He visto otras de este director y pensé que iría de lo mismo; no resultó lo que pensé, fue mejor. Más que correcta esta película que cuenta con un argumento ya visto, pero resulta sólido y fluido. Pensé que sería una cinta atípica y cutre, pero ofrece calidad actoral, buena música y una fotografía bien lograda; además de escenas que para la época claro que son de gran valía y resultan muy atractivas. Una grata sorpresa ver este cine de Jess Franco, terror con un sello y características propias que no le piden nada a nadie.

Estimable cinta del tío Jess, aquí en su mejor época, sin duda alguna. Entonces tenía muchas ganas de hacer buen cine y en su estancia en Francia vio muchas películas y aprendió de los más grandes. A esta etapa pertenece este film, interesante y muy entretenido, además de divertido a veces, con escenas truculentas no exentas de erotismo.
Para comenzar, he de comentar que yo la he visto en una copia original, subtitulada en español, pero con las voces de los intérpretes en francés. No pasa nada con los actores y actrices franceses que salen en la peli, pero ver a intérpretes españoles con voces francesas se me hizo muy raro.
El empaque técnico es muy bueno, con una excelente fotografía en blanco y negro a toda pantalla a cargo de Godofredo Pacheco, uno de los grandes.
Como siempre en las pelis de Jesús Franco, hay mucha música de jazz, su preferida.
Como curiosidad, en una chistosilla escena sale José Luis Coll.
Se sigue con interés, tiene tensión y mucha intriga, aunque no se puede decir que sea sorprendente en su parte final, si no es porque, como ya he apuntado antes, en la versión original podemos contemplar varios desnudos femeninos, que supongo que en la versión española ni flores.
Sin duda, de lo mejor de Jesús Franco, en su época dorada.

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Este Franco sí. Claro que sí. Y el de Gritos en la noche (1962); Rififi en la ciudad (1963); El secreto del Dr. Orloff (1964); Residencia para espías (1966); Miss Muerte (1966); Cartas boca arriba (1966); y Necronomicon (1968), y Paroxismus (AKA Venus in Furs) (1969)... más o menos hasta Marqués de Sade: Justine (1969) la carrera de Franco era mu decente, prometedora y brillante.
Pero a partir de ahí empieza a rodar como loco, como un poseso y, a mi juicio, la calidad de su trabajo se resiente.
Aunque es una historia conocida, está bien rodada, tiene interés, se deja ver y forma parte de la obra apreciable de Franco, un director singular.
Un poco lo de siempre, pero la diferencia está en los detalles. El guión es decente, los actores funcionan desde la tranquilidad de saberse el guión, los escenarios están bien recogidos, los muebles, la ropa, los espacios abiertos (pocos) hacen que se deje ver. No es de las mejores de él, pero se deja ver. Y, sobre todo, se intuye un trabajo previo valoradle y una dedicación que falta en otras obras suyas. La música bien elegida, y un blanco y negro nítido hacen el resto. Un trabajo decente.