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Carmen

Drama José Navarro (Harry Liedtke) es un dragoneante que es llamado a acudir a la cigarrería donde se ha presentado una pelea entre dos mujeres. Cuando detiene a la agresora, una gitana llamada Carmen (Pola Negri), el soldado queda embelesado con la belleza de la muchacha, y a ruego de ella, la dejará escapar luego. En el instante en que huye, la morena le lanza una flor de acacia que José guardará como un tesoro y desde entonces tendrá lugar ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
7 de julio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde su publicación en 1845, el cuento del francés Prosper Mérimée, “Carmen”, le ha dado la vuelta al mundo, ha sido publicado en los más diversos idiomas, inspiró una ópera magistral, y entre otras cosas, ha sido llevado al cine en numerosas ocasiones. La historia puede resumirse en pocas palabras: Un hombre condenado a morir por sus múltiples delitos, le narra a su amigo arqueólogo, la historia que lo ha llevado hasta este difícil momento y en la cual se enredó con una gitana de irresistible belleza llamada Carmen, quien lo llevará por el camino de la desobediencia, la complicidad, el contrabando… y el crimen, mientras comparten una relación pasional de intensas proporciones.

Se llega entonces a una pregunta necesaria ¿Cuál es la causa para que, esta pequeña historia de apenas 69 páginas, haya merecido tanta trascendencia? En mi opinión, la primera razón es la cualidad de elegir historias auténticas e impactantes y la precisión narrativa que caracterizó siempre a Prósper Mérimée, lo que lo llevaría a escribir muchos cuentos y tan solo una novela larga (Crónica de Carlos IX). Desde que comienzas a leer sus obras, se denota en el autor un gran ajuste en los hechos y una austeridad de palabras que tan solo deja espacio para las estrictamente necesarias.

Y en segundo lugar, en “Carmen” -como en “Colomba”, “Mateo Falcone” y otras de sus más representativas obras-, el personaje central posee un carácter que impacta con su fortaleza interior, con la clarísima definición de sus anhelos por más "errados" o locos que pudiesen ser, y por la manera singular como asume los hechos que se le avienen en la existencia. Y en Carmen, esa manera de defender la libertad hasta acoger a la misma muerte como expresión definitiva del más alto vuelo, es algo que nos atañe a todos… pero muy pocos lo logran como ella valientemente lo hace.

De esta manera, Carmen es una mujer fuera de lo común, te impacta, te sobrecoge y quizás hasta te enamores de ella irremisiblemente como le ocurrió a don José… pero hombre o mujer, lo cierto es que no conseguirás odiarla por más que haya llevado a su minchorro a la desgracia.

Para 1918, cuando el director alemán, Ernst Lubitsch, se animó a convertir a “Carmen” en parte de su filmografía, ya se habían hecho no menos de siete adaptaciones cinematográficas de la obra de Mérimée, pero faltaba la versión alemana que él haría con mucha fidelidad a la historia original (aunque añadiendo la Micaela de Bizet), y sirviéndose de una actriz de enorme carácter y de gran belleza como fue Pola Negri –aunque él no conseguiría aprovecharla lo suficiente en este último aspecto- quien luce lo bastante atrevida como para armar escándalo, en una época donde la pudibundez resonaba en muchísimos espacios. Aunque sin mayores relieves, el filme se deja ver con agrado pues consigue dar cuenta del fuerte carácter que poseía la ya eterna gitana. ¡Y cuanta falta está haciendo el carácter en nuestra sociedad de hoy!

“Gitana, gitana, gitana, gitana / tu pelo, tu pelo, tu cara, tu cara…”
Luis Guillermo Cardona
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13 de noviembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven Lubitsch (26 años) encaraba su primera gran producción por encargo tras firmar un contrato con la productora alemana UFA. La primera condición era dirigir un film promocional para la estrella incipiente Pola Negri, una actriz con quien acabaría colaborando hasta en 7 ocasiones más. Para tal propósito y siguiendo sus experiencias previas en el teatro, Lubitsch optó por adaptar "Carmen" la novela decimonónica de Prosper Mérimée.

Centrándose, como la archiconocida ópera homónima de Bizet, en la tercera parte, donde el personaje de Carmen despunta y adquiere mayor protagonismo. Así, Pola Negri tendría material para brillar y destacarse. Y vaya si destaca...

Ataviada como una bruja gitana, con dos pecas de picardía, cabellos morenos peinados en curiosas espirales y un maquillaje de kohl que más tarde el expresionismo alemán se encargaría de explotar en toda su dimensión; la polaca da rienda suelta al embrujo de Carmen, corriendo y danzando por las calles de una España soñada.

Lubitsch supo aprovechar bien el cuantioso presupuesto dispuesto por la UFA para recrear con realismo y detalle el ambiente de una barriada andaluza. Calles, casas, mansiones y casuchas, plazas de toros y tiendas con sus rótulos en español castizo se van descubriendo durante toda la cinta. Basadas en las ilustraciones y pinturas que Gustav Doré realizó durante su viaje por la península en 1862 y a las que Lubitsch devuelve el movimiento de masas. El gentío hacinado entre planos generales y planos medios con muy escasos, pero potentes encuadres que escapan de la frontalidad, revitalizan los dejes teatrales y subrayan la energía libertina de la actuación de Negri, reaccionando en segundo término a sus atrevidas actuaciones y correrías ante la ley.

Esta primitiva agilidad del montaje espacial que demuestra especialmente con la escena de la persecución (1), eleva esta versión por encima de cualquier otra adaptación silente hasta el momento, incluida la de Cecil B. DeMille, tres años anterior. (Superada más tarde por la inapelable versión de 1926 de Jacques Feyder)

En definitiva, una obra muy recomendable para disfrutrar de un primerizo Lubitsch que, aunque muy lejos de su famoso "toque", se aleja (irónicamente) del teatro filmado por vez primera; dirigiendo con buen ritmo gracias a un montaje activo, unos estupendos decorados y su buen hacer ordenando el movimiento de los actores en plano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Johan Liebhart
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3 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cien años de historia contemplan esta adaptación de la célebre narración que P. Mérimée había publicado a mitad del siglo XIX.
Película descriptiva y lúcida que llama la atención por su gran habilidad narrativa a pesar de su dependencia de la cámara fija, de la servidumbre de los intertítulos y, en general, de la precariedad de sus recursos técnicos, rudimentarios y escasos.

E. Lubitsch encuentra el modo de trasladar a la pantalla una historia compleja, darle credibilidad y es capaz de conseguir que los grupos de extras y figurantes actúen con naturalidad.
Sabe combinar tramas, urdir intrigas, mantener una adecuada cadencia e hilvanar los resortes del suspense como un elegante juego de expectativas.

Estupenda interpretación por parte de los protagonistas y especial mención merece el papel de mujer fatal a cargo de P. Negri.
ABSENTA
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