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Una chica angelical

Comedia. Romance Historia de una chica huérfana que siembra el bien y la confusión y que al final se transforma en una comedia sobre los estragos que la inocencia causa en el cinismo masculino. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
24 de febrero de 2010
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta chica angelical se me antoja que tiene todo el encanto de las películas de Lubitsch y de Preston Sturges. Se nota las tendencias en la historia, en el tratamiento de los personajes, en el humor…
Para ver esta película hay que saber que estamos ante un producto no cómico, sino de humor.
Un producto sin maldad pero con malas intenciones, como las del empresario que quiere atrapar a la muchacha. Tampoco es un producto inocentón, no hay tanta inocencia por parte de esta huerfanita, no; no está tan desvalida. Tiene su sinceridad, sus sueños y sus maneras de hacer las cosas, aunque confunda a los demás. Tiene al camarero de su lado y luego encontrará al señor abogado con barba.
El guión es muy meritorio, mal llevado podía haberse convertido en una película demasiado disuelta, sin brío, pero Wyler sabe llevar hasta el final una película muy agradable de la mano de Margaret Sullavan.
Ella es así y la película es como ella.
floïd blue
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13 de mayo de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable comedia de William Weyler (“Vacaciones en Roma”, 1953). El guión, de Preston Sturges, adapta libremente la obra de teatro “The Good Fairy” (1930), del húngaro Ferenc Molnar (1878-1952), que se había estrenado (1931) en Broadway. El film se rueda entre el 13/IX y el 17/XII de 1934 en Universal Studios. Producido por Carl Laemmle Jr. para Universal, se proyecta por primera vez en público, en sesión de preestreno, el 31-I-1935 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en Budapest (Hungría), a lo largo de unos pocos días de 1928/29. Luisa “Lu” Ginglebusher (Sullavan), huérfana acogida en el Orfanato Municipal de Budapest desde poco después del inicio de la IGM (1914-18), es seleccionada por el empresario Maurice Schlopkhol (Hale) para trabajar como acomodadora de su sala de cine “El Sueño Palace”, la mayor de la ciudad, de la que es cliente asiduo Bela Detlaff (Owen). Conoce al millonario Konrad (Morgan) y al abogado Max Sporum (Marshall). Bela, de unos 50 años, camarero de un hotel de lujo, decide protegerla de los peligros del mundo. Konrad, de media edad, se dedica al negocio de importación y exportación de carne. Max es un joven y gris abogado en ejercicio. Luisa, de unos 16 años, es ingenua, inexperta, sencilla, encantadora y desenvuelta. Aficionada a los cuentos de príncipes, princesas y hadas, su gran sueño es comportarse como una hada buena que reparte suerte entre los que la necesitan. Bela es paternal. Konrad es autoritario, vanidoso e interesado. Max es honesto y honrado.

El film suma comedia y romance. Es una obra de humor alocado y absurdo, de enredos, malentendidos, confusiones, falsos supuestos, olvidos y excentricidades. Se apoya en la expresión corporal, la visualidad, los diálogos, el modo de vestir, lo que ocurre en el entorno del encuadre, la tipología de los personajes, sus manías y obsesiones, etc. Abundan las palabras y expresiones equívocas, los dobles sentidos, las referencias al deseo y al sexo. Extrae humor de los conflictos de intereses de los protagonistas y de sus comportamientos compulsivos e incontrolables. Se burla de los hombres y de su impaciencia, cinismo, celos y costumbres absurdas: apiñarse ante la puerta de salida de las chicas, hablar todos a la vez, pelearse por minucias, entretenerse con fantasías y juegos eróticos, etc. Es fuente abundante de humor la ignorancia, la ingenuidad, la inexperiencia y el desconocimiento del mundo y las normas sociales. No falta la burla de gobernantes, políticos, ricos, alta sociedad, fiestas de gala, salones reservados... Se mofa de la vanidad, la hipocresía, el culto a las apariencias, los celos, la presunción, el autoritarismo. También ridiculiza a los guionistas, los diálogos sin contenido del cine, los melodramas desbordados, las escenas lacrimógenas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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4 de mayo de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Una chica angelical” es un guión de Preston Sturges para William Wyler. Sturges parte aquí de un libreto teatral del autor húngaro Ferenc Molnár para trazar un vodevil al estilo Lubitsch, del que Wyler era por cierto gran admirador. Una huerfanita ingenua y afable, un poco fuera de edad para pensar en adopciones, abre las puertas de la jet set de la manos de un no menos atento carnicero y luego de un doctor más apuesto de lo que parece a primera vista.“Una chica angelical” transcurre a un ritmo vertiginoso, sobre todo en su primera mitad y no paran de hablar en ningún momento.

Dentro de la obra de Wyler “Una chica agelical” prefigura su gran periodo con Goldwin, ésta es en 1935 la última película del director alsaciano para los estudios Universal, antes de marcharse de mal humor por la falta de seriedad y de ambición de sus jefes, y por la presión que le metía el patrón Carl Laemmle, que por algo era primo de su madre, Thalberg propagó que en la universal lo conocían como “Willy el inútil”, pero nada, el sagaz Samuel Goldwyn lo contrató de inmediato, fruto de sus tormentosas relaciones laborales son títulos hoy clásicos como “Esos tres”, “Desengaño”, “Cumbres borrascosas”, “El forastero”, “La loba” o “Los mejores años de nuestra vida”, son muchos y de todo tipo.

Wyler y Sturges trabajaron mucho para que ciertas escenas pudieran pasar la censura de la oficina Hays, se entendían bien y el guionista pasaba mucho tiempo en el set, quien sabe si aprendiendo antes de dar el salto a su vez a la dirección. También se entendieron muy bien en el set Wyler, 33 años y la angelical chica Margaret Sullavan, 24 años, recién divorciada de Henry Fonda, fuera del set la entente acabó rápidamente en boda y duró año y medio antes del consiguiente divorcio. Wyler arrancó ahí en tromba con Goldwin y a Sullavan le llegaron luego “Tres camaradas” en 1938 y sobre todo “El bazar de las sorpresas”, 1940, recién cumplidos los 50 la actriz se despidió con una sobredosis de barbitúricos. Su futuro patrón en “El bazar de las sorpresas” es el gran Frank Morgan, estridente carnicero aquí y sobre todo el verdadero motor de “Una chica angelical”.
Juan Marey
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10 de junio de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta encantadora comedia podría pasar perfectamente por un cuento de hadas. Está colmada de gente que, tras ejercer el lado más gris de sus existencias, de pronto se encuentra en una situación multicolor, tipo arco iris, de esas que cada tanto nos pinta la vida para ver como la abordamos… Y ellos, con un oportuno espíritu de reflexión y de razonamiento lógico, harán… bueno, es mejor que lo vean porque creo que van a sentir, como yo, ese delicioso e incomparable estado de luz, de complacencia y libertad, que siempre se tiene cuando sentimos muy, pero muy adentro, que alguien hizo lo que tenía que hacer, dejando de lado sus propios intereses. Toda buena acción, cuando es pura e irrestricta, está contenida en el AMOR y, es sólo entonces, cuando se tiene esa sensación indescriptible que nos devuelve el gusto de ser humanos. Vale pensar entonces ¿Cómo irás a sentirte cuando tú mismo hagas algo así? Y cree que la oportunidad te llegará.

Decía inicialmente, que parece este filme como un cuento de hadas, pero yo soy de los que creen que los cuentos de hadas son los más cercanos a la Realidad. Ilusión es lo que vivimos ahora. Maya lo llaman los hindúes. Iluso es ver al otro separado de ti. Es creer que se puede quitar o dañar sin hacerse daño a sí mismo. Es afirmar que, con la muerte, la vida acaba o estar convencido de que puedes, a tu hermano, quitarle la vida. Iluso es creer en un dios verdugo o pensar que la impunidad existe. Es imaginar una vida surgida del caos y el desorden, y afirmar que todo es injusto sólo porque no sucede lo que esperas que suceda.

La obra “A jó tündér” (El hada buena) del escritor húngaro Ferenc Molnár, un narrador sensible y excelente comediante, bastante aficionado por demás a los cuentos de hadas, y muy estimado por los directores de cine (recuérdese “El cisne” de Charles Vidor, “Carrusel” de Henry King o “Escándalo en la corte” de Michael Curtiz, entre otras), fue efectivamente adaptada por el entonces guionista Preston Sturges, y dirigida con gran acierto y fluidez por William Wyler.

La historia de “UNA CHICA ANGELICAL” transcurre en Budapest y sus personajes rebozan de encanto: Luisa Ginglebuscher es la chica que, mientras vive en un orfanato, consigue empleo como acomodadora en una sala de cine y allí conoce a Detlaff, amable y generoso camarero de un gran hotel, quien la ingresa en sociedad y se convierte en su protector contra los buscadores de aventurillas. También Luisa conocerá a Konrad, un empresario entradito en años quien, deseando con ella una aventurilla, está dispuesto a hacer rico al supuesto marido que la chica se inventa, buscando al azar en la guía telefónica. Y así, entrará en el juego el abogado Max Sporum… y un emotivo, divertido y encantador cuento, donde cada quien se torna en una suerte de ángel para los demás, tiene lugar para demostrarnos, con precisión plena, cual es el verdadero camino hacia la felicidad que tanto ansiamos.

Encantadoras actuaciones. Una edificante película.
Luis Guillermo Cardona
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22 de junio de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque antes de esta película Wyler ya había firmado 9 películas como director es la primera editada, al menos la primera que encuentro. Las demás no tengo posibilidad alguna de encontrarlas, ni en plataformas de venta de DVD, ni en usuarios de segunda mano. Nada. Supongo que hasta que no se reediten no se podrán adquirir.
Este es una comedia de las que podríamos denominar de situación, con algo de contenido social. Enredos, problemas, situaciones peculiares, etc. No tiene la frescura de Lubitsch ni la elegancia de Preston Struges, ni William Welmman o Leo McCarey.
El reparto es Margaret Sullavan (en aquel momento la esposa de Wyler), Herbert Marshall, gran actor en multitud de películas. Cuenta también con Frank Morgan en el papel del empresario rico que persigue a la chica e intenta hacer rico al abogado (supuesto marido de la chica), Reginald Owen, Eric Blore, Beulah Bondi, Alan Hale, Cesar Romero (de chulangui al principio de la película), Luis Alberni, June Clayworth, Gino Corrado, y Ann Miller.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ÁAD
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