Anamorph

Como la película, depende de la perspectiva o el ángulo de donde se la mire, puede dejar sensaciones encontradas.
En mi caso puedo distinguir:
* que por un lado es una cinta fascinante desde lo técnico, desde su conseguida e inquietante atmósfera, desde su ingeniosa concepción para arrojar al mundo del cine a un asesino serial tan talentoso desde lo artístico que da por resultado deslumbrantes escenas del crimen desde su composición estética que exigen doble interpretación según la posición en que se la aprecie, que el suspense funciona en numerosos pasajes ya que nos adentramos en un universo sórdido y psico-patológico que por momentos recuerda a la brillante “Se7en” de Fincher (obviamente que sin alcanzar sus cotas de efectividad ni su complejidad narrativa), que Willem Dafoe consigue construir un personaje creíble como detective que se sumerge en el desafío de descubrir la identidad del asesino...
* pero desde otro punto de vista analítico, estamos en presencia de una película no muy creíble desde la lógica y que además cae en el equivocación de ir introduciéndose en muchos detalles, recuerdos e hipótesis para ser rematada en el desenlace de una forma extremadamente abrupta. Es como que el filme se torna escabroso y pareciera tener una profundidad en su argumento que no es tal, sino que es un relato simple camuflado de muchos artificios visuales y estéticos. Por ende, cuando terminamos de visionar el filme, es casi seguro que dejará la sensación a que su desenlace es fallido y apresurado, y que lamentablemente la idea daba para más dejando la molesta sensación de gusto a poco.

Hay películas que, a pesar de su discutible calidad, por no decir escasa, sirven para constatar hechos incontestables. Sín duda "Anamorph" es uno de estos casos, ya que despues de su visionado se pueden sacar varias conclusiones: una es que Willem Dafoe ha vivido mejores tiempos, y cuando a un actor los peluquines le sientan como a Nicholas Cage es que dificlmente volverá a la senda de la interpretación en mayúsculas. La otra conclusión es que el thriller policiaco necesita otra revolución urgentemente, otra película que reinvente el género, un film que suponga al género lo que significó "Se7en" en su día.

y es que "Anamorph" no deja de ser otra vuelta de tuerca más sobre lo mismo. Una película que se constituye en una gran metáfora sobre si misma, ya que hablando de imitadores no deja de incurrir en vagas y trilladas situaciones ya vistas en muchas otras producciones de esta índole.

Cierto es que hay un cierto gusto por mostrar una estética elegante y sobria y contrastarla con unos flashbacks de aire onírico y pesadillesco. El problema radica en que en el procedimiento se han dejado algo tan importante como una trama lo suficientemente sólida para sustentar el film. Hay demasiados agujeros, demasiados hilos sueltos y sobre todo, demasiados personajes que deambulan por la pantalla buscándose a si mismos y al papel que deberían y no consiguen representar.

En medio de todo esto encontramos a Willem Dafoe, al que el director comete el error de darle todo el peso de la narración, cuando no hay un personaje minimamente coherente y bien construido detrás. Aunque hay que reconocer que Dafoe tampoco está mucho por la labor, confundiendo los estados de ánimo del protagonista y ofreciendo un perpetuo registro de aburrimiento que, eso sí, consigue contagiar al espectador.

Así pues, es evidente que "Anamorph" no es la peor película de este género que se recuerde, pero desde luego fracasa en su intento de constituirse en algo diferente, ofreciendo una vez más otra ración de policias con problemas personales, asesinos y sus filiaciones macabras ( en este caso le da por el arte) y un desenlace presuntamente contundente. Sí, más de lo mismo, pero peor.

Lo mejor: Su intentona de ofrecer algo nuevo.
Lo peor: La sensación de que todo está muy desaprovechado.

Aún me estoy frotando los ojos intentando digerir lo que acabo de ver. Mira que no me daba buenas vibraciones esta película, pero al aparecer en el reparto dos actores interesantes como Willem Dafoe y Peter Stormare me decidí finalmente.

Pues bien, lo que en principio podría ser una copia entretenidilla de Seven, ni siquiera llega a eso, es una auténtica burla al cinéfilo medio, con un guión vacío, unas interpretaciones totalmente desganadas, unos efectos especiales de serie z y unos diálogos patéticos.

Ni hay intriga, ni acción, ni terror, ni drama, ni nada de nada. Creo que es la peor película que he visto con un apañado reparto desde la infumable "El misterio de Ginostra".

Henry Miller tiene un nombre que da la sensación de grandeza, pero es totalmente lo contrario. Su pequeñez dirigiendo alcanza cotas extraordinarias.

Me senté a ver esto que llaman peli de asesinatos en serie precisamente para evadirme un poco de la realidad y disfrutar de algo de tensión en la pantalla. Pues este hombre lo único que me ha transmitido es aburrimiento y cansancio, rezando por momentos para que acabase ya esta triste agonía que me ha hecho pasar durante casi 2 horas.

Es que no se puede destacar nada en ella, una trama supersosa, una dirección sin ritmo, cansina de la hostia y sin nada de interés, ni en el asesino, ni en los polis que quieren atraparlo. Sinceramente parece un trabajo hecho de forma rápida y obligada, sin tener para nada en cuenta al espectador que paga por ver esto.

No se salvan ni los actores, después de terminar y ver toda la cámara que ha chupado el señor Willem Dafoe, me parece increíble que su actuación haya sido penosa, sin fuerza, sin sentimiento, no me ha transmitido nada su personaje de poli amargado. Y su compañero tocapelotas menos aún, aunque a este le perdono por el hecho de no salir tanto delante de la cámara.

Los amantes de los thrillers de psicópatas volvemos a estar de enhoramala con la enésima confirmación de que este glorioso género no acaba de levantar cabeza. "Anamorph", a pesar de intentar desmarcarse un poco con una historia de asesino artístico al más puro estilo Jonatan Santofler, no es más que una nueva decepción. Los pecados, los de siempre: cero originalidad, narración deshilachada y torpe, ritmo que avanza como a trompicones, actores en horas bajas e incapacidad absoluta para mantener la tensión o el interés del espectador.

A veces me da la impresión, después de ver la enésima patochada de este tipo, que el género como tal ha dado todo lo que tenía de sí, o eso o por algún oscuro motivo a nadie se le ha ocurrido que hay un montón de estupendísimas novelas policíacas pidiendo a gritos ser adaptadas. Que los seguidores del género tengamos que tragar con estos guiones de medio pelo en pantalla grande y con actores conocidos mientras el pobre del inspector Wallander se pasea por algún canal remoto de la televisión sueca y Thomas Lynsley campa a sus anchas por la sección de saldo del súper, clama al cielo.

De lo bueno: el pictórico despliegue de los cadáveres, realmente espectacular en algunos casos aunque el látex canta La Traviata.

De lo malo: casi todo lo demás, en especial el hipnótico postizo capilar de Willem Dafoe.