Zen (Miniserie de TV)

Ante la avalancha de series policiacas hay que elegir porque nuestro tiempo dedicado al entretenimiento es finito. Por un lado están las americanas como CSI o 24. Tienen un buen ritmo, entretienen y enganchan al espectador. Pero tienen un problema: mismos ambientes, mismos personajes, mismas "americanadas" una y otra vez.

Frente a ellas están producciones como Zen. Son de factura europea pero muy profesionales. No tienen las taras y la baja calidad a que acostumbran (desgraciadamente) las series españolas. Los argumentos son propios del cine policiaco pero tienen algo que las distingue de las americanas. En Zen ese "algo" son los exteriores en ciudades milenarias, son las escenas de un bello alfa romeo aparcado en la noche frente al Castillo de Sant Angelo, son los remotos y dejados pueblos con encanto de la Italia profunda, son actores de verdad que no salen en las revistas del corazón pero que trabajan duro, son las bellezas italianas, son los policías vestidos con traje y que además saben llevarlo...

En definitiva, aunque uno guste de la hamburguesa del McDonalds, si puede "escaparse" a un restaurante con encanto y tomarse un buen solomillo al vinagre de Módena no debería dudarlo...

"Zen" es una serie muy poco conocida y muy poco votada. Y no entiendo el por qué. En esta época en la que consumimos tanta televisión, y tan malas series aparecen y se hacen virales, ignoro el motivo que lleva a la gente a pasar de largo de esta serie policíaca ambientada en una Italia muy actual.

Son tres capítulos como lo es la primera temporada de "Sherlock" y son capítulos que se podrían considerar pequeñas películas.

El actor principal (Rufus Sewell), coge un papel que no le cuesta mucho domar. Un inspector de homicidios perfeccionista y raro.

La historia no tiene más misterio que el que entrañan los propios crímenes que se deben resolver. En resumen, la vida de un inspector de homicidios a escena.

En mi humilde opinión es una muy buena serie. Una pena que ande tan olvidada entre los espectadores actuales.

“CSI”, “Bones”, “Navy, investigación criminal”, “Castle”, “Numb3rs”, “Caso abierto”, “Sin rastro”, “Mentes criminales”, “Hawai 5.0”… y la lista de series policiacas sigue y sigue. Todas ellas tienen en común que son americanas y que más o menos te ofrecen lo mismo en muchos aspectos (y ojo que con esto no estoy diciendo que sean malas). No obstante, si estás saturado de ver siempre lo mismo con agentes del F.B.I., con panorámicas aéreas de rascacielos y con los personajes situados en ciudades como Nueva York, Miami, Los Ángeles o Philadelphia, entonces te aconsejo visionar “Zen”.

“Zen” es una serie diferente a las habituales por varios motivos: la acción transcurre en Roma y en pintorescos ambientes rurales de Italia, lo cual es un aliciente que se sale de la monotonía. Los casos a resolver son de altos vuelos, de profundo carácter político, o sea, de esos en los que hay que tener mucho tacto al meter las narices para investigar, ya que como metas la pata puedes mandar directamente a la mierda tu carrera como policía o incluso algo peor. Por último, el protagonista principal no es para nada estereotipado, es un tipo normal que ronda los 40, que vive con su madre y que resuelve los casos de forma poco ortodoxa, aunque eso sí, es bastante perspicaz.

Es una lástima que la serie sólo haya durado tres episodios porque resulta muy entretenida y gusta de verdad. Tiene estilo, clase, glamour y, además, posee pinceladas irónicas y de cine negro excelentes (incluso su parte romanticona está muy bien metida en la historia). Además, Rufus Sewell está acertadísimo en su papel protagónico y la coprotagonista, Caterina Murino, es guapísima.

A mí, personalmente, me ha convencido esta propuesta. Cierto es que tiene algunas cosillas criticables como, por ejemplo, lo surrealista que se vuelve en algunos momentos (esto ocurre pocas veces, pero tenía que decirlo) o ver al protagonista continuamente vestido de chaqueta y corbata pareciendo el tío del anuncio del Martini (más de una vez me vino esta idea a la cabeza, sobre todo cuando estaba sentado en una terraza tomando café y se levantaba poniéndose esas gafitas de sol con esa musiquita de fondo).

En conclusión, “Zen” es una buena serie que os recomiendo a todos. Especialmente a aquellos que busquen algo diferente a lo habitual. Ah, por cierto, no os preocupéis porque sea una producción europea, ya que el aspecto técnico es más que aceptable.

Miniserie que pasó sintiéndose valiosa pero también muy desapercibida.

Rufus Sewell se convierte en Zen, el único inspector de la Questura de Roma honorable, e investigará una serie de casos mientras se enamora de la secretaria judicial Tania Moretti (una Caterina Murino más parecida a su personaje de 007 que a su vibrante Maritta en "El jardín del Edén" del 2010 con Jack Huston, aunque bueno que Jack Huston pareciera querer devorarla enterita cada vez que la mirara nos da a entender qué química forzada hay aquí entre ella y Sewell).

Crímenes junto con fuerzas políticas y policiales luchando en diferentes direcciones para lograr la victoria para su bando elegido es lo que prima en la visión de una Italia corrupta en sus muchos órdenes, y es con este ejemplo de mostrar corrupción en las más altas esferas, llegando a tocar a los cardenales, donde se diluye la figura de Zen, perfectamente actuada por Rufus Sewell, con los ojos más expresivos de todo Hollywood, es un personaje gris, que no esconde su rotura y su dejadez sentimental y marital ante un departamento que hace una apuesta sobre qué hombre copulará antes con la nueva secretaria.

De cosas fáciles y difíciles estos tres episodios de casi dos horas cada una seguirá las fuentes negras de investigación habituales situadas en el mayor esplendor de una Italia que evoca en cada piedra del camino la Italia Renacentista.

Con una acción moderada, un romance que da pena, y maravillosos escenarios, las investigaciones seguirán sorprendiendo. Es una buena serie, y un buen reparto es digno de ello.

De entre los villanos sobresale un Callum Blue en el último episodio, y de los secundarios todos en su línea correcta, tal vez Arianna.

Para quien guste de novela negra, de suspense, y de un poco de la vida gris de un detective aún más gris, y que no esconde esa oscuridad.

Dejando de lado que siempre he sentido cierta simpatía por Rufus Sewell, no me pregunten por qué, la curiosidad que me suscitaba no haberle visto nunca en el papel de policía, el dato anecdótico de que es una serie británica realizada totalmente en Italia y que, aunque se supone que son italianos la mayoría tienen pinta de británicos o extranjeros, ya me contarán a santo de qué y que la dama con la que el bueno del inspector Zen se lía es realmente atractiva y con un toque muy sensual, por lo menos para mi gusto, pues decir que la serie me ha parecido francamente decepcionante.

Por muy simpático que me caiga el amigo Rufus, en esta ocasión el integro personaje que compone o que le hacen componer carece totalmente de carisma ni de nada especialmente reseñable aparte de que viva con su mamá y que es bastante anodino. Su romance laboral es totalmente ñoño, edulcorado y carente de interés a pesar de lo atractiva que me pareció la dama y los casos en los que se ve metido van de lo más previsible a lo más rocambolesco sin que despierten tampoco el más mínimo interés.

Todo ello rodado, filmado y realizado de una manera que recuerda a series de policías ochenteras mediocres de media tarde, con un estilo tibio, blandito, falto de cualquier tipo de tensión y con argumentos llenos de tópicos y clichés vistos mil veces. Añadan a la fórmula un humor bastante blanco y sin gracia y unas pocas escenas de acción bastante mal filmadas. Los intérpretes también me han parecido bastante normalitos tirando a malos en algunos casos. Eso si, han sacado Roma muy bonita como decorado de fondo de las aburridas peripecias del inspector Zen.

La he acabado terminando porque solo eran tres capítulos y he tenido que esforzarme en acabar la última hora y media de episodio. Lo siento Rufus pero de esta mejor me olvido y no te la tendré en cuenta.