Recluta con niño

Excelente cinta con bella historia que destaca por encima de todo por la presencia del impagable José Luis Ozores en uno de sus papeles más memorables. Está llena de emotivos momentos y es destacable la presencia del gran secundario Manolo Morán.

Lo más inquietante es que hayan pasado tantos años y José Luis Ozores aún no haya recibido el homenaje póstumo que merece. Los Ozores, toda una saga de cómicos al servicio del cine, la televisión y el teatro.

Un campesino es llamado a filas y no sabe a quién confiar su hermano pequeño durante el servicio militar.

Comedia folletinesca en ambiente castrense, que supuso uno de los films más populares de la España franquista. José Luis Ozores ascendió al estrellato por su papel de recluta protagonista, mientras Manolo Morán hacía de instructor duro pero bonachón. Fue objeto del remake "Cateto a babor".



"Un recluta con niño es lo último que me faltaba por ver."

José Luis Ozores fue un gran cómico, muy original, con un estilo peculiar de resignada tristeza pero con gran sentido de humor. A mi juicio mejor que su hermano Antonio. Por desgracia falleció demasiado pronto, a los 44 años, privándonos de muchas otras grandes interpretaciones.

Esta película es uno de sus mejores trabajos, él sólo la mantiene en pie de principio a final. Argumento ñoño, como casi todas estas pelis "con niño" (mira que me caen gordos todos ellos, se llamen Pablito Calvo, Joselito o este Miguelito Gil. De Macauly Culkin ya ni hablamos: Herodes al poder, please), moralina a toneladas e inevitable final feliz. Sin embargo hay algunos momentos muy divertidos y la peli se sigue con agrado. Ya digo que Ozores la sostiene sobre sus hombros. Destacar también el trabajo de Manolo Morán, otro excelente cómico, así como la siempre cumplidora Julia Caba Alba.

Aprobado sin alardes, merece la pena verla al menos una vez.

[ Ah, mucho mejor esta película que el muy flojo remake "Cateto a babor" (1970) con Alfredo Landa. No hay color ]

Película simpática con una idea muy original y bien desarrollada, a veces un poco ñoña pero con grandes actores y situaciones divertidas.
El problema con esta película y otras de la época es su carga ideológica que hace que sean descalificadas sin más, cuando desde un punto de vista neutral son obras apreciables de las que se puede disfrutar aunque no estemos de acuerdo con todo lo que se transmite.

Es la cuarta vez que veo esta película, que es una inyección de optimismo. También porque admiro, póstumamente, el talento de José Luis Ozores, un actor que no parece que interpreta, de lo bien que se mete en el papel. Irradiaba una simpatía natural. Su monólogo en esta obra ya lo quisieran las decenas de monologuistas que hoy en la tele se la dan de graciosos sin serlo.
Y al lado de Ozores un niño que se llama Miguel Gil y que solo hizo dos películas más. Por si fuera poco, Manolo Morán y Julia Caba Alba, que podían hacer lo que quisieran, siempre bien. La chica es Encarna Fuentes, guapísima, que solo hizo cine en los años cincuenta, si no me equivoco.
Película emocionante, sencilla, contada con una pasmosa naturalidad por Pedro L. Ramírez, en su mejor obra junto a El tigre de Chamberí.
Cuando se esté triste, véase esta película.
¡Ah! Y una casi obsesión mía y de otros en FA: a estos actores y actrices se les entiende, aunque la toma de sonido tenga más de sesenta años. Cosa que no ocurre en películas de hoy mismo. Quienes trabajan en la industria del cine deberían hacer un máster en cine español antiguo. Aprenderían mucho.