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Thriller in Manila (TV)

Documental Documental que repasa los tres combates que enfrentaron al legendario Muhammad Ali contra Joe Frazier, y del profundo odio que surgió entre ambos. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
10 de septiembre de 2010
33 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joe Frazier, sesenta y tres años: “lo que uno hace de joven luego se refleja de mayor como bocados en el culo”. Esta frase resume perfectamente la ira, el odio y la tirria que el boxeador de Philly llegó a cogerle a Muhammad Ali en los tiempos en los que sus peleas paraban el mundo. Y es que rememorando el tremendo enfrentamiento de Manila en 1975 (hay que verlo, gracias YouTube) uno se da cuenta de que allí hubo más que un combate de boxeo: fue el encuentro de dos hombres que llevaron su rivalidad pugilística y personal hasta límites casi trágicos.

Entre 1971 (primer combate entre ambos en N.Y.) y la cita en Filipinas, las provocaciones, insultos, decisiones arbitrales, temas raciales, egos e infinitas humillaciones convirtieron aquellos catorce rounds en una auténtica carnicería que aún te revuelve en el asiento casi treinta años después. El documental está grabado desde la óptica de Joe, un tipo al que pronto se le adivina en el extremo opuesto de Ali. Clay, el más grande sí, pero el más pinturero. Lleva estos últimos años dando explicaciones y pidiendo perdón por el comportamiento irreverente y nada respetuoso que mantuvo durante su carrera. Sin duda fue el mejor, pero créanme que estaba muy lejos de lo que hoy entendemos por fair play. Es verdad que el boxeo es otra cosa: espectáculo, promoción, intimidación y temperamento, mucho temperamento. Pero viendo al propio Ali hablar está claro que hay límites que no se pueden sobrepasar.

Por otra parte, también es escalofriante oír a Frazier decir “que Dios le mandó el Parkinson a Ali como castigo” o insinuar como hace en ciertas partes de la entrevista (viendo tranquilamente en su casa el combate) que aquella brutal pelea, sí, que la perdió, pero que fue tal el castigo que le infringió que se alegra de las consecuencias posteriores. Uno lo único que puede concluir es que hay comportamientos humanos que no puede llegar a comprender; porque lo que pasaba en los últimos rounds tenía más de drama que de boxeo, y cuando ocurre esto, cuando ya no hay el más mínimo atisbo de deporte y solo cuenta el golpear para matar, el noble arte deja de tener sentido hasta para sus más acérrimos defensores.

Mucho mito, mucha leyenda y sangre en el ring para este “Thriller in Manila”. Acertadísimo título para un documental que, junto con “When Were the Kings”, completa el relato de unos años increíbles, como sacados de película, y que junto a Tyson, el “Potro de Vallecas” y Jaime de Marichalar demuestran que los golpes en la cabeza no son nada nada buenos (sí, otras cosas también).
Alfie
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9 de noviembre de 2011
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo documental que nos cuenta brillantemente todos los detalles del histórico, épico y legendario enfrentamiento entre Joe Frazier y Muhammad Ali que tuvo lugar en Manila, (Filipinas) el 1 de Octubre de 1975.

Con excelentes imágenes de archivo, el documental analiza y repasa de manera exhaustiva la vida de estos dos grandes púgiles, desde su primer combate el 8 de Marzo de 1971 y el cual la prensa del momento bautizo como "El combate del Siglo", pasando por toda la polémica que se suscito entre ellos y mostrando el porque de la rivalidad y el profundo odio que ambos boxeadores se tenían.
Cabe resaltar que las declaraciones son de una honestidad, transparencia y nobleza inigualables.

Documental de obligado visionado para todo aquel amante del boxeo, así como para quienes quieran descubrir un genial y humilde campeón llamado Joe Frazier.
Muy bueno.

Joe Frazier (1944-2011)
R.I.P.
Zorthon Thrash
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14 de septiembre de 2011
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremendo documental sobre los célebres combates entre Mohammed Alí y Joe Frazier disputados a finales de los 60 y principios de los 70, centrándose principalmente en el último de ellos, celebrado en Manila y considerada la pelea más mítica de la historia del boxeo. Llevados por una rivalidad más allá de lo deportivo, con altos componentes raciales a pesar de que ambos boxeadores eran negros, la cinta nos muestra las miserias de dos gigantes del deporte en los dias previos a la gran cita.

Viéndola, se desmonta la imagen del Alí que se ha venido creando a lo largo de las décadas por multinacionales como Nike. Se descubre a un Alí mundano, desagradecido, racista y mucho menos inteligente de lo que se nos ha hecho creer. Sus payasadas para insultar a Frazier son detestables y sólo pueden venir provocadas por el miedo lacerante que le tenía a su rival.

El documental alterna imágenes narradas de la época con entrevistas a gente que vivió el combate de Filipinas en primera persona, con una jugosa entrevista a Frazier incluida. Entre lo que cuenta el viejo Joe, no es díficil discernir a un hombre marcado por el odio, incapaz de pasar página y perdonar a su enemigo, que en el fondo no era más que un inconsciente. Se echa en falta la versión de Alí, lamentablemente incapacitado para darla por culpa del parkinson que sufre y que mucho tiene que ver con aquella carniceria de Manila, o al menos eso insinúa orgullosamente Frazier.

El final del documental se centra en el combate en sí, una batalla dramática al borde de la muerte (literalmente) con una conclusión imposible que no se le habría ocurrido al mejor guionista del mundo (los que no tengan ni puta idea de historia del boxeo, como es mi caso, se quedarán con la boca abierta).

Acabando: altamente recomendable. Se extraen dos grandes lecciones sobre las consecuencias del odio:

En una esquina vemos al pobre Alí, con la mente destruida por los puños del hombre al que ridiculizó vilmente.
En la esquina contraria tenemos al viejo Frazier, con el corazón podrido de resentimiento, obsesionado con un fantasma que hace ya tiempo que se esfumó.
Peicho
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10 de mayo de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído por ahí que la historia entre Muhammad Alí y Joe Frazier es la más preciosa historia de odio y coraje. Ambos fueron grandes campeones, cada uno a su manera. El loco de Lousville fue una autentico comediante y autopromocionador que luchó demostrando sus creencias espirituales y su coraje dentro y fuera del ring y el otro, denostado injustamente un duro, aguerrido y generoso hombre que se crió en uno de los lugares más difíciles de Philadelphia. "Smoking" Joe Frazier, llamado así porque decían que se movía como el humo, fue capaz de subir a lo más alto desde lo más bajo usando sus puños, su valentía y su perseverancia en el trabajo. Hace un año murió en el pequeño piso que tenía sobre su viejo gimnasio donde entrenaba a prometedores chavales junto a su hijo (también boxeador pero a años luz de su nivel). La vida no le trató bien y Alí tampoco después de haberle ayudado en los peores momentos. Admiro a Alí, para mí es el mejor boxeado de todos los tiempos, con una capacidad para el espectáculo que nadie a tenido jamás en el mundo de las 16 cuerdas, pero no se portó bien con el bueno de Joe, que fue capaz de prestarle dinero cuando estaba en la ruina y que le ayudó a conseguir de nuevo su licencia para boxear cuando se la quitaron por negarse a luchar en Vietnam.

Joe murió odiando a Alí por todo el daño que le había hecho, a él y a su familia tras humillaciones, burlas y tejemanejes. Alí se disculpó tras esta grandiosa pelea sucedida en Manila (Filipinas) el 1 de septiembre de 1975, pero nunca le perdonó. Este combate, considerado por muchos como uno de los mejores de la historia, muestra la grandiosidad de ambos púgiles que eran capaces de morir sobre el ring antes que dejarse ganar. Frazier perdió el combate, su entrenador lo paró porque temía por su vida, pero el que perdió al final fue Alí. Joe lo dice en la entrevista recogida en este documental: "yo le hice eso" después "Dios le pagó con su enfermedad lo que me hizo". Todos dicen lo mismo: "Alí no se portó bien con el bueno de Joe".

Al margen de toda esta historia, el documental está muy bien hilado y tiene entrevistas con todos los personajes vivos implicados (salvo Alí). Así que te la recomiendo y si te gusta este deporte y esta época en concreto te va a encantar.
axlyerin
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23 de septiembre de 2016
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
174/13(18/09/16) Maravilloso documental realizado y guionizado por John Dower, el adverso del film “Cuando éramos Reyes”, mientras que en este se loaba la figura legendaria del púgil e icono Mohammad Ali, en “Thriller in Manila” veremos que no era un ejemplo de lealtad, bondad y compañerismo, tenía un lado oscuro y perverso. Aquí el centro es el épico combate que tuvieron en Manila (Filipinas) el 1 de octubre de 1975 (Pelea organizada por el dictador filipino Ferdinand Marcos, al igual que “Rumble in the jungle”, también gestada por otro dictador, en este caso el del Zaire), Ali (campeón de los pesados) frente al aspirante Joe “Smoke” Frazier (apodado “Smoke porque decían se movía como el humo), un choque que se convirtió en una desgarradora lucha por acabar uno con el otro, llevaron al límite el umbral del dolor. La cinta está vista más desde el enfoque de Frazier, el cual vemos ajado, viviendo en frugalidad encima de un gimnasio en su ciudad Filadelfia, vemos a un ser resentido con Ali, y es que paradójicamente Joe le ayudó económicamente e intercedió por él durante su paro forzado cuando se le retiró la licencia por negarse a alistarse en el ejército (además estuvo a punto de entrar en prisión), Ali le pagó con su desprecio, desde el 8 de Marzo de 1971, fecha de su primer combate (se conoció como la 'Pelea del Siglo "), en Nueva York y su duelo (casi a muerte) en Manila, la verborrea del de Louisville no paró contra Joe, provocándole, insultándole, llamándole lo peor que se le puede decir a un negro, Tio Tom (servidor de los blancos), tildándole de gorila despectivamente, humillándole en público, incluso durante un programa de tv, todo en un increscendo cual bomba, llegando a la cuenta atrás allí Ali se sentía en su salsa, adorado por todos, venerado por su carisma, interrumpiéndole entrenamientos, yendo a su hotel con un arma, esto explotó en el ring de la capital filipina durante 14 encarnizados rounds, se dice que de los más cruentos que se hayan producido en un cuadrilátero.

El eje del documental es una espléndida entrevista a Joe Frazier (63 años), un tipo que destila veneno contra Ali 33 años después del combate, arremete con saña contra el dolor que le provocó este, llega a relacionar una especie de simbiosis entre la paliza que sufrió en Manila y el karma a que Ali sufra de párkinson, se llega a definir a sí mismo como el que “le recortó las alas de mariposa” o el turbador “Dios le mandó el Parkinson a Ali como castigo”, o “Lo que uno hace de joven luego se refleja de mayor como bocados en el culo” (referente a la enfermedad de Ali). En el documental se nos hace un vibrante mosaico de los antecedentes a Manila, como se fraguo el odio y la ira de Frazier hacia un lenguaraz Ali ello, a través de diferentes entrevistas contemporáneas, a un hijo de Frazier, a un hermano, al carismático doctor de Ali (Ferdie Pacheco), periodistas deportivos, y amigos de los púgiles, solo falta la versión de los hechos de Ali, se suma un extraordinario repaso a imágenes de archivo, en la que se hace una vibrante cronología de una rivalidad, que pasó a enemistad y luego a desprecio iracundo, mostrándonos a un Frazier de cuasi-figura trágica, una especie de Antonio Salieri absorbido por la icónica figura de Ali.

Este film sirve para “suavizar” la hagiografía constante que nos hacen llegar los medios sobre Mohhamad Ali, una reverencial muestra de afecto que aquí queda distorsionada por la realidad, como desagradecido, desleal, y mostrándonoslo como un racista que se aliaba con el Ku Kux Klan, con ideas paralelas similares, sobre que no había que mezclar los blancos y los negros, llegando a acusar demagógicamente de racista a Frazier (que era negro como él, e incluso su infancia había sido más dura que la de Ali), de estar al servicio de los blancos, y cual hipócrita llegó a utilizar un muñeco de gorila como alter ego de Frazier, manejándolo de cuasi-vudú, si un blanco hubiera llamado a Frazier gorila que hubieran dicho de él, de nazi para arriba, pero era Ali y había que reírle las “gracias”. Ali en pos de su autopromoción, en su automarketing, en su autoventa, lo que mejor utilizaba era su histrionismo en todos los sentidos, un lenguaraz que no paraba de despotricar de los rivales, y con Frazier se pasó de frenada, cruzó los límites de lo medianamente permitido, convirtiéndose en un bufón detestable al que le compraban las “gracietas” muchos, al que quiera saber algo más que lea lo que le sucedió a la periodista italiana Oriana Fallaci cuando fue a entrevistarlo a Miami, un machista violento. Ali fue es un símbolo de los derechos civiles de los negros, pero no era un santo, tras él había grietas que interesa ocular a favor (de cómo diría el John Ford de “El hombre que mató a Liberty Balance”) de la leyenda.

El clímax del film es el combate en Manila, espectacular realización, edición vigorosa, y sí además (como me pasó a mí) no sabes el resultado final, te será impactante todo lo que acontece, el increscendo dramático que desembocó en un final que ni el mejor de los guionistas, dos moles humanas golpeándose cuál bola de derribos, y los dos manteniéndose en pie con orgullo y enorme dignidad, hasta desembocar en el mítico 14 round, y como ya en sus esquinas descansando,... (Spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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