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El joven Edison

Drama Desde que era un niño, Thomas Alba Edison (Mickey Rooney) empezó a realizar sus primeros experimentos químicos en el sótano de su casa. Además, tuvo que ejercer múltiples oficios antes de poder registrar su primera patente. Queda para el recuerdo la escena de la operación de la madre, en que el joven Edison idea un sistema de juego de luces con espejos para iluminar el improvisado quirófano. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
26 de agosto de 2009
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de valores humanos, de buenos ejemplos, de admiración hacia Thomas Alva Edison (Milan, Ohio, 1847 – West Orange, Nueva Jersey, 1931), famoso inventor, científico y empresario norteamericano que sin embargo tuvo una pre y adolescencia donde sufrío mucha incomprensión por parte de su entorno vecinal en la pequeña población donde vivía, hasta tal punto que incluso se le prohibió asistir a la escuela (en su patria chica la gente creía que el joven Thomas estaba "loco" o era un "peligroso idiota"). Sin embargo poco a poco les fue demostrando a los desconsiderados y segregadores, que él era todo lo contrario: un genio autodidacta, un héroe valiente hasta tal el grado de exponer su vida por salvársela a otro.

Una película deliciosa, en blanco y negro, también en versión coloreada, que levanta el ánimo y resulta un acicate para espolear la condición positiva del ser humano.

Muy recomendable.
Martin
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10 de abril de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se me ocurria mejor homenaje al gran Mickey Rooney que revisitar una de sus más de 100 películas. Por alguna razón "El joven Edison" permanecia en mi memoria con agrado. Asi pues he vuelto a disfrutar de esta versión coloreada del original de Taurog en el 40. Versión edulcolorada, preñada de valores familiares que no tiene empacho en cambiar los hechos de la juventud del genio de Edison para facilitar el melodrama elogiar la juventud del inventor y acumulador de patentes propias y de otros y hacernos pasar un rato agradable. Supongo que en puertas de la Segunda Guerra Mundial, la evasión y el creer que el esfuerzo y la superación siempre son recompensados era lo propio. Edison se nos presenta como un héroe salvador de vidas. Parece documentado que salvó a un niño de ser arrollado por el tren pero el incidente de evitar el choque de las locomotoras parece que fue todo lo contrario y que una negligencia suya ante el telégrafo estuvo a punto de provocar una autentica colisión. Hecho este que le obligó a iniciar su periplo por Canada y abandonar Nueva Jersey de forma muy diferente a como nos lo cuentan en la cinta.
En cualquier caso la credibilidad del biopic es lo de menos. Enseguida empatizamos con Rooney, su familia y la galeria de personajes gruñones y simpaticos que le rodean. La moraleja es clara y la emoción y la sonrisa tienen su hueco.
Rooney con sus 17 años ya era una estrella, la película tuvo una segunda parte con un Edison adulto interpretado por Spencer Tracy con el que Rooney también nos dejó "Capitanes intrepidos" (Victor Fleming / 1937) y "Forja de hombres" también de Taurog al año siguiente.
Han pasado 74 años y de vez en cuando viene bien dejarse embaucar por ese cine de cine de barrio de sesión continua donde todavia eramos inocentes.
ELZIETE
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13 de septiembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
The young ‘Tom’ Edison (El joven Edison) es una película dirigida por Norman Taurog en 1940, guión de Hugo Butler, Bradbury Foote y Dore Schary, música de Edward Ward y fotografía de Sidney Wagner. Familiar inicio de una película que a lo largo del tiempo ha cosechado interés y admiración por lo que representa: el afán de superación basado en el reconocimiento representado en el joven Thomas Alva ‘Tom’ Edison (Mickey Rooney).

Tras alguna secuencia costumbrista, donde la intervención del cartero local el señor Waddell (Clem Bevans) nos da paso a la intimidad de la familia Edison en mitad de algún que otro experimento casero de ‘Tom’ y algún otro que se le va de las manos; nada es motivo suficiente para dar salida a sus inquietudes, incluso bajo la presión de la señora Lavinia Howard (Elly Malyon).

La película evoluciona entre cables de cobre, la ley de la gravedad, el gas volador, pruebas y más pruebas, reprimendas y algún negocio ferroviario. La constante tozudez de Edison por encontrar respuestas a las constantes incógnitas planteadas buscando “las causas no los efectos”, es una constante en sus jóvenes experimentos entre diccionarios científicos y libros técnicos que tratan temas de su interés como la filosofía natural, las investigaciones sobre electricidad y algo de historia.

La formación de Edison no conoce límites, incluso en la delicada situación en la que se anuncia un serio conflicto: con la ayuda del señor Nelson (Eugene Pallette) nuestro protagonista se las ingenia (con algunas consecuencias no deseadas), ayudar a su manera; acciones que hacen crecer la desconfianza del señor Samuel ‘Sam’ Edison (George Bancroff) sobre su hijo, haciéndole dudar sobre su verdadera vocación.

La situación de incomprensión, le impulsa a buscar otras vías para tratar de ayudar y sentirse útil. Con la desconfianza instalada, el realizador nos lleva hasta uno de los momentos más sublimes de la película que por sí solo se convierte en la máxima expresión, en el paradigma de la inquietud de Thomas Alva Edison, con el permiso del doctor Pender (Lloyd Corrigan), lo que hará que la intuición del inventor fluya de forma espectacular hasta el punto de encontrar la solución a un problema de luz para una solución de urgencia.

Si a todo lo anterior añadimos la situación extrema de un tren y el modo de solucionar las diferencia con el tendero el señor Dingle (Victor Kilian) y su hijo Joe ‘Joey’ Dingle (Bobby Jordan), ponen el broche a una emotiva película donde el realizador enfrenta la incomprensión de la ignorancia colectiva a la intuición de una mente inventora sin límites. El razonamiento final nos deja el edificante discurso del reconocimiento a una mente brillante que tanto hizo por la humanidad, dejando gran lección de vida en beneficio de la ciencia y la evolución.
avanti
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7 de noviembre de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta historia sobre el inventor de la bombilla y del tocadiscos demuestra que el que vale vale y que aunque la gente esté en contra, el genio sigue adelante. Los genios siempre serán incomprendidos, hasta que una autoridad a la que el vulgo considere importante, diga lo contrario.
Esta película puede ser considerada como la primera parte de la historia de Edison. La segunda sería Edison de mayor, que comentaremos en su momento, interpretada por Spencer Tracy, un poco más madura que ésta, que es un tanto infantil, en parte, claro, porque su protagonista era un niño.
Fag1955
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