El gendarme se casa

Tenemos un actor, Louis de Funès, quizás el más taquillero de toda la historia del cine francés, y tenemos una larga serie de películas que protagonizó desde la década de los años 60, hasta principios de los 80. Todas estas películas están cortadas por el mismo patrón, sea quien sea el director de turno.
El gendarme se casa, sigue fielmente la línea chillona y estridente de todos sus films, algunos de calidad y otros bastante aburridos. Sin ser esta su mejor película, tampoco es de las peores. Es un film bobo y tontorron, fruto de una época en que las películas eran sencillas y simples, y es la continuación natural de “El gendarme de Saint-Tropez”, rodada 4 años antes. Tiene secuencias muy divertidas y graciosas, con un guión banal y sin complicaciones,
Nuestro querido Louis de Funès, es un sargento gendarme de una población costera francesa, que se enamora de la viuda de un coronel. Como puede suponerse, los enredos no tardarán en aparecer y las escenas alocadas serán el plato fuerte de esta distraída cinta.
Recomendación: Para rellenar 90 minutos de buena risa inocente.

Tercera de las películas del gendarme de Saint-Tropez, en la que se envuelve en un lío amoroso aprovechando que no se le conocía pareja conviviendo con su única hija.

Asistimos a nuevos roces generacionales pero también a una subtrama que es la oposición de ascenso en el cuerpo de la gendarmería. Ésta tiene poco que ver con el argumento principal, pero es la que aporta los momentos más cómicos. No obstante, también son destacables los piques del superior de Cruchot con éste.

No es tan divertida como la anterior, pero sí introduce nuevos elementos humorísticos que encarnados en Louis de Funes enriquecen las potencialidades cómicas del personaje. Y ello ya se ve en la introducción inicial en la carretera.