Election

Muchas son las ocasiones en que cintas que sobresalen por encima de otros productos, pasan desapercibidas entre el público. En Election hallamos un ejemplo muy claro de este tipo de casos, donde el realizador de la fabulosa Entre copas (Alexander Payne), logra una comedia brillante, subversiva y con un tono sarcástico directo y sin concesiones.

En ella, se nos introduce en un instituto, donde distintos alumnos se presentan para formar parte de la presidencia escolar. Esta situación, que cada vez se tornará más curiosa entorno a sus protagonistas, terminará desembocando en una delirante y sorprendente carrera hacía el objetivo de todos ellos: Ganar las elecciones para poder acceder a susodicha presidencia.

Lo mejor de ella, sin lugar a dudas, son sus personajes, donde se combinan los típicos estereotipos de instituto, pero dándoles un magnífico tono sarcástico que llevará al espectador a situaciones de lo más hilariantes y divertidas. En sus papeles, y por encima de todos, sobresalen una espléndida Reese Witherspoon, que da una clase de maestria interpretativa, y un genial Matthew Broderick, que va incrementando el potencial de su caracterización a medida que pasan los minutos en el film. Ellos dos, acompañados de un elenco muy bien escogido y donde los personajes están muy bien trazados, dotan a la obra una extraña fuerza.

También se podría decir que sobresale la labor del director, puesto que Payne logra hacer de Election un film realmente ameno, con un ritmo estupendo y donde las situaciones y diálogos están muy bien interpretados por este. Además, lo acompaña todo de una banda sonora excelente y nos lo muestra desde una perspectiva realmente atípica y sobresaliente. Eso sí, el guión es el que aquí hace la mayor parte del trabajo, pues es un guión escrito con excelente trazo, además de estar muy bien llevado y resuelto.

Resumiendo, subvalorada película, incisiva como pocas y, donde el trabajo del equipo técnico en general y de sus intérpretes hace mucho, pues consiguen una labor meritoriamente buena y digna de mención. Ojalá llegasen más trabajos así de ese planeta, que parece ser distinto a la tierra, llamado Hollywood, pues el público lo agradecería sin lugar a dudas.

Este genial es más que una comedia, es una crítica despiadada sobre las condiciones humanas en una sociedad y sobre la sociedad norteamericana en sí, que es tan hilarante como mordaz en su sencillo envoltorio.
La ambición, la hipocresía, la frialdad, el sistema educativo, las relaciones humanas y familiares, el valor de la educacion, el rol matrimonial y las infidelidades, asi como muchos temas más son blanco de una justa crítica por parte de Alexander Payne, que logra un film que hace reir, a veces amargamente y otras con situaciones de genuina comedia. Con su estilo acidísimo y su sarcasmo, Payne analiza mediante una elección en una escuela secundaria, los peores valores de los humanos de una manera magistral.
Se apoya en un guión maravilloso, que hilvana distintas situaciones que generan una risa auténtica, el film es tan mordaz que por momentos uno dice: "Ay, por Dios".
El elenco es genial: Matthew Broderick otra vez ractificando su talento para la comedia compone a un Jim querible y despreciable a la vez, con mucho oficio.
Pero es Reese Whiterspoon quien con su despreciable papel se lleva las palmas, su Tracy Flick es unos de los seres mas insoportables, malvados y odiables que el cine haya dado en mucho tiempo. Es irritante verla en pantalla, además la actriz le dá un tono único que lo hacen no sólo el personaje más logrado sino uno inolvidable. Esta única, inigualable. Merecía sin duda una nominación al Oscar.
Se destacan también las labores de Chris Klein ( hilarante) y de Jessica Campbell quien saca adelante su difícil rol con mucha naturalidad.
Gran comedia, grandes actores, gran gión y gran dirección. ¿ Qué más se puede pedir?.

1. Reese Witherspoon: su interpretación de Tracey Flick hace inolvidable cualquier escena en la que ella sale (pero ya pueden pasar años y años, eh, lo juro).

2. El guión: uno de los más precisos (nada, absolutamente nada sobra), más mordaces (el sueño americano patas arriba), ambiguos (¿malos y buenos? ¿tontos y listos? ¿patéticos y admirables? no, aquí no hay líneas claras de división) y en definitiva inteligentes (activa nuestra inteligencia, nuestra capacidad para entender las cosas) de las últimas decadas ("Quemar después de leer" es una sátira tontorrona a su lado).

3. La dirección: ágil y con un ritmo ajustadísimo que no decae en ningún momento (cosa que no se puede decir, por ejemplo, de "Entre copas", del mismo director) y con una enorme atención a los detalles (por ejemplo, los cambios de peinado de Reese Witherspoon en los distintos flashbacks, por breves que sean).

Si la Historia del Cine es justa llegará a ser un clásico de la comedia a la altura, por qué no, de "Primera plana" de Billy Wilder o "Ninotchka" de Lubitsch.

Por si alguien no lo sabe (aunque si ha visto la película lo debería de saber) es la MTV Films la que produce “Election”. Y lo recalco de inicio porque igual que muchas veces ponemos a esa cadena como el mayor de los ejemplos de la tontería y la estupidez actual, también acierta a veces.

Todo esto es para demostrar que nada es seguro a veces, aunque se tengan ingredientes como uno de los actores que menos gustan a todos como Matthew Broderick, una actriz que entonces no decía gran cosa como Reese Witherspoon, un director cuasinovato que no conocía nadie, un tema y localización narrativa cuando sospechoso y como ya he dicho, una productora de dudoso gusto artístico.

Pero como ya he dicho cientos de veces, cuando se tiene un buen guión… las probabilidades de fracasar se reducen considerablemente. El resultado es una de las comedias americanas más brillantes, ácidas y acertadas de los últimos tiempos. Una lástima que después de diez años siga siendo tan poco conocida y valorada. Es posible que sea porque no hay desnudos, ni tiros, ni efectos ni risas fáciles. Todo requiere más esfuerzo, pero la recompensa es mucho mayor.

Nota: 7,4.

Después de hacer el ridículo diciendo que ya la había visto, y que me apetecía ver una comedia y no una de yakuzas, tuve una muy agradable sorpresa. Tanto porque otra vez (y ya van tres -entre un montón, eso sí-) el señor Broderick no me resultó tan odioso como de costumbre, como por el excelente guión que no deja un solo instante al aburrimiento, describe con total certeza a los personajes, y desarrolla varias historias confluyentes con perfectos cambios de escena. Buenas interpretaciones (en especial la Whiterspoon en su papel de niñata repelentísima), muy buena fotografía, y soberbia ambientación.
A destacar el cuarto de hora final, con la detallada conclusión de cada caso, y con una clara y muy verdadera moraleja.