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Josefina

Drama Juan, funcionario de prisiones, observa en silencio cada domingo la visita de Berta, la madre de uno de los presos. El día que por fin logra acercarse a ella, se sorprende a sí mismo haciéndose pasar por otro padre e inventándose a una hija dentro de la cárcel: Josefina. La necesidad de llenar el vacío en el que viven Juan y Berta les llevará a seguir encontrándose más allá de la realidad que les rodea.
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
11 de febrero de 2022
29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre es difícil conseguir que las emociones traspasen la pantalla. Si esa emoción es la soledad, la complejidad es aún mayor, pues la soledad es incolora, inodora e insípida. No así indolora. La soledad no buscada hiere, cuando no mata.

Creo que Javier Marco ha hecho una película estimable, pues levanta acta de esa enfermedad con ribetes de epidemia que es en la actualidad la soledad.

Los protagonistas (Emma Suárez y Roberto Álamo) son seres solitarios con distinta tipología de soledad: A ella se la ha proporcionado la vida, aplastándola inmisericordemente. A él se la ha facilitado su manera de ser: introvertido, inexpresivo, calculador, normativista, sobreorganizado, rutinario y convencional, apegado a un mundo propio que se desangra a borbotones. La condena a la soledad tiene tres sentenciadores: La sociedad, las circunstancias y el propio carácter. En el caso de Berta han sido las circunstancias. En el de Juan, su carácter.

Si tuviera que buscar un aforismo para esta película no dudaría en elegirlo: "No es decir, sino no tener obligatoriamente que decir lo que posibilita la intimidad y la complicidad entre dos personas".

La omnipresente cárcel es la gran metáfora de la soledad. La soledad es una prisión de la que solo te pueden liberar las relaciones sociales, amistosas y, sobre todo, sentimentales.

La asunción de una segunda oportunidad es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia. No hay triunfo sin riesgo. Sin riesgo lo más que hay es burocrático ascenso por antigüedad.

Me gustan las propuestas valientes que no hacen concesiones a su comercialidad. Me gustan los trabajos de interpretación en los que se busca y se logra la autenticidad. Me gustan las obras que levantan acta de alguna o varias de las facetas de la vida, y la soledad es una de ellas. Me gusta que la sinergia de dos soledades acabe dando lugar a un replanteamiento positivo de las vidas de sus sufridores, alejado de la todavía más penosa soledad de dos en compañía. Me gusta que el dragón de la soledad sea vencido. Me gusta esta película.
Martes Carnaval
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27 de enero de 2022
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alguna vez he leído que una de las razones por las que en EE.UU. no hay una afición masiva por el fútbol, es porque sus deportes (básket, béisbol, hockey hielo, su football) son frenéticos, pasan cosas constantemente, y el marcador lo refleja. Parece costarles comprender que un apasionante partido de balompié pueda estar lleno de jugadas estupendas, una tensión de alto voltaje, pasión emocional en césped y gradas... y terminar 0-0.
Algo así parecería esta austera propuesta: marcador a cero, en apariencia apenas nada ocurre, el ritmo es lento como la vacía existencia de sus personajes..., pero cuando la vida parecía haberse olvidado de ellos, cuando ya nadie esperaba nada de estos dos náufragos (ni siquiera ellos mismos), llega un torrente emocional que Juan no entiende, y Berta había olvidado, suponiendo que alguna vez lo viviera, que igual es mucho suponer.
Y ahí es donde brilla el guión, de texto escueto, escena austera y acción escasa. Y deslumbran Emma, como siempre; y Roberto, también como siempre, y esta vez colosal. No es fácil transmitir al espectador la esencia de dos vidas con tal economía de planos y más silencios que palabras. Otra cosa son las miradas, cargadas de asombro (contenido: siempre contenido) por lo que nunca se sintió o se olvidó, que no se sabe cómo encauzar, ni qué hacer con tanto sentimiento.
De esa impericia surge la mentira, porque solo a través de ella Juan podía vivir su verdad, y ofrecerla. Pero este espectador pocas veces ha visto en pantalla a un farsante más honrado, un silencio más elocuente, un bruto más delicado, un insomne más soñador, una dureza más tierna...
Final del partido: 0-0... pero (si tienen suerte: el cine español sigue maltratado por los exhibidores) no se la pierdan, vale pena.
Replicántropo
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5 de noviembre de 2021
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Superación de la soledad

Josefina narra la historia de Juan, un funcionario de prisiones que observa a través de las cámaras a Berta, la madre de un preso. Este proceso a la intimidad de dos desconocidos se llevará a cabo en el autobús, tras un breve encuentro propiciado por Juan, quién se inventará que dentro de la cárcel está su hija Josefina. Una película en la que a través de la compañía y el silencio dos almas curan las heridas provocadas por la soledad.

Javier Marco pone foco en las personas solitarias y decadentes que conviven con la soledad y el silencio a diario. La obra muestra dos sujetos que se conceden una segunda oportunidad tratando de ayudarse a solventar sus problemas. Todo ello está enmarcado en una esfera de declive en la que lo viejo se repara y lo nuevo no sirve para nada, con entornos llenos de recuerdos y viejas costumbres.

Josefina demuestra que no debemos sentirnos mal por alcanzar la felicidad tras haber vivido una experiencia traumática. Después de los errores debemos ser capaces de reconciliarnos con nosotros mismos y seguir adelante para poder dejar atrás nuestros demonios, como hacen los protagonistas de esta cinta, en la que la soledad se llena de silencio y complicidad entre dos personas que necesitan llenar el vacío que sienten por dentro.

*El valor del silencio

Josefina parte de un silencio lleno de misterios sin resolver y huecos que debe rellenar el espectador con su imaginación. Una obra que requiere de un espectador activo, atento a los detalles, los gestos y las miradas llenas de sutileza. Esa mirada va variando entre ambos personajes, al igual que lo hace el punto de vista, que cambia con gran delicadeza en numerosas ocasiones, buscando contar la realidad de cada uno de los personajes.

La complicidad de las miradas entre Emma Suárez y Roberto Álamo nos transportan a un espacio en el que comprendemos todo sin escuchar palabras. Javier Marco lleva a Roberto Álamo a un registro en el que no le habíamos visto mucho, con un personaje extraño, pero tranquilo y bondadoso. Al ser una historia con tantos espacios argumentales lo actores han pulido a la perfección el subtexto y, gracias a ello, podemos ver unos personajes llenos de capas y volúmenes.

Josefina muestra los silencios con una cámara estática que enmarca a los personajes en sus entornos habitacionales con planos enteros y primeros planos que sacan a la luz esos pequeños gestos en los que debemos fijarnos. Las imágenes ilustran con gran pulcritud la belleza de las segundas oportunidades y la tristeza de la soledad humana, a partir de espacios que engullen a los personajes.

*Conclusión

Josefina es la opera prima del director alicantino Javier Marco. El ganador del Premio Goya al Mejor Cortometraje de Ficción en 2020 nos ofrece una primera película muy honesta y bien realizada. En ocasiones el ritmo pausado y la ausencia de información puede ser algo pesado para el espectador convencional, por ello requiere de espectadores que realicen un visionado activo de la obra.

Josefina sitúa a Javier Marco como una de las promesas del cine actual, ya que propone un estilo bastante distinto a lo que se suele ver en las salas de cine españolas. Este carácter tan personal que le da a sus obras se observa en cada uno de los planos y hace que valoremos más el trabajo de este director. Una cinta que a través de sus grandes actuaciones reflexiona sobre la soledad en la que están inmersas muchas personas hoy día. Una pequeña joya para disfrutar en silencio.

Escrito por Santiago Varela Antúnez
Cinemagavia
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12 de febrero de 2022
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grandes y muy notables debuts hemos visto en 2021 en el cine español.
Después de muchos años en el corto, Javier Marco dirige su primera película y el resultado es Josefina, una cinta que destaca por su sencillez y su minimalismo en el diálogo, donde lo importante son sobre todo los silencios, las miradas y lo que esconden estos dos bellísimos personajes que son Juan y Berta, a quienes dan vida unos excelsos Roberto Álamo y Emma Suárez. Precisamente esa sencillez juega también un poco en su contra, ya que su excelente y desconcertante final, en el que el espectador tiene que decidir qué ha pasado durante todo el metraje y qué creer, demuestra que la cinta podría haber sido más osada y sobre todo más ambiciosa en su narración y en sus giros argumentales. Pero esa sería otra historia, y la que Javier Marco nos ha querido contar es la de dos seres solitarios con gran necesidad de amar y ser amados, unidos por la omnipresente y sin embargo ausente Josefina... ¿o quizás no? Descúbranlo ustedes.
Hermosa y notable.

Lo mejor: Roberto Álamo y Emma Suárez, maravillosos, y la belleza de su historia.
Lo peor: Le falta ser más ambiciosa y más trascendente.
Sibila de Delfos
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25 de septiembre de 2021
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nivel director Javier Marco, presenta ‘Josefina’ su ópera prima en la sección de Nuevos directores de la 69 edición de cine de San Sebastián. La película se centra en la vacía existencia de dos personajes, que acaban encontrándose, haciendo patente la dificultad para abrirse, comunicarse y liberarse de la desconexión de sus vidas.

Juan, funcionario de prisiones, notablemente interpretado por Roberto Álamo, observa en silencio cada domingo la visita de la madre de uno de los presos, Berta, interpretada por Emma Suárez. La necesidad de llenar el vacío en el que viven Juan y Berta, les lleva a buscar motivos para encontrarse, y pone de manifiesto su dificultad para expresarse emocionalmente, salir de la inmovilidad a la que se han suscrito y comenzar a elegir sus vidas. Es una película de gestos, miradas, matices en las que el espectador tiene que participar activamente para poder poner palabras a los silencios, y explicar los enigmas que son parte del sello del autor.

Son muchas las incógnitas que tendrá que rellenar el espectador, como asistentes de unos seres que piden desesperados sentir el calor y la conexión. Los personajes gritan en silencio, temeroso que nadie pueda entenderlos, confortarlos, acogerlos para hacer visibles sus vidas.
marai
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