera mitad de la cinta es genial, inteligente y perversa. La segunda mitad sigue siendo genial, pero es más delirante y, a mi parecer, pierde la sutileza que estaba teniendo.
Lo interesante es que todo lo que vive ese pobre señor tiene origen en cosas reales que nos pueden pasar a todos en este tipo de recintos, desde la pérdida de un niño hasta sufrir una agresiva indigestión. El mensaje de Randy Moore es claro: alejémonos de estos centros del horror.

Lo mejor: lo radical de la propuesta.
Lo peor: el delirio del último tercio es difícil de asimilar.

Pues sí. Este filme tiene mucha relación con el clásico (y pedante) filme de Luchino Visconti "Muerte en Venecia". Ambos se suceden en sendos parques de atracciones- hoy en día, Venecia es más un parque temático, con sus tornos y todo que una ciudad de verdad - en ambos filmes se nos describe la crisis de los cuarenta que sufre el protagonista y su obsesión enfermiza por adolescentes que como diría Salvador Sostres, aún no huelen a ácido úrico, así Dirk Bogarde se obsesionaba con el andrógino Tazio mientras que nuestro protagonista se obsesiona-sexualmente- con dos jovencitas francesas extremadamente jóvenes, cuasi preadolescentes y, en ambos filmes, los objetos de deseo se aperciben de la mirada lujuriosa de los señores maduros y se divierten con ello. Y una última coincidencia, en Venecia hay una epidemia de tifus y en Epcot hay una epidemia de la llamada "fiebre felina". Incluso hay una cuarta coincidencia, pero para leerla, hay que leer la zona spoiler.

Así que tenemos un remake inconfeso de "Muerte en Venecia" escrito y rodado por un fervoroso seguidor de los filmes más extravagantes de David Lynch. Llenará el filme de originales chorradas- desde un homenaje a "Almas de Metal", a las alucinaciones psicóticas y todo aquello sobre las princesas como objetos sexuales a disposición de hombres asiáticos, más propio de "Twin Peaks". Todo ello rodado y fotografiado en un excelente B/N y con una destacable BSO.
Los actores, en especial la pareja protagonista, lo bordan, una crisis cuarentona fulminante y la desesperación de la mujer y madre de dos niños, uno de ellos realmente odioso.

Y luego está el tema del rodaje "pirata" en las instalaciones de Disney. Apenas es anecdótico. NI influye en la historia ni cuestiona o critica a la todopoderosa empresa del ocio. Podía haberlo rodado allí o en "Parque Warner". Tanto monta.

En cuanto a la realización, el director busca encuadres y secuencias originales, empleando cromas cuando no podía rodar con los actores en el parque temático. Y son cromas muy chapuceros. Se apoya también en un elegante y resolutivo montaje, ofreciendo un producto muy profesional para los pocos medios que tuvo (se gastó unos 650.000 $).

El resultado es un film enigmático, bien rodado, interesante por cuanto la historia narrada transita entre la alucinación lisérgica, el terror y un falso documental al uso, con personajes siniestros y situaciones pesadillescas. Una fantasía de una mente alterada. Una fantasía nada aburrida y con capacidad de sorprender hasta el final.

¿Qué es la felicidad?:
¿Ese efímero momento en el que conseguimos algo deseado?
¿Ese efímero momento en el que estamos a punto de conseguirlo?
¿Ese efímero momento en el que creemos que podemos conseguirlo?
¿Existe realmente la felicidad o es un concepto inventado, como lo podrían ser el amor o la amistad?
¿Qué es entonces lo que nos vende Disneyland?
¿Felicidad?
Pero...
¿Por poder conseguirla allí recorriendo esos escenarios cartón piedra?
¿Por poder contar a nuestros amigos(si es que realmente lo son) que hemos estado ahí?
¿Por ver a nuestros hijos pasándolo bien, si es que ellos son felices o sólo están marcando otra casilla en la lista de cosas que supuestamente deben hacer para ser feliz?

Interesante película que vale más por lo que plantea que por lo que cuenta.
Un matrimonio en Disneyworld con 2 hijos lo tienen todo para pasar unas inolvidables vacaciones. El problema viene cuando el padre recibe una llamada esa misma mañana en la que le comunican que está despedido...le queda así un largo día por delante fingiendo para que su familia no se dé cuenta y no estropearle la diversión. A lo largo de ese día, en un Disneyworld en un blanco y negro más propio de una pesadilla que de un colorido parque de atracciones, el padre irá perdiendo la cordura...

El film se mantiene interesante hasta que a unos 20 minutos del final todo pierde sentido; supongo jugando con la enajenación que va sufriendo el pobre cabeza de familia. A partir de ahí puedes sacar la conclusión que quieras aunque creo que eso es lo de menos para el director que lo que nos ha vendido es una cruda crítica a los valores de la sociedad actual, lo cual no es poco.
En cuanto a la felicidad de la que hablaba anteriormente, cada miembro de la familia la encuentra en un lugar diferente:
La madre; demostrándole al marido que es ella la que sabe cuidar de sus hijos.
El padre; persiguiendo a las dos adolescentes por el parque.
El niño; sacando de quicio al padre
La hija es la única que parece disfrutar del parque en sí...o ¿no?

Si no fuera por la media hora final, la cosa sería bastante potable. Rodada en DisneyWorld (salvo algunas escenas chapuceras con un Croma muy cantoso), pero utilizando una fotografía en blanco y negro para dar una sensación de irrealidad, la peli nos presenta en la primera hora a un padre de familia recién despedido que se siente tentado de alejarse de ataduras familiares y echar una cana al aire con alguna jovencita de la que se queda prendado paseando por el parque. Esto le lleva a descuidar a sus hijos y la consabida riña con su esposa. Pero, al poco le detienen y comienza una sucesión de hechos extraños y aislados que le dan la marca de "surrealismo" al film, embarullando un guión hasta el momento fácil de seguir e incorporando aspectos confusos y hasta metafísicos que no le hacen ningún favor al metraje.
Así, lo que podría haber sido una buena muestra de cine de terror psicológico independiente, se queda en otra pincelada de cine de autor con pies pero sin cabeza.
Claro está, también puede pasar que uno no haya entendido el mensaje de la película. Tampoco se empeñan en que lo hagamos.

Jim (Roy Abramsohn) es un hombre que va a pasar unas vacaciones a Disney World junto con su esposa Emily (Elena Schuber) y sus dos pequeños hijos. En el hotel en que se encontraban hospedados le acaban de decir que fue despedido de su trabajo, por lo que el idílico viaje comienza a estropearse.

Situación que se va volviendo más compleja en cuanto al accionar que va teniendo Jim a lo largo del día, acosando y siguiendo a un par de chicas parisinas y comportándose en términos generales de forma muy extraña, para cerrar con una última media hora volada en surrealismo.

Escape from Tomorrow es como un chiste de sí misma, su argumento se va disgregando mucho y flaquea en gran medida, la verdad uno no se traga el cuento de lo que está viendo, mucho por la pésima actuación de Abramsohn, que parece que tampoco se traga la propuesta.

A destacar el trabajo de fotografía en blanco y negro por parte de Lucas Lee Graham y la dirección de Moore en algunos tramos, puesto que se ve que hace un esfuerzo por sacar adelante el film, a sabiendas de que fue filmada -en teoría- como todos saben de forma clandestina, pero en términos generales queda debiendo.