Call My Agent! (Serie de TV)

Amé "Ten Percent". Y digo amé no porque me haya decepcionado hacia el final sino porque espero con todo mi corazón que no se estrene una nueva temporada que tire por tierra la magia que me brindó la serie. Es que hay que saber cuando parar de estrujar a la gallina de los huevos de oro. Ya hay sobrados ejemplos de alargamientos innecesarios para seguir cobrando una buena moneda (Lost, Prison Break, Nip Tuck, ufffff) que gracias a las incoherencias en las que se incurre al no tener nada importante y valedero para contar terminan por bajar del pedestal de la gloria a un inmejorable producto. Y la cuarta temporada ya dio señales en su narración de que es la hora de parar.

Amé "Ten Percent", sus actores, sus estrellas invitadas, sus guiños cinéfilos, sus historias principales y secundarias, sus intimidades sobre el detrás de escena, su música, su Francia luminosa, su honestidad. Y espero que los productores no me arrebaten esta postal sonriente que albergo colgada en algún rincón entre mi cerebro y mi corazón.

Sencilla y muy original. Tanto, que actores y actrices de la talla de Monica Bellucci, Jean Reno o Juliette Binoche pidieron actuar (sí, ellos lo pidieron) cuando vieron la serie.

Si nos ponemos a pensar es una idea tan sencilla como excelente. Mostrarte cómo es la vida del cine y la tv detrás de escena, pero no mostrándote lo estereotipado de la vida de fiestas, drogas y otros clichés, sino parándose en la comedia para ver la vida y problemas comunes de actores, actrices y directores importantes de la pantalla francesa: las crisis de las mujeres (y presiones de la industria a ellas) después de cumplir 40; la falta de interés por aquellos que hace décadas fueron íconos del cine; cuando a un actor "se lo come el personaje" después de haber terminado de filmar; el comenzar de los jóvenes; la competencia del ego; la lucha de los viejos contra los jóvenes por el protagónico; etc. Todo esto, reunido por una idea central que es la vida de un estudio de agentes o representantes de estas figuras, lo que hace que nos muestre también muchas cuestiones de cómo negocian sus sueldos, cómo se "eligen y proponen" actores para cada papel, cómo se organizan festivales prestigiosos como el de Cannes; que es lo que define que una película va a ser taquillera o no; etc.. Básicamente una idea excelente para todos los que amamos el cine. Y ni hablar del increíble elenco (principalmente francés) de primer nivel internacional, que se interpretan a sí mismos.

Otra cuestión muy interesante es que en cada capítulo, hay detalles muy discretos sobre el invitado. Se juega con un chiste, o un comentario, o con el estereotipo en el que se construyó su carrera este famoso. Por ejemplo, ya en el piloto, a Cecile de France le ofrecen participar en "una película de Tarantino" (El mismo año que comenzó la serie, se estrenó una película, donde ella actúa, llamada "Django", que no es de este director, sino que trata sobre Django Reinhardt) pero el conflicto surge al ponerle la condición de tener que hacerse unas cirugías porque buscan a alguien más joven.

Si bien esta comedia, tiene varios momentos en la historia muy altos y algunos otros que te hacen sacar grandes carcajadas, hay otras situaciones que bajan el nivel, y que me hizo bajarle un punto en esta página. Hay uno o dos capítulos de las primeras temporadas que no son tan buenos, al igual que ciertos momentos de la ante última temporada, que se pierden de la trama general, alejándose del formato original y las problemáticas para caer en unos conflictos un poco más chatos. Pero hay que decir también que se mantiene bastante bien la serie, tiene todo el tiempo sub-tramas interesantes e incluso logra salir de sus puntos bajos, lo cual también es a su favor. Ya veremos como cierran esta última temporada que están por estrenar.

Conclusión: Una serie francesa muy original con muy buen nivel de comedia que se encuentra en Netflix.

(Esta reseña contiene alusiones a la temporada 3 en zona spoiler).

La cuarta temporada de Ten Percent sabe conservar algunos de sus aciertos, pero no alcanza el nivel de las anteriores. Le resulta imposible superar el gran final de la T3.

Conserva su capacidad de alternar todas sus subtramas con gran solvencia, procediendo incluso a una lograda concentración de esa alternancia finalizando los capítulos.

Los aspectos relativos a las duras disputas y cambiantes lealtades corporativas siguen estando muy presentes siendo su catalizadora una agente nueva de la agencia rival, Elise (Anne Marivin), que compone una villana sumamente lograda y tal vez su personaje constituya la mejor novedad de la temporada. Curiosamente, este importante renglón temático acerca a Ten Percent a la posterior serie inglesa Industry.

En cuanto a los actores y actrices invitados (por lo menos tres son muy conocidos), ponen en escena siempre alguna problemática diferente y muy real, pero a veces no se los nota del todo cómodos como actores con el papel que les toca en suerte . Desde ya que se representan a sí mismos en la ficción en situaciones incómodas, pero irónicamente, el resultado a veces no convence del todo, como si se filtrara un elemento metaficcional.

El nuevo ambiente laboral de Mathias y Noemi no resulta muy interesante. Siguen siendo dos de los mejores actores del reparto, pero su relación no sostiene el fuerte interés que generaba en la temporada anterior.
Digamos que en general y para no entrar en más detalles, la serie acusa un cierto desgaste, con sus personajes basculando mayormente sobre situaciones previas y una insistencia con ciertas dinámicas que le son caracterítitcas.

Desde ya que sigue siendo una muy buena y disfrutable comedia, pero diría que su ciclo ha finalizado.

PRIMER CONSEJO: NO VERLA TODA DE CORRIDO, PUEDE RESULTAR AGOTADORA.

En principio querría decir sobre "Dix Pour Cent" que la considero sobrevalorada -al menos hasta este momento-. Básicamente se trata de una comedia dramática de enredos dentro una agencia de representación de actrices y actores. Algunos de ellos con correctas actuaciones y otros -particularmente quienes encarnan a un desaforado gay y una veleidosa lesbiana-, muy sobreactuados y maníacos. No es -sin duda- una gran serie, aunque pueda ser entretenido ver el manejo interno de la empresa, lo cual en la realidad ha de ser mucho más serio que todas las disparatadas interacciones entre el grupete de agentes y sus representados. A su favor podría decirse que la aparición de actores y actrices famosos, caracterizándose a sí mismos, es simpática. De París se ve algo, no mucho: la mayor parte de la trama discurre en escenarios cerrados. Y todo va ocurriendo a la par de embrollos amorosos, sexuales, afectivos, societarios, contractuales, etc. Como positivo destaco que está hablada en francés y no en inglés, como otras series de Netflix también producidas en Francia.
En síntesis, un producto entretenido que es mejor dosificar para no saturarse de la incesante vorágine de conflictos. No me disgustó, pero tampoco creo que merezca más que 6 (seis).