Patrick Melrose (Miniserie de TV)

“Hay que matar al padre” decía Freud. Nunca me he atrevido a decir esta frase, aunque la he tenido siempre en la mente.

Basada en la novela de Edward St. Aubyn, Patrick Melrose es una serie que habla claramente y sin victimismos de un tipo de daño que puede ser perpetuo y no termina de entenderse socialmente. El trauma y el dolor prevalecen aún cuando aparentemente tienes los recursos materiales, pero gana la incapacidad de sobreponerte al daño que te hace la demostración continua de no ser merecido como hijx.

Otra vez Benedict Cumberbatch y sus interpretaciones quitando el aliento y dando vida al prota.

Patrck Melrose es la nueva miniserie de Showtime interpretada por Benedict Cumberbatch e inspirada en los libros de Edward St Aubyn. Es la historia tantas veces contada de trauma infantil, posterior periodo de autodestrucción adulta y redención/resiliencia final. El problema (si lo hay) es que la historia está dentro de un envoltorio demasiado aristócrata que impide empatizar con una pléyade de personajes desocupados y ociosos. Personajes que, con típica flema inglesa, pronuncian frases del tipo: "Oh, no soporto la pena, me estropea el rimmel" o "Querida, no entiendo cómo has podido criar a tus hijos sin una asistenta" o "Por Dios, Patrick, deberías venir a la recepción de la princesa Margarita. Además es una fiesta, no se espera que uno lo pase bien...". Supongo que sabréis a lo que me refiero. Humor inglés socarrón y elitista. Diálogos donde se establecen batallas de ingenio cargados de desdén y misantropía entre gente que no ha tomado jamás un metro (incluso hacen un chascarrillo al respecto).

Dentro de este envoltorio decadente, como decía, se nos presenta la historia de Patrick Melrose, un "poor rich child" repleto de demonios interiores con severas adicciones producto de unas enfermizas (por llamarlas de algún modo) relaciones paterno/materno-filiales. Especialmente cruda es la relación con el padre, interpretado por Hugo Weaving. Un ser completamente cruel que representa el mal por el mal, sin matices, lo cual, a mi modo de ver, empobrece la trama. Si bien es cierto que la historia siempre se nos presenta desde el punto de vista y los recuerdos de Patrick, no existiendo apenas otras perspectivas que sirvan de contrapunto. La historia sigue al protagonista a lo largo de varios periodos de su vida en pos de, a veces, una ansiada recuperación y, otras, de la total autoaniquilación. En fin, los ricos también lloran.

Entiendo que en el trasfondo de esta serie (y supongo que de las novelas autobiográficas de St Aubyn) se encierra una agría crítica hacia la decadente y superficial alta sociedad británica donde las formas importan siempre más que el fondo y donde ignorar algo es el mejor modo de no reconocer su existencia. Ya se sabe, la expresión de las emociones siempre ha sido patrimonio de los pobres. Pero ni siquiera en eso es original. Ya se encuentra en obras muy anteriores (véase Jane Austen, Charlotte Brontë e incluso Oscar Wilde). En algo me recuerdan a las películas de Ivory (sobre todo las escenas rodadas en el sur de Francia), si bien en esta serie el fondo es más desgarrador y, por supuesto, menos decimonónico.

No obstante, destaco los dos primeros capítulos de los cinco que la componen, así como unas soberbias interpretaciones (especialmente las de unos siempre solventes Cumberbatch y Weaving). Atención a la cuidada fotografía, a la música y a los lisérgicos títulos de créditos.

Puntuación: 7,5

*Una comedia muy negra y muy dramática

Cada capítulo de esta miniserie adapta una de las 5 novelas (“Bad News”, “Never Mind”, “Some Hope”, “Mother’s Milk” y “At Last”) escritas por Edward St. Aubyn (y protagonizadas, claro, por el personaje que da título a este trabajo), todas ellas catalogadas de novelas semi-biográficas.

El resultado: un drama de lo más crudo, salpicado por pinceladas de negrísima comedia (la imagen que da de la alta sociedad no puede ser más deprimente), que tiene como protagonista a un aristócrata inglés (Benedict Cumberbatch) “narcisista, esquizoide y alcohólico suicida”, como bien nos indican desde las promos de Sky.

*Benedict Cumberbatch

Como señalaba un poco más arriba, Patrick Melrose tiene como cabeza de cartel a uno de los actores más en boga, y de más prestigio, de la actualidad: Benedict Cumberbatch. Actor que compagina trabajos para televisión (dando vida a Sherlock Holmes, por poner el más claro de los ejemplos) con otros para la gran pantalla, donde se ha dejado ver tanto en superproducciones (es Stephen Strange en el UCM) como en otro tipo de obras mucho más modestas (pero que le han otorgado otro tipo de beneficios): recordemos que se hizo con una nominación al Oscar, en la categoría de mejor actor principal, por interpretar al matemático Alan Turing en “Descifrando enigma” (The Imitation Game).

Cumberbatch es uno de los grandes reclamos de esta miniserie. Miniserie que parece realizada para su propio lucimiento. Él lo sabe (su papel no puede ser más jugoso) y, además, lo aprovecha sin dudar (todavía no sabemos si lo ganará, pero de momento puede presumir de haber sido nominado a un Emmy por este trabajo).

*Nominaciones a los Emmy

A la nominación de Cumberbatch habría que sumar otras cuatro, todas ellas dentro de la categoría correspondiente a miniseries o telefilms: mejor miniserie, mejor dirección (para Edward Berger), mejor guión (para David Nicholls) y mejor casting.

*Tres capítulos; mucha dureza; muchas emociones

Ya ante de verla uno puede intuir que Patrick Melrose es un trabajo de calidad; algo que se confirma viendo tan sólo algunos pocos minutos de estos 3 primeros episodios.

El acabado es notable, los actores están precisos (en especial un siempre alabable/alabado Cumberbatch) y las tramas gozan de una complejidad (recordemos: cada capítulo adapta una novela; es decir, material no faltaba) de nivel.

Eso sí, Patrick Melrose es también una serie dura (lo primero que vemos es a nuestro protagonista drogado, recogiendo una jeringuilla del suelo de su piso y sonriendo tras conocer la noticia del reciente fallecimiento de su padre, con quien, como comprobaremos más adelante, y a través de distintos ‘flashbacks’, mantuvo una relación de lo más escabrosa (autoritaria y abusiva); por cierto, Hugo Weaving, el agente Smith de “Matrix” y sus secuelas, se encarga de dar vida a dicho progenitor; Jennifer Jason Leigh a su desastrosa madre, una mujer con tantos ideales como adicciones y contradicciones).

*Conclusión

Sí, Patrick Melrose es una serie de indudable calidad (no puedo terminar esta crítica sin hacer hincapié en su exquisita dirección artística). Y sí, su tono no está hecho para todos los públicos/paladares, pero ello no invalida mi primera aseveración.

Lo mejor: Los talentos implicados. Todos, aunque sea Cumberbatch el que irremediablemente sobresalga (no concibo la serie sin él como protagonista, es así de sencillo; ejemplo 1: su labor durante el primer capítulo bien merece todo tipo de halagos y reconocimientos; ejemplo 2: el segundo capítulo nos ofrece información a raudales, pero la casi nula participación del actor provoca que el interés decaiga ligeramente). También su (esquizoide) ritmo y sus diálogos. Además, son sólo cinco capítulos (tan concentrados como repletos de estímulos), lo que nos viene de perlas a los que seguimos demasiadas series.

Lo peor: Su dureza y su muy peculiar sentido del humor. No es algo especialmente malo, pero sí lo que espantará (o puede espantar) a más de uno.

Escrito por Javier Mazo
https://cinemagavia.es/critica-patrick-melrose-miniserie-sky/

Es simplemente maravillosa; el tratamiento visual, sobretodo la simetría y el uso de los colores son excelentes.
La interpretación de Benedict Cumberbatch hace que te creas a Patrick Melrose desde la primera escena, que sufras con él pero sin dejar de transmitir el toque irónico que el personaje lleva consigo.

Puede que por momentos sea algo lenta pero sin duda es porque así lo requiere la historia y la transmisión en distintas líneas temporales.
Siendo sensatos hemos visto la misma historia en el cine miles de veces, pero la personalidad de Patrick Melrose con una interpretación tan sobrecogedora y la habilidad del director para darnos la información a pinceladas, dejándonos ahondar en el personaje, la hacen única.

Yo la recomiendo totalmente.

Pd: La ultima escena es conmovedora.

y digo cerradas porque si estuvieran abiertas hablaríamos de la serie de Amy Adams cuyo único punto de conexión es la interpretación de un drogadicto. Pero Benedict Cumbertatch esta inmenso increible y fascinante,y hace que toda esa fascinación la convierta en una serie a seguir por donde nos llevara este sujeto depravado.Muy recomendable