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Hilda

Comedia. Drama Hilda, la nueva empleada doméstica, provoca un despertar en la vida de la acaudalada señora Lemarchand, quien rememora su pasado revolucionario, se cuestiona su frívolo presente y entra en una crisis de identidad. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
4 de septiembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un país como México donde la desigualdad es un tema común, resulta sorprendente que el cine nacional pocas veces ha tenido el tino de retratar de manera contundente historias donde nuestro habitual clasismo sea cuestionado o evidenciado.

Hilda es la historia del encuentro de dos mujeres de clases sociales bastante diferenciadas en lo económico, Susana (Verónica Langer) es la esposa de un acaudalado hombre de apellido francés (Fernando Beceril) y que busca una nana para la inminente llegada de su nieto, que viaja desde NY con Beto (David Gaitán), un hijo de papi con sueños de poeta, y su esposa gringa.

Susana entrevista a diferentes candidatas resaltando siempre la cantidad de veces que ha tenía una muchacha con determinado nombre, como si de objetos se tratase, aunque ella presume el trato igualitario que le da a su servidumbre, donde todos comen lo mismo y la alacena está al alcance de todos, dice.

La búsqueda termina pronto cuando llega Francisco, su ex jardinero que acude a pagar las letras de su vivienda hipotecada, cuando él le obsequia un suéter tejido por su mujer especialmente para Susana, ésta le pregunta por la esposa, Hilda (Adriana Paz, vista recientemente en ‘La tirisia’), ofreciéndole el trabajo de nana y resaltando “Nunca antes tuve una Hilda”, como si se tratase de alguna colección.

Así Hilda deberá soportar a la omnipresente Susana que busca involucrarla en sus charlas, como cuando intenta leerle algún libro sobre el Marxismo, o compartir con ella los recuerdos de cuando estuvo presente en los eventos de Tlateloco en el ’68, teniendo apenas tiempo para liberar tensiones, como en la escena en la que mira por tele ‘Escuela de vagabundos’, película mexicana con la que guarda ciertas conexiones, hasta llegar a un progresivo y bien sostenido cambio de conducta de su patrona, llegando a ciertos extremos que son mejor no revelar pero que evidencian el enfermizo estado de una mujer en estado de evasión de su realidad ante el pasado abandonado.

Las virtudes de ‘Hilda’ pasan por la mirada de Clariond hacia la relación entre ambas mujeres, el buen manejo de las tensiones generadas y en la ordenada progresión de los hechos que las llevan hacia un final un tanto precipitado y fuera de la norma, pero que consigue cierta concordancia con los hechos narrados, y que se apoya sobre todo en el gran trabajo de sus actrices.

Clariond consigue una ópera prima sino soberbia si notable, dejando de lado ciertos vicios del cine nacional en una película que pasa sin ningún problema de la comedia al humor negro y de ahí al thriller, en un debut promisorio y siempre bienvenido en su paso por la cartelera.

http://tantocine.com/hilda-de-andres-clariond/
Quique Mex
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6 de septiembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viernes 4 de septiembre, Cinemex Ticoman 7:50 pm. Hilda, opera prima de Andrés Clariond obra con toques de humor negro, crítica social y redirigida hacia un thriller claustrofóbico, protagonizado por la argentina Verónica Langer quien en el papel de Susana da un esbozo irrebatible de la falsa generosidad y supuesta igualdad que las clases acomodadas pregonan en discursos, pero que en el cotidiano acontecer dichas posturas son olvidadas con indicios de racismo y discriminación.

La desigualdad social y la segregación racial han estado latentes durante siglos a partir de la conquista, ambos grupos étnicos (blancos y mestizos) mayoritariamente conservan el estatus heredado por la colonia, los primeros con mayores oportunidades y mejor posición que los segundos, la división en la misma capital es inminente, donde el norte y oriente son para el proletariado, mientras que el oriente y sur para la burguesía, esta última favorecida por los grupos de poder en pro de acentuar esas diferencias.

Los personajes centrales son representantes de la clase trabajadora y la pudiente del México actual, donde la ventaja recobra posición a través de lo económico al ser Hilda y su marido los que han contraído una deuda hipotecaria con sus antiguos jefes de él. Susana centrada en conseguir una niñera para su nieto, opta por proponerle al esposo de Hilda el trabajo ideal para su mujer, con el que a su vez podrán ir reduciendo el número de pagarés que ella aun tiene en su poder. Sin embargo todo saldrá fuera de control cuando la indisposición de una de ellas y el control ejercido por la otra, aunado a la enfermedad, propiciaran eventos desfavorables para ambas.

Con una muy buena construcción de personajes a nivel de guión e interpretación, la película funciona casi en su totalidad llevándonos de una comedia que ríe de frases que remiten a "colección" o bien a la mimetización de quien presiona, a un thriller que repentinamente se desploma entre lo inverosímil y lo absurdo, al que se saca a flote por las dosificación de humor que al clímax seguía manifiesto. La presencia de secundarios se nota titubeante, el marido altivo y dominante (Fernando Becerril) —que ve como accesorio de lujo su esposa—, tiene una presencia que va diluyéndose conforme transcurre el tiempo. Para el personaje del hijo y lo que le acontece, no supera el incidental que en mensaje fortalece aquel decir: "todo depende del cristal con que se mire", pero quedando muy a la deriva de la historia central.

Película lograda que tropieza en su recta final, que machacona con lo que acontece en un país donde los de clase privilegiada al ámparo de la impunidad borran hechos igual de reprobables que para la otra clase.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Coleccionista Visual
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12 de noviembre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una angelical déspota, disfrazada de amiga.

“Nunca he tenido una Hilda”, y por ello tomo posesión de ella, en un cerco cada vez más intenso y dominante de una obsesiva conducta, cuya tortura va “in crescendo” hacia un secuestro pasivo, que hiela el espíritu.
Desde esa soledad y aburrimiento, desdén y abuso de clases, hasta la humillación y sometimiento del inferior a su cargo; es dulce/es perversa, provoca pena/provoca odio, desequilibrio mental de quien se aprovecha de las desigualdades económicas, en una extralimitación de su poder que le permiten un encarcelamiento físico, de gran atropello anímico.
“...,que te diviertas con Hilda”, y la psicosis racional llega poco a poco, penetra a firmes cuentagotas, desde esa despectiva mirada de quien se sabe superior socialmente, y conoce la imposibilidad de negación de su súbdito pues la necesidad, miseria y urgencia desesperan y llaman con urgencia, a claudicar con resignación dócil.
Trastornada ama de casa, con excesivo tiempo libre y la ausencia de cariño y comprensión de sus seres queridos, que dirige su fobia, producto de una severa desnutrición emocional y carencia afectiva, a su objetivo de turno, para el caso la requerida niñera para su alojado nuevo nieto, que se transformará en forzada amiga, sin permiso solicitado, que sacie todas sus peticiones y demencias de compañía, atención y diálogo.
Andrés Clariond expone un nítido tapiz racista, sobre la diferenciación de clases, el cambio oportunista de rango, el despotismo sobre la ignorancia y la gratuidad de ver, pero no mirar, y seguir con lo tuyo; es sencilla pero honesta en su retrato, clara y perspicaz en su fotografía individual de los personajes, inteligente aborde de la tiranía de una riqueza, cuya locura es sufrida por el mandado pobre; un “Misery”, de menor grado patológico, pero que utiliza la misma bondadosa indefensión para atrapar y retener a su víctima, contra cualquier voluntad manifestada.
Calidad técnica, para un realismo escénico, de cercanía interprete, que facilita la incursión y aspiración de todas sus sombrías ceremonias, de esporádico humor negro; buen ritmo, para una equilibrada realización, que con modestia expone el arduo tema de la privación de libertad en un país mexicano, cuya escandalosa costumbre es esa perturbada demostración de fuerza y violencia, contra el más débil.
Clase privilegiada contra clase trabajadora, para una claustrofóbica sinopsis que camina con decisión sabia, ni se tuerce, ni opta por la exageración absurda, de relleno innecesario; diestra inquietud, de una crueldad embellecida y sazonada por el elegante maltrato de un ogro, a su desvalido cachorro adoptado.
..., y con suavidad castigadora la retiene, y con demencia bonachona la reviste, y con calidez mandataria la maltrata..., no es Hilda, es la señora de la casa.

Lo mejor; Verónica Langer, su guión y realización.
Lo peor; escasa difusión, para su gran valor interno.
Nota 6,1
interpretación 6,5 realización 6,5 música 5 fotografía 6,5 montaje 5,5 guión 6,5

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
lourdes lulu lou
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