Cold Mountain

Debo comenzar diciendo que "Cold Mountain" ha sido una de las películas que más me han satisfecho en los últimos años en el cine, sobre todo porque me parece una película modélica en muchos aspectos donde se consigue un acabado casi perfecto de todos los elementos que configuran el hecho cinematográfico.
Me parece que ante todo es un impecable trabajo de Anthony Minghella, uno de los escasos directores actuales que me interesan que demuestra algo que está en peligro de desaparición: el buen gusto. Y es que tengo una especial predilección por los directores que les gusta la literatura, las buenas novelas y vienen de escribir guiones ya que ante todo son narradores más que publicistas que es lo que vende ahora.
Creo que contar una historia de amor en tiempos de guerra sigue y seguirá siendo la mejor historia que se puede contar jamás. Y "Cold Mountain" tiene un gran guión elaborado por Anthony Minghella a partir de Charles Frazier, libro que le pasó precisamente el autor de "El paciente inglés" Michael Ondaatje.
Precisamente ya que saco el tema debo decir que a decir verdad "Cold Mountain" tiene poco que envidiar a "El paciente inglés", incluso es mejor en muchos aspectos, pero no le tocaba ganar eso es todo.
No nos engañemos "Cold Mountain" es una sensacional película que fue castigada por Hollywood por irse a rodarla a Rumania y que aquello pudiera servir de ejemplo a otras superproducciones. Pero si se hubiera rodado en Carolina (aunque con la tala de árboles que ha sufrido aquella zona es difícil) y la hubiera protagonizado Tom Cruise como estaba previsto, no duden que se hubiera llevado un puñado de estatuillas.
Evidentemente que no estuviera nominada a mejor película es una de las miles de aberraciones que hemos visto hacer a la academia. No entiendo por qué en España se ha valorado tan poco esta película, aunque es entendible viendo el gusto cinematográfico de los habitantes de la piel de toro que deja mucho que desear. Pero bueno premios aparte, que poco importan, la película cuenta con algunas interpretaciones de lujo sobre todo de la mano de muchos secundarios en este viaje homérico como Natalie Portman o Philip Seymour Hoffman.
También tiene una parte muy de película del oeste que para los que nos apasiona ese género se agradece en una época con tanta hambruna de western.
Que si la película es fría, que si no transmite, que si no...miren estoy harto de este emotivismo barato que las masas reivindican que no aporta nada al cine.
Magnífica película que yo destacaría más que por sus méritos por la ausencia de errores algo muy poco común en el cine de hoy donde las incongruencias son continuas.
En sus casi tres horas de metraje (incluyendo las escenas que se excluyeron en el montaje pero incluidas en el dvd) podemos presenciar como el ser humano es el animal más maravilloso y repugnante que puebla la Tierra.
La película de Minguella es un reloj suizo. Va lento pero seguro.

Nota: 8,6.

Hay películas como "Titanic" (por mencionar sólo una), cuyo pretexto es el horror del desastre para mostrarnos una historia inolvidable de amor, que finalmente es lo que solventa la película. En el caso de "Cold Mountain" es al revés. El pretexto es una historia de amor para en realidad mostrarnos los horrores de la guerra.
Sin duda que es una historia que llega al alma, de esas que sigues recordando por mucho tiempo. Es una película cruda, violenta, romántica que nos muestra a dos personas que usan como pretexto el amor para seguir viviendo y salir adelante. Pero es un amor improbable, casi utópico, lejano por decir lo menos, pero ahí está la esperanza, el motivo por el cual la vida tiene un sentido.
El film tiene un buen guión, una buena historia, unas buenas actuaciones en general, sobre todo la de los secundarios. Sólo un detalle: Nicole Kidman y Jude Law definitivamente fueron los actores incorrectos para los roles principales. Demasiados fríos, contenidos, actuaciones tan heladas como la fría montaña, sin duda que una Claire Danes o incluso la misma Natalie Portman podrían haberlo hecho mucho mejor en el papel femenino principal. En ningún momento se me ocurriría decir que Kidman es mala actriz, pero en este personaje en específico creo que no encaja, salvo por la personalidad de sofisticada que requería el personaje. La misma opinión tengo de Jude Law, no encaja en el papel de enamorado, demasiado frío.
Prefiero quedarme con lo que dije primero con respecto a que la película es notable en el sentido de mostrarnos los horrores de la guerra y los sentimientos que despiertan en la gente, en las relaciones humanas, padre e hija, esposa y esposo, familia en general.
Por último añadir que después de ver esta bella película confirmo que Anthony Minghella es sinónimo de belleza visual, y eso es
justamente lo que es "Cold Mountain", una belleza a los ojos del espectador.

Cuando empiezas a ver "Cold Mountain", inmediatamente piensas que el ritmo será pausado como suele ser habitual en las películas de Anthony Minghella, y que vas a presenciar una nueva revisión de "La Odisea", de Homero. Pues bien, hasta cierto punto todo esto es así; sin embargo, la trama va acelerando la acción inevitablemente, especialmente a partir de la aparición de Renee Zellweger, que le da otro aire al argumento. En cuanto a lo segundo, existen muchos paralelismos con la épica griega, pero esta película ofrece una carga más profunda sobre los horrores y miserias que provoca cualquier guerra, las bajezas de los seres humanos y las relaciones de éstos en la adversidad.
"Cold Mountain" destaca por combinar magistralmente géneros tan poco relacionados como el western, el cine bélico, la aventura, la acción y el drama romántico, ofreciéndonos un trío de actores principales formidable (cualquiera de ellos hubiera sido merecedor de Oscar) y un reparto secundario bien definido y con buenas interpretaciones. Si no fuera porque no consigue engancharte del todo al principio y porque el tema ya ha sido tratado en otras películas, la calificaría con un 9 sobre 10.

No es esta, una película que recomiende a nadie, más bien al contrario, es de ese tipo en el que cuando terminas de verla sientes que te han inoculado odio puro con unas gotas densísimas de desesperanza, no por las actuaciones que por otra parte y pese a contar con grandes actores que no se creen sus papeles en especial Nicole Kidman.
Es que contando con ilimitados recursos y un amplio presupuesto hace una mala película. Sino por el mal cuerpo que te deja al final, y no lo digo por que no se haya hecho algo parecido sino por que trasmite negatividad, no me gusto y no la volveré a visionar una tercera vez.

Os cuento. Una blanquísima Nicole Kidman, hija de buena familia, conoce a un fornido trabajador de la construcción, que no es otro que el bello Jude Law. Ella le lleva un vaso de sidra para que se refresque y entre sorbito y sorbito se enamoran. En esto que estalla la guerra de Secesión y él se va al frente. Vaya por dios. Dramón.

Nicole Kidman, la pobre, tiene que ponerse a trabajar, cosa que no había hecho en toda su vida de señoritinga sureña. Por suerte aparece muy oportunamente en su puerta Renée Zellweger con una cara rarísima, más hinchada si cabe que de costumbre y bastante más negruzca, con unos pelos infames y hablando en un idioma extrañísimo parecido al arameo, y le dice que no se preocupe, que ella le salva la granja. Y nada, se ponen las dos dale que te pego a labrar los campos, a levantar vallas, a criar animalitos y todas esas cosas que se suelen hacer en las granjas.

Milagrosamente mientras la Zellweger está cada día más negruzca, cosa normal cuando se trabaja de sol a sol por mucho sombrerito que te pongas, la Kidman a su lado luce cada día más nívea. Que cómo se explica este curioso fenómeno? Ah, pues vete tú a saber. El secreto debe estar en alguna crema de protección solar pantalla total que debía circular por la América decimonónica que Kidman debía aplicarse a escondidas para que Zellweger no se la rapiñara.

A todo esto el pobre Jude Law en la guerra, lisiado de miembros varios, cuando no del pie, de la cabeza y cuando no del brazo o de las cervicales. Law, harto ya de tanta pupa, decide volver con su amada, la que le sirvió aquel delicioso vasito de sidra, pero claro, en plena guerra el tema de las comunicaciones está crudillo, así que tarda un buen puñado de meses o años en llegar, yo qué sé, porque la noción del tiempo ya a estas alturas la he perdido. Por el camino, eso sí, se encuentra con gente la mar de interesante y con algunas muchachas muy monas, como por ejemplo Natalie Portman, y se hacen ojitos y tal, pero nada más porque él está muuuuuuy enamorado de su lechosa chica. Y hasta aquí puedo contar sin romper las sagradas normas del espoiler.

En fin, un poema, una odisea, un sinvivir. Anthony Minghella una vez más se monta un dramón de guerra al más puro estilo “El paciente inglés” pero aún más tostón, si es posible. Muchas escenas de batallas, mucho lento peregrinar de Law por esos mundos de dios y mucho lucir melena y blancura epidérmica la Kidman, por supuesto con la expresividad de que hace gala esta muchacha desde que las inyecciones de toxina botulínica se instalaron en sus facciones. En definitiva, un coñazo.