Revolución en alta mar

John Farrow se ha ganado la fama de ser un buen artesano con films interesantes;
éste demuestra que cuando tiene un buen guion y unos buenos actores puede hacer algo más. Muy bien contada, la historia responde a hechos reales y puede codearse con otras de mayor renombre sobre motines en el mar. Un elenco de secundarios de lujo, arropan a Alan Lad que cumple. Mantiene el interés y soporta bien la prueba del algodón del paso del tiempo.

Vaya por delante que soy bastante aficionado a las películas de aventuras marinas. Es un género que disfruto mucho y es probable que eso me predisponga a valorar ésta con cierta generosidad pero, la verdad, no creo andar muy errado si afirmo que esta película es una pequeña joyita del género que merecería muchísima mejor consideración que la que, actualmente, tiene.
Basada en un hecho real, extraído de los diarios de Richard Henry Dana Jr, al que da vida Brian Donlevy en la película, se nos cuentan las peripecias de los marineros a bordo de un carguero mercante a mediados del siglo XIX, donde, a modo de denuncia, este hombre contribuyó con sus escritos a servir de altavoz de las voces acalladas de la tripulación y proclamar ante el mundo entero, las infrahumanas condiciones carentes de derechos que debían soportar los marineros, cuyas vidas se encontraban totalmente supeditadas al capricho del capitán, bajo una injusta ley que lo amparaba como autoridad suprema y absoluta a bordo del barco, donde la más mínima desobediencia era considerada delito grave y penada con la horca.
Narrada de un modo bastante realista, no se nos ahorran penalidades e injusticias. Azotes disciplinarios, escasez de comida, hambre, trabajos extenuantes, la amenaza del escorbuto...Todo sea por dar lustre a la reputación del capitán, hombre rígido, severo y ambicioso cuya única obsesión es hacer honor a su fama de cumplir los plazos previstos en la entrega de mercancías, sin importarle en absoluto cuántos mueren en el camino.
Naturalmente los armadores también reciben su estopa. Tener bajo sus órdenes a un capitán tan eficaz no es algo que se encuentre todos los días. Hacemos oídos sordos a los rumores que lo tildan de sádico siempre y cuando nuestras mercancías lleguen a tiempo y nos haga ganar una pasta. Luego ya lloraremos por los bravos marineros perdidos y presentaremos nuestras condolencias a sus esposas.
A toda esta trama interesantísima que no podremos evitar ver con incredulidad, asombrándonos al conocer cuán difícil y duro ha sido adquirir los derechos más básicos (esos que ahora damos por supuesto), hay que añadir la subtrama que protagoniza Alan Ladd en una versión algo parecida a la que hemos disfrutado en "Capitanes intrépidos" ya que Ladd, encarnará a un joven petimetre hijo del dueño del barco, que será embarcado por la fuerza sin que supieran su origen y que se verá tratado como un marino más extrayendo una lección provechosa y abriendo los ojos ante una cruda realidad.
No puedo dejar de mencionar los intérpretes que acompañan a nuestros amigos en su travesía, destacando en primer lugar a Howard Da Silva como el déspota capitán cuyo papel es realmente repulsivo, sin olvidar a William Bendix, segundo oficial de a bordo, un personaje lleno de matices respetuoso con la ley sin cuestionarla y a Barry Fitzgerald, cocinero del barco, en un papel a su medida, simpático sí pero no decididamente moral. Unos cuántos rostros más dan vida y cuerpo a estas historias que, en realidad, no tienen un protagonismo muy destacado en nadie siendo, más bien, lo que se dice una película coral donde todos los personajes son importantes. No he mencionado al pequeño grumete que también está muy bien ni a la chica que, para mi, es lo que sobra en esta historia porque aporta más bien poco al desarrollo de la misma. El romance obligado y ya. No era procedente embarcarla en esta travesía.
En fin que la historia me ha parecido cojonuda y con mucha enjundia y sólo lamento que nadie del cine se animase a otorgar más presupuesto para poder hacer una peli con más medios que los que se adivinan aquí.
Con esta historia y un presupuesto A, ríete tú de "La tragedia de la Bounty" y unas cuántas más.
!Un buen trabajo John Farrow!

Hoy me toca revisar al "Ironman" del cine retro, Darryl Hickman a sus 90 añazos, junto a los Británicos Terry Kilburn (95 años) y Pete Murray (96 años) son los últimos varones del cine Jurásico, es nuestro pequeño polizón.

Es la leyenda del carguero mercante "el velociraptor Bergantín Pilgrim", su puntualidad tenía un costo, su tripulación, es el relato por uno de sus tripulantes, el marinero Richard Henry Dana Jr. por su odisea de 2 años, una travesía Americana desde Boston a Arizona de EEUU en 1834, publicado poco después en 1840, a través del endemoniado "Cabo de Hornos" Chileno, el paso Fernando de Magallanes. Los actores van perfectos Howard Da Silva como el tirano Capitan, Alan Ladd como el magnate secuestrado, el gran Brian Donlevy como el marinero de vocación, William Bendix como el torturador oficial, Barry Fitzgerald como el viejo marinero y Esther Fernández como la dama, buena historia de navegación que merece ser colorizado para mi colección.