Arenas blancas

Un thriller muy mediocre dónde lo único salvable son sus primeros veinte minutos. A partir de ahí, y con un guión nefato del tal Pyne, la trama se embrolla de forma que aleja su interés y pierde cualquier atisbo de dignidad cinematográfica.
Una realización de "spot" y video-clip (¡qué manía de tantos directores!) hace que la película engulla a los personajes (algunos de pena como el de Mastrantonio bien es cierto), la historia y todo, y se quede en una fotografía de estampita, preciosista e inane. El horrible vestuario y "look" de la Mastroantonio junto a su horrorosa interpretación y su penosa relación amorosa, inverosímil y absurda, con Willem Dafoe, y la ya siempre decepcionante aparición de Rourke hacen que todo se quede en el más grande de los olvidos.

Interesante y nada más. El interés que se consigue al principio va decayendo a medida que la trama avanza y al final te das cuenta de que está todo muy desaprovechado, una historia interesante, buen reparto. En fín, una pena. Para pasar el rato.

En un remoto lugar del desierto de Nuevo Méjico aparece el cadáver de un hombre con un balazo en la cabeza y un maletín repleto de dinero. La investigación correrá a cargo de un sheriff local encarnado por Willem Dafoe, que descubrirá que el fallecido hacía negocios con un traficante de armas interpretado por Mickey Rourke al que nunca ha visto, por lo que decidirá suplantarle para averiguar quién está detrás del asesinato.

La película tiene un comienzo prometedor pero poco a poco se desinfla y la trama se vuelve farragosa y absurda. El argumento está desaprovechado y la resolución de la historia resulta decepcionante. No obstante la cinta posee algunos atractivos, como su conocido reparto, la hermosa fotografía del desierto de Nuevo Méjico y una música agradable. Por lo demás estamos ante una propuesta olvidable y decepcionante.

No se sabe muy bien porqué un buen reparto y un eficaz director se prestaron a llevar a la pantalla un guión tan malo, con reacciones inesperadas de todos los personajes, diálogos de coña y tópicos por doquier. No es una mala película pero no merece, ni mucho menos, pasar a la historia. Se salva el invencible carisma de Mickey Rourke, de nuevo con un personaje condenado a la tumba.

Roger Donaldson es uno de esos directores medianamente competentes con encargos siempre dirigidos a petarlo en taquilla. Cocktail, Species, 13 Días o La Prueba entre otros fueron los hits de temporada en su época de estreno. Eso no quita que a nivel artístico sean películas mediocres tirando a malas (Species es el horror). Aunque sorprende que sus mejores películas estén tan infravaloradas, con notas muy bajas en FA: los remakes Motín A Bordo y La Huida son realmente entretenidas, y el film que catapultó a Kevin Costner, No Hay Salida, es un muy buen thriller.

En Arenas Blancas Donaldson sigue en su línea habitual, contando con un reparto lleno de figuras (Dafoe, Rourke, Mastrantonio y Jackson ni más ni menos), hasta el punto de que algunos papeles absolutamente residuales están reservados a Mimi Rogers y M. Emmet Walsh. Pero donde la película hace aguas es en su guión, totalmente ininteligible. Tras un intrigante inicio, este thriller fronterizo se va complicando tanto que es imposible seguir ni los razonamientos (cada vez más enrevesados) ni las motivaciones (cada vez más estúpidas) de sus protagonistas.

El delirente último tercio de película concluye de la peor manera una historia que promete mucho de primeras al espectador y acaba haciéndole pedir la hora al árbitro.

Mala.