El valle de la furia

Protagonizada por dos grandes veteranos ya hacia el final de sus respectivas carreras, es un film agradable de ver y que mantiene en todo momento la tensión adecuada.

Hay algunas escenas que recuerdan demasiado a "Las aventuras de Jeremiah Johnson", de Sidney Pollack, protagonizada por Robert Redford, rodada ocho años antes.

De todos modos, es recomendable.

Merece la pena ver de vez en cuando un western de los que muestran vaqueros despeinados y sucios que también son heridos. La película se recrea acertadamente en el fantástico paisaje de las Rocosas, y muestra con total crudeza la dureza del invierno que vivían los tramperos americanos. De hecho, en determinados momentos, cobra más importancia la fotografía que la propia historia. Película muy recomendable.

Un tanto desconocido Western de bastante calidad con buenos intérpretes. Destacaría, principalmente, de esta película el haber sido rodada íntegramente en escenarios naturales y de difícil acceso por ser muy montañoso y en época de invierno-primavera.
Dice un refrán que sobre gustos no hay nada escrito, y me refiero concretamente a la fotografía de este film, pues personalmente opino que el utilizar filtros difusores en la fotografía en cinemascope de estos excelentes paisajes, hace que muchos planos y secuencias se vean un tanto difuminados, especialmente con la nieve, y sin la nitidez que a mi juicio deberían tener. No entiendo bien lo que se quiso conseguir con ello, pues en este tipo de películas se hace muy necesario una gran nitidez de imagen para disfrutar de los maravillosos paisajes naturales rodados.
Existen planos y secuencias de una gran factura técnica en cuanto a su realización. Por otra parte, el argumento no aporta nada importante al film, que se ve con agrado por su buen resultado dentro de lo que es un Western.

José Antonio ZG

Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: NOTABLE.
A medio camino entre el western y el cine de aventuras, esta película tiene valores que cabría la pena destacar. El primero y principal es que es una bonita historia crepuscular rodada en unos parajes naturales bellísimos. Al mismo tiempo, el tono de la película se adosa a la perfección a la de dos actores con una larga y prolífica carrera ya en declive, cuyas interpretaciones no pueden ser más entrañables. Pensemos que Heston nació en 1923 y Keith en 1921. Ambos estaban pletóricos en "Hoguera de odios", de 1953. Ahora los vemos en plena madurez, pero con un encanto tal, que uno ríe y sufre con ellos y ama la vida que parece escaparse cada día. Las secuencias de acción son brillantes, y la fotografía capta a la perfección al tercer protagonista: el escenario en el que ambos amigos viven sus vidas con tanta intensidad como libertad. En definitiva, una preciosa película de un género ya desaparecido.

Una historia del oeste atípica con paisajes y escenarios naturales, nada de cartón piedra.
Contiene escenas con auténtica garra cómo cuándo se esconde dentro de una madriguera de castores.
O el plano general del poblado indio hecho añicos, por llamarlo de una manera suave.
Algunas escenas de acción verdaderamente logradas, ya el arranque te muestra el tono que va a seguir.

El punto de vista sobre las luchas fraticidas entre tribus indias era real y lo toca bastante bien.
La película es un canto a la amistad con mayúsculas, cómo a la supervivencia en condiciones hostiles y hermosamente salvajes y respeto por la naturaleza.

Creo que no pretende ser una historia redonda y hace saltos adrede para contar detalles de lo que interesa al director, aunque se pierda algo de congruencia narrativa.
A los 10 minutos ya te has dado cuenta del estilo que impregnará la obra.

Los toques de humor se agradecen y gana mucho vista en vose.
Al final mencionan que ni los animales ni el entorno han sufrido daños durante el salvaje rodaje.
Debió ser duro y fascinante a la vez el rodaje, seguro que vivieron muchos momentos dónde se lo pasaron pipa.
Se percibe el buen ambiente y la química en algunas secuencias aunque supongo que tuvo que haber para todos los gustos.

Es algo más que una mera historia de aventuras.
Fijaos en la escena de la jauría de lobos devorando al bisonte.
Destacar la fotografía en un medio tan agreste, en muchas ocasiones debió ser complicado sacar esa luz y tonalidades, pues toca varias estaciones y la nieve se ve majestuosa, la primavera radiante.

Ambientación, vestuario, peluquería, tuvieron un enorme trabajo y lo saldaron con nota alta.
Creo que merece su visionado sin prejuicios se disfruta el triple.