Hamlet, una historia eterna

Los ingleses son muy listos. Por ejemplo, es más conocido Scott que Amundsen, Robin Hood que El empecinado, El Rey Arturo que San Fernando, Beckham que Guti, etc. ¿Por qué son más famosos? Porque los ingleses saben hacer las cosas más o menos bien, pero sobre todo porque saben publicitarlo convenientemente para acorralarte y convencerte de que son mejores. Si encima fueron los amos del mundo y sus herederos son EEUU (anglosajones al fin y al cabo) pues te tienes que comer su cultura con patatas (es más famoso Bob Hope que Paco Martínez Soria o El Equipo A que Curro Jiménez) .

Llegados pues a este punto, el escritor más conocido universalmente es Shakespeare. Un tipo que dijo "ser o no ser" o "todo el mundo es un escenario"; que, no podemos negar, es como si dices hoy "fútbol es fútbol" o "buenas noches, bienvenidos, hijos del rock and roll". Por tanto, cada 10-15 años tiene que salir una película de Hamlet y hay que tragar: ora el Hamlet clásico, ora el Hamlet realista, ora el Hamlet decimonónico, etc.

La película que nos ocupa es el Hamlet grunge (recordemos que un grunge es un pijo que quiso ser heavy y al no poder serlo se convirtió en un triste), que tiene algún logro adaptanto el original (la idea de "La ratonera" en la cinta de vídeo no está mal), pero que en su intento de llevarlo a la actualidad al director se le va de las manos. Todo muy trascendental como siempre, todo muy chulo, todo muy cuidado, todo muy guay... todo muy plasta. Muy inferior a las de Brannagh y Olivier.

Nada nuevo bajo el sol, salvo que Dinamarca es una empresa y su "rey" ha fallecido, tomando su hermano el mando de Dinamarca y casandose con si viuda (Esta parte ya nos la sabemos). Le sumamos a eso Nueva York, unos escenarios geniales, un reparto que le va a la zaga y las mismas líneas de diálogo del original. ¿Qué nos queda?. Para mí una adaptación genial de un clasico revisitado cientos de veces, pero nunca de una forma tan... "actual" e independiente.

Un Saludo.

No sé qué decir porque la peli no es mala ni los actores lo hacen mal. Pero el lenguaje tan teatral en la ciudad de Nueva York hoy día no casa mucho. Hay varias pequeñas cosas que hicieron que me desconectara de la película. La verdad es que con esta adaptación moderna del clásico no se aporta nada. Quizá el problema es justamente que nada destacó a mis ojos. Nada me maravillo y nada me sedujo. Es un film correcto, los actores cumplen sobradamente con el papel, pero le falta la pasión en la trama y la intensidad de las emociones.

Lo que pasa con estas historias de clásicos es que es difícil sorprender o innovar porque si no, te cargas el clásico. Entonces, sabes de antemano qué va a pasar y para colmo la historia se traslada al siglo XXI, por lo que está fuera de contexto del lenguaje empleado. En fin, siempre preferiré infinitamente el libro de Shakespeare.

Saludos.

La verdad es que mentiría si dijese que me gustó. En principio me atrajó por la historia y el actor Ethan Hawke, pero después de más de media película ya no pude más que aceptar que por lo menos no fue hecha para mí, por no herir la sensibilidad de a los que les pareciera una maravilla.

Intentando encontrar una forma de representar la clásica e inmortal historia de Shakespeare me leí el libro y me vi la película de 1990, pero lo que queríamos hacer era representarla con una visión más moderna y en ese momento fue cuando encontré esta versión de Hamlet, en el siglo XXI.

La idea me pareció buena y de hecho fue la que usamos en nuestra representación, dejar el castillo de lado y poner un gran edificio en Nueva York donde se alojasen las oficinas de un poderoso magnate, padre de un niño perspicaz y hermano de un traidor. Luego, en el momento en que le me dispuse a verla cambió mi opinión.

Cuando se empezaron a suceder los diálogos y me di cuenta de que no era un giño a la novela original me llevé las manos a la cabeza, ¿qué clase de adaptación era? El hecho de que vayan en coches, caminando por centros comerciales o viendo una película en el cine no parece que case con los diálogos propios de una época antigua.

La película se hace lenta y pesada por el empleo de una lengua tan arcaica, llena de metáforas, con los que los actores no pueden expresarse, parece más bien que leen el guión, pero no lo llegan a interpretar, como si de estatuas se tratase que repiten lo que se les ha pedido.

Tampoco les pediría que utilizasen la jerga barriobajera, pero un poco de rigor, si intentas darle un toque de aire fresco a la obra poniéndola en el mundo actual, no te ates al guión clásico.