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The Dark Tapes

Terror. Ciencia ficción. Thriller Cuatro historias entrelazadas con fantasmas, espíritus, criaturas, demonios y más elementos del mundo paranormal chocan con la curiosidad racional.
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
13 de abril de 2017
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya estamos otra vez con un producto found footage. Parecía que la moda había pasado pero The Dark Tapes vuelve a la carga con un subgénero que ha dado mucho de sí. Pero no os asustéis, sus buenas dosis de actividad paranormal dan al traste con lo que parece la premisa fundamental de este tipo de cintas, que no es otra que hacer todo tipo de alardes técnicos cámara en mano. Es decir, y para que me entendáis, no se abandona ese artilugio ni para ir al lavabo. En esta cinta, sin dejar de ser todo eso, pasa bastante inadvertido para regocijo de un tipo de público, como el que escribe, no muy fanático del tema.

En mi opinión, una de las obras maestras de ese tipo de cintas es V/H/S del ya lejano 2012 y cuya autoría omito para no alargar esto demasiado. La película que nos ocupa bebe en cierta manera de esa fuente con un pequeño toque de la hypeada Paranormal Activity de Oren Peli. Sé que parece extraño, pero esta mezcla da mucho de sí. Si nos paramos a pensar, no dejan de ser ambas hijas de la misma madre.

Cuatro cuentos como cuatro soles con un denominador común: el Terror, disfrazado, eso sí, con todo tipo de miedos ancestrales, en los cuales seguramente ya estaréis pensando.

Estamos ante una no muy original película a cargo de Vincent J. Guastini y Michael McQuown, siendo este último el encargado del guion. Sus pinceladas de intelectualidad marcan un poco la diferencia, lo cual no es del todo positivo puesto que encontramos a faltar algo más de truculencia. Sus excesivos diálogos hacen que se pierda la esencia que toda buena cinta de terror debe tener. No es que seamos excesivamente adictos al gore, pero en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, algo más de chicha habría sido de agradecer. ¿El resto del producto?, pues perfecto. Apartado visual de categoría con gran aportación de los departamentos de maquillaje, efectos especiales y stunt, escasos pero muy efectivos y creíbles.

Siendo un film de estas características sería un pecado no nombrar el apartado de la fotografía, en este caso bicéfalo: Matt Shapira y Michael McQuown son los culpables de ofrecernos unas imágenes impactantes y con unos ángulos imposibles.

Pasaré de puntillas por el apartado interpretativo. El elenco es interminable. Solamente me atrevo a nombrar a Brittany Underwood en el papel de Amanda y a David Banks como Sam ya que, en mi opinión, destacan algo sobre el resto, que dicho sea de paso cumplen sobradamente con su trabajo.

Para finalizar recomendarla a todos los amantes del ya manido “cámara en mano” que busquen algo más. Ese plus lo encontraran sin duda y se lo pasaran en grande con algún que otro bote en la butaca.

http://www.terrorweekend.com/2017/04/the-dark-tapes-review.html
TerrorWeekend
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11 de julio de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vincent J. Guastini conocido por sus trabajos en el equipo de maquillaje de varias películas, algunas de ellas con Kevin Smith, y Michael McQown escritor de «El hombre perfecto» se ponen tras las cámaras para traernos una película sobre lo sobrenatural en la que todo cabe, desde fantasmas hasta demonios. Actores desconocidos plagan la película de principio a fin.

Se trata de una película de terror en formato cámara en mano o metraje encontrado pero que además es una antología, con algunos de sus episodios sin conexión alguna salvo una vaga y no explicada unión a través de un texto informativo al principio de cada sección que indica el nombre del corto. Como siempre hay algunos mejores y otros peores pero a mí me ha parecido que tiene una cierta calidad que hace al menos disfrutable el conjunto sin llegar a aburrirte. Quizás el de la videoconferencia está desaprovechado pero a mí me encantó el de los cazafantasmas.

Los actores están bien la verdad es que no noté carencias de ningún tipo a pesar de ser una película de presupuesto más bien limitado. Todos dieron lo mejor que tenían para acompañar el proyecto.

No tiene metascore y en la tomatá tiene un cien por cien lo que indica que todas las críticas hasta el momento son positivas. Yo como sigo destacaría la idea, algún corto y que no es aburrida pero por otro lado algún corto desaprovechado y el corto que sirve casi de unión o por lo menos el que está dividido en tres partes que fue el que menos me gustó.
tipar
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27 de diciembre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película independiente con buenos argumentos. Historias ya conocidas pero vistas desde otro punto y con nuevas tecnologías.
La película tiene momentos de tensión e interesantes, mezcla aquellas historias básicas vistas desde cámaras digitales. Sabemos cuán difícil es llevar una película de terror y que la gente se asuste o tenga momentos desesperantes ante los hechos mostrados en la pantalla, es por eso que la película es interesante.
Destaco el intento de hacer bien las cosas con historias clásicas pero llevadas de manera fresca y diferente.
WilberthB
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6 de junio de 2023
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Dirigida por Vincent J. Guastini y Michael Mc.Quown, «The Dark Tapes» (2016) es una nueva antología de cortos, con una parte que debería funcionar como «wrapparound», sin que desempeñe tal cometido, propiamente dicho, pues acaba siendo una fracción más de la colección de breves historias que presenta la cinta, en formato narrativo de «found footage», que combinará la cámara desde diferentes ángulos, la cámara en mano y hasta las «webcams». A pesar de que, con los últimos coletazos de sagas como «Paranormal Activity», se creía ya que esta manera de presentar los nuevos relatos del horror iría en declive, ya entrando a finales de la segunda década de los 2000, todavía se reservaba el lanzamiento de algún que otro intento de mantener su cuota en el mercado, en el momento en el que ya se iba instaurando el VOD a nivel comercial, gracias a la expansión de las plataformas como Amazon, Netflix y otras adláteres.

Como no se podría esperar de otra manera, en esta cinta de bajo presupuesto, como en el caso de muchas de sus «primas hermanas», partimos ya de una base que no introduce demasiadas ideas originales, y que beberá de manidos tópicos de los que se servirá para centrar todo su potencial en el caché técnico-visual. En ningún momento podremos apreciar complejidad estructural o narrativa en su trama o guion. La buscada mezcla del contexto digital con los elementos sobrenaturales (y/o surrealistas) que desfilarán en los contenidos de cada segmento, pretende suplir una falta básica de sustancia temática, que se intenta embadurnar (nunca mejor dicho), con unos efectos de maquillaje que, si en principio son bastante decentes en la medida de los recursos disponibles para la faena, nada pueden para camuflar otros más que cuestionables logros del apartado técnico y, por supuesto, ni mencionar ya lo que se refiere a la factura artística, insulsa, prescindible y olvidable, a penas capaz de cubrir la cuota de expediente que le correspondía.

Los creadores de «The Dark Tapes» basan eminentemente los puntos fuertes de su «film» en el juego de trucos audiovisuales. Como en toda película de metraje encontrado, el ojo subjetivo a través del que entramos en la diégesis es, una vez más, el del operador (en este caso el de cada una de las partes, sin que, contando la que supuestamente hace de hilvanante, haya una referencia clara) que se encarga de dar testimonio de primera mano para dejar constancia de su respectiva aportación, en cada historia, de lo que presenciamos a través de sus lentes.

Uno de los pocos aspectos interesantes, aunque se queda ahí, en la salida, sin más desarrollo que el de dejar a los demás fragmentos huérfanos de significado, es el del concepto que, en el primer episodio «To Catch a Demon», recurre a la idea «lovecraftiana» que concibe un paralelo y enigmático universo del que aparecerán variopintos monstruos, fantasmas, espíritus y demonios, quedando claro desde el primer episodio que todo lo que veremos vendrá de esa trillada gravidez. Y esta inspiración que referencia al maestro del terror de la primera mitad del siglo XX, será el más nimio intento de acercarse a algún punto de solidez argumental en esta producción, que confía todo a la superficialidad de los efectos. En sí mismos, éstos tampoco son nada del otro mundo más allá de los hábiles trucos, tomas y demás propuestas del propio Mc.Quown y de su monaguillo detrás de la cámara, Matt Shapira, demostrando ambos un aceptable (aunque no magistral) oficio en su cometido. Estéticamente, no van más allá de la icónica exhibición, vacía de un real o auténtico interés en desarrollar una historia con sentido y atractivo. Que deja mucho que desear en cuanto a establecer un eficiente nexo entre los «sketches», por encima del montón de «cintas encontradas».

La dirección del cásting (Paul Ruddy) se pasó en su generosa asignación de roles a una multitud ingente de actores y de actrices que no suele aparecer (y digo aparecer, que no representar) en una película de episodios, cuya duración (ni el manifiestamente chapucero guion) no permite un desarrollo para tanto personaje con adecuada profundidad (no hay pan para tanto chorizo), así como los intérpretes que les encarnan o dan vida, puedan lucir sus papeles. Con lo que, por malos actores que sean, no basta para que un buen ojo clínico pueda ponerles a prueba y juzgar su respectiva solvencia escénica. En general, y como suele ser costumbre en tal clase de productos, tenemos un reparto formado por gente más o menos joven, bastantes de ellos y de ellas con un potente físico atractivo, pero poca cosa más que les permitan unos libretos sin demasiada idea ni concierto. Y, hablando de música, la ausencia práctica de una banda sonora eficaz acaba de abandonar a esta película de sal, a la disolución completa en el mar del imperio de nuestros lóbulos cerebrales occipitales, despojando de todo indicio de dramatismo que le de sabor a esta extraña sopa que se nos ha servido.

Con tanto personal chupando cámara, más gente que en un vagón de metro en hora punta, se satura de tal modo el contenido humano, que queda ahogado todo espacio en el que pueda germinar cualquier intento de intensidad dramática. A lo que tampoco contribuye un montaje que, con la intención fallida de dotar de un ritmo que no deje respirar al espectador, nos da en determinados puntos el paseo a toda castaña, sin dejarnos oportunidad de saborear algunos momentos en los que podríamos perfectamente haber sido presa del estremecimiento.

El carácter «indie» de esta película, así como su exigua minuta de 65 mil dólares, no son excusa para bucear en la nada, habiendo sobre la mesa un cúmulo de ideas buenas por desarrollar sin que a nadie se le cayeran los anillos.

A pesar de su ambiciosa (más que eso, pretenciosa) naturaleza, «The Dark Tapes» no logra establecer un continuo de interés entre el amplio abanico de tópicos tratados de base. Aun y contar con esta variedad de temas que potencialmente dan de sí,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordirozsa
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7 de mayo de 2017
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de episodios que lejos de compararse a Creepshow es muy similar a VHS, hasta se podría decir que es una mala copia. Su temática es paranormal, cada episodio trata sobre fantasmas, demonios o extraterrestres. Al estilo Creepshow tiene un episodio eje donde inicia y termina la película. Por otro lado, aunque no es un falso documental completo, la mitad de las escenas son grabadas supuestamente por uno de los personajes.

La película en sí es muy irregular como conjunto, mientras tiene episodios malísimos (en especial el de los caza fantasmas) tiene algunos medianamente interesantes (sobre todo el de las demonias caníbales).

Está de más decir que no es una obra maestra, ni si quiera una buena película pero al menos es una buena alternativa si te encanta el cine de Terror. Considero particularmente que si sobrevives al aburrimiento de los primeros veinticinco minutos puedes ser recompensado con uno que otro buen susto más adelante.
La Mente Maestra
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