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Candy

Aventuras. Comedia Candy (Ewa Aulin) es una chica que ha llegado al mundo de manera mágica y ya crecidita. Estudiante ahora de una institución superior, cuando conoce al egocéntrico, pero celebrado poeta MacPhisto (Richard Burton), Candy aprende de él que, el deber de los seres humanos, es darse a los demás incondicionalmente y sin restricciones... y ella comienza a demostrar su aprendizaje entregándose a él cándidamente. Después, vendrá una serie de ... [+]
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
11 de abril de 2011
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es inimaginable hoy día que una pléyade de actorazos como los que integran esta lista -Burton, Brando, etcétera- se embarquen en una..."película"? como esta. Los ácidos y drogas varias que fluían con "naturalidad experimental" en esos años deben tener gran parte del mérito. Es un enigma. Difícil pillarla en dvd, youtube is the answer.
Nota: 4,55.
Feldon
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8 de noviembre de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muy diversas razones para querer ver un filme como, <<CANDY>>. La primera (y creo que fue la que llevó a las salas a la mayoría del público en los días de su estreno), son las ganas de morbo, sobre todo para quienes saben que está basada en el “escandaloso” y explícito cuentecillo que escribieran los norteamericanos, Mason Hoffenberg y Terry Southern, en 1958, y que, en la década del 60', se vendió como el pan. Para todos estos, y para quienes deseaban ver, por todos sus resquicios, la sonrosada piel de la Miss Suecia, Ewa Aulin, la decepción fue rotunda porque, en una coproducción internacional, con semejante equipo técnico y actoral, y con la censura afilando sus tijeras, era imposible que algo así pudiera suceder, en 1968.

El grupo de actores con que cuenta la película, fue otra razón que animó a quienes no tenían idea del libro: Burton, Brando, Matthau, Coburn, Aznavour... e incluso la aparición de John Huston, daba para que más de uno se sintiera motivado.

Quienes ahondan un poco más en el cine, también saben que los autores del libro no son ningunos aparecidos, pues, Hoffenberg (1922-1986), fue un escritor satírico que hizo parte del grupo de Greenwich Village en los años 50-60 del siglo XX y, Terry Southern (1924-1995), fue nada menos que co-guionista de títulos tan celebrados como “Dr. Strangelove”, “Easy Rider” y “Barbarella” entre otros... y a, Buck Henry, el guionista que adaptó el libro al cine, acabábamos de deberle nada menos que, “The Graduate”.

¿Y sirvió para algo la conjunción de este montón de talentos? Puedo responder con un No y un Sí.

No, porque es bien notable la incompetencia del director, Christian Marquand, en algunos de los segmentos. Lo hecho con Coburn, con Salerno y con Aznavour, no tiene perdón del cielo. Después, poner a un personajazo como, John Huston, en lo que lo puso, ¡es lo más parecido a una herejía!… y que Huston se dejara poner en lo que lo pusieron, ¡es vergonzoso!

Cabría también citar una que otra situación insostenible, algún error de montaje y continuidad, y varias acciones muy mal dirigidas, pero, dedicaré el poco espacio que me queda para resaltar lo positivo que veo en <<CANDY>>. En primer lugar, la idea central de la historia queda bien reflejada y me parece relevante: Candy (como todas las chicas del mundo), es un ángel que viene a la tierra, desea formarse, y aspira a encontrar el sentido de la existencia… pero el hecho de que sea joven, bella, inocente y sensual, la convierte en instrumento de uso de la serie de individuos –la mayoría con poder y representantes de connotadas instituciones y sectores de la sociedad- quienes, en ningún momento construyen con ella, sino que usan el lenguaje profesional como recurso para seducirla. Todos ven carne... pero ninguno consigue ver espíritu.

Cuando de parte de, MacPhisto (entre letras, Mefistófeles), aprende el concepto de dar, desde entonces y en actitud dadivosa, Candy accede a complacer a aquella serie de oportunistas reprimidos que, sin excepción alguna, son una vergüenza para las instituciones y para la sociedad. Con todo esto, creo que el final es bastante significativo.

Y a propósito del libro: Cuando, Terry Southern, fue enterado por un periodista de que alguien había escrito que, <<CANDY>>, era una sátira del “Cándido” de Voltaire, respondió: “Pues, me va a tocar volver a leer el libro de Voltaire, a ver si es verdad”.
Luis Guillermo Cardona
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7 de noviembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí tenemos uno de esos extraños productos de finales de los 60 donde abundaban las drogas psicodélicas y aquí claramente iban muy puestos para hacer semejante locura de película por llamarlo de alguna manera. Como protagonista tenemos a Ewa Aulin una actriz que hizo unas cuantas apariciones allá por los 60 y 70 y principalmente en papeles de chica tonta y sexy, aquí no es menos e interpreta a una especie de lolita que pierde la ropa con facilidad, a la que le ocurren todo tipo de locuras y en la que todo personaje que sale en la película se la cepilla o lo intenta, lo curioso de todo es que grandes actores como Marlon Brando, Richard Burton, Walter Matthau, etc... Y algunos famosos de la época como Ringo Starr se prestasen para semejante royo, aunque se ve claramente que muy bien no iba ninguno. Como curiosidad se deja ver este entrañable royo hippy, aunque si uno la visualiza colocado seguramente la disfrute más, eso si la duración de 2 h llega a darle a uno ganas de meter la cabeza en una licuadora.
Outboll
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18 de enero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
08/08(11/01/17) Caótico comedia, una farsa erótica donde se pretende hacer comedia bufa de cómo todos los hombres, da igual el estrato social que detenten, son esclavos de sus instintos básicos, o sea, sexuales. No podía creerme que un film con los mimbres de actores, de guionista, fotografía y diseño de producción tuviera tan malas críticas, pero lo cierto es que lo que he leído es benévolo con lo que se ve. El mediocre realizador (lo demuestra con creces en el film no aprovechando el jugosos reparto) francés Christian Marquand (en su segunda y última realización, tras “Le Grands Chemins”,1963), adapta la escandalosa y exitosa novela de 1958 de Terry Southern (“Teléfono Rojo” o “Easy rider”), y Mason Hoffenberg (al parecer todo lo que hizo que el libro controversial se eliminó de la película), a partir de un guión de Buck Henry (“El graduado”), en el que satiriza con brocha extragorda los gustos sexuales masculinos, con escenas bastante subidas de tono para su tiempo. Siendo la protagonista una cándida sueca Ewa Aulin (se dice que es su debut en cine, pero ya hizo un film italiano anterior), una miss Joven Suecia de 17 añitos (en 1965) que luce sensualidad y belleza ingenua, asimismo es destacable su pletórico elenco actoral: Marlon Brando, Richard Burton, James Coburn, Walter Matthau, Ringo Starr, John Huston, John Astin, Charles Aznavour , Elsa Martinelli y Enrico Maria Salerno, y en roles cuasi-cameos figuras populares como Sugar Ray Robinson, Anita Pallenberg, Florinda Bolkan, Marilù Tolo, Nicoletta Machiavelli y Umberto Orsini. Asimismo esto adornado con la fotografía del gran Giuseppe Rotunno (“El gatopardo” o “Amarcord”), que filtra el diseño de producción del fenomenal Dean Tavoularis (“El padrino II” o “Apocalipsis Now”), con efectos especiales del maestro Douglas Trumbull (“2001”o “Blade Runner”), pues bien todo este conjunto de elementos destinados cuasi por inercia a ser buenos sumados, el director tiene la capacidad sublime (ataque de cinismo) de convertirlo pasado por su ojo triturador en una amalgama de sketches de muy dudoso humor, donde lo que parece primar es el morbo de mostrar lo máximo posible del cuerpo exuberante de la citada sueca, un revoltijo de viñetas donde el surrealismo y lo esperpéntico se apodera de la acción, en una odisea con ínfulas psicodélicas, hija de su tiempo, un decepcionante producto hecho sin ingenio, sin mordacidad, sin frescura, donde todo parece un bucle estancado, donde las situaciones se repiten una tras otra (la chica se encuentra sinfín con un desconocido que la desea lujuriosamente). El guionista Buck Henry admitió que la película fue un desastre que casi le hizo salir de su profesión.

Candy (Ewa Aulin)es una dulce y hermosa chica que es alumna en la escuela superior de su padre (John Astin). En un recital de poesía, el poeta excéntrico McPhisto (Richard Burton ) ofrece a Candy llevarla a su a casa en su limusina. Allí un McPhisto se emborracha y entra en acción el jardinero mexicano Emmanuel (Ringo Starr), que seduce en lo alto de una mesa de billar a Candy. Tras enterarse el padre decide llevarla a Nueva York, comenzando una odisea por diferentes aventuras en las que se verá inmersa la tierna Candy: Un general hambriento de sexo (Walter Matthau), un médico que realiza operaciones públicas (James Coburn), un jorobado (Charles Aznavour), un cineasta obsesionado underground (Enrico Maria Salerno) y un falso gurú (Marlon Brando).

El mensaje queda claro con media hora de metraje, una joven bella, dulce e inocente chica siempre será a ojos de los corruptos hombres un cacho de carne para fornicar, el resto es reincidir una y otra vez en la misma idea, pero con diferentes y disfuncionales personajes, que debieron ser un disfrute para los actores, pero eso no es recíproco en el espectador. Quizás habría tenido más jugo el relato si la protagonista no fuera una pluma movida por el viento, sin alma, sin personalidad, un simple objeto sexual del que cualquier hombre dispone a su antojo, si tuviera algún matiz, pero no, es representada como una chica sin personalidad alguna. Entonces la cinta debe asentarse en el tropel de personajes con que ella se cruza y que la convierten en objeto de su libido desbocada: Un poeta loco, trasunto del inglés Dylan Thomas, al que le sigue un viento permanete, aún en interiores, que le mueve sus cabellos y gritando cual mantra sobre Candy “Tengo necesidades!”, interpretado por Richard Burton de modo caricaturesco, da pena verlo; Un jardinero mexicano, Emmanuel encarnado por un desatado Ringo Starr, en su primer papel en cine alejado de los Beatles, su mantra sexual es "Esto no es bueno!" y en el clímax "Viva Zapata!"; El general R.A. Smight encarnado por Walter Matthau, que si sabe sacar humor a su rol, siendo un pícaro sibilino, y a la vez víctima de su anticomunismo; El arrogante cirujano Dr. Krankheit encarnado por un histriónico James Coburn, tipo engreído que realiza sus operaciones cual torero en medio de una corrida, protagonizando el mejor gag de la cinta (lo cual no es mucho), cuando vemos que tiene a las enfermeras (sus concubinas) marcadas con sus iníciales cual ganado, también protagoniza la sombra chinesca (o traslucida) más picante, con una entra por “detrás” a Candy; El Dr. Dunlap encarnado por John Huston en un rol insultante para su poderío y carisma; Jonathan J. John, un documentalista underground encarnado por Enrico Maria Salerno, un rol pasado de vueltas y sin entidad alguna;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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23 de agosto de 2023
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No pude soportar más de 20 a 25 minutos. Es tremendamente mala por donde la miren. El desperdicio es la cantidad de actores de primera línea haciendo papeles estúpidos. Evidentemente para hacer una buena comedia se precisa mucho más que para hacer un drama, y esta película lo demuestra. Hay otra película con el mismo nombre y seguramente basada en el mismo libreto que tiene mejores críticas, pero después de haber visto ésta no me quedan ganas de probar con la otra.
Morris Laski
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