Tres idiotas y una bruja

No soy adicto a éste tipo de películas, pero después de ver "Tres idiotas y una bruja" me dí cuenta lo no prejuicioso que hay que ser. Los primeros 10 minutos ya marca una línea, que no abandonará hasta el final: el absurdo. Si bién todo el film es una catarata de absurdos, esconden tras ellos unas cuantas cuestiones muy interesantes: un ritmo que te mantiene de risas a secuencias realmente desopilantes, ocurrentes y divertidas, estos temas de la lealtad a la amistad, de los amores contrariados, de la homosexualidad, de los caprichos y la inmadurez, del sexo y el amor, de la locura y la canción, por supuesto, teñido todo por un manto de estupidez, ridiculez y absurdo que deja en más de un momento traslucir todos aquellos temas a los que hago referencia. Giros inteligentes a los espías y sus artilugios, a la violencia y los trhiller policíales, a las peliculas del corazón y los films estúpidos de los yankies, en fin para pasar un momento muy divertido, y quízá para ver un poco más allá de lo evidente...

El eterno encasillado de “American pie” y otros dos tipos habituales en la comedia gamberra “luchan” contra un “pivón” que puede destruir su amistad.
Biggs está en su papel de siempre desde que se cepilló a una tarta, un soltero fracasado con las mujeres, que tiene la “suerte” de caer en las garras de Amanda Peet, tan atractiva como dominante. Por cierto, ¿qué ha sido de este actor después? Tendré que mirar en internet porque no tengo ni idea de cuántos años llevo sin verle hacer nada. Seguramente habrá caído en el limbo después de que se pasara la efímera moda de las comedias gamberras que él mismo empezó. Bueno, más bien actualizó, porque “Despedida de soltero” y “Porky’s” eran muy anteriores.
De esta película no me importa mucho lo malo que pueda ser el argumento (que lo es), si a mí me resulta graciosa, con momentos de hilaridad como:
- El mapache asesino
- Que el entrenador sea el mismo que el de “La chaqueta metálica”
- Que Sandy quiera ser monja, complicando bastante la situación.
- El momento de electroshock en los pezones. Muy gracioso.
- Ver a Steve Zahn, sin previo aviso, haciendo contorsionismo para no diré qué cosa.
Con “puntos” como esos, el film me hace reír y entretenerme. Sé que objetivamente no es muy buena, pero a mí me gusta más que muchas otras comedias supuestamente mejores. Eso sí, lo de Neil Diamond me sobra bastante.
Como siempre, la subjetividad de la calidad de una película de humor está en la gracia que te haga. Y a mí me hace.

Esperaba que Amanda Peet hubiera realizado películas mejores pero después de esto, veo que tiene poco repertorio que valga la pena.
Esta película no tiene sentido para las comedias, es absurda. Aparecen tonterías tras tonterías que no tienen ni pizca de gracia.
¿Para pasar el rato? Funciona. Si estás a punto de coger el sueño, mejor. Te duermes enseguida. ¿Es pasable? Sí. Porque hay películas mucho peores. Además, apareciendo Jason Biggs en el reparto que estamos hartos de verlo en películas como “American Pie” ya se deduce que este filme será del mismo rollo.

Dennis Dugan, director de las dos películas de «Niños grandes» y «Zohan: licencia para peinar» dirige esta comedia, a ratos alocada, en el que dos amigos de instituto interpretados por Jack Black y el monísimo Steve Zahn intentarán salvar a un tercero, Biggs, de las garras de Satán —metafóricamente hablando— encarnado en el cuerpo de una mujer que no es ni nada más ni nada menos que Amanda Peet .

Se trata realmente de una comedia romántica pero no del típico pastelón de estamos juntos, ahora no y al final sí. Creo que el acierto es haber introducido en la trama a los dos cafres pero de buen corazón que tiene como amigos porque dan mucho juego y aportan muchísimo a la película. Si te gusta reirte y eres de risa fácil te va a gustar. Por cierto que también aparece por ahí Neil Diamond, cantautor estadounidense muy famoso allá que curiosamente yo conocí por la canción «Heart of gold» versionada por Tori Amos.

En conclusión, agradable de ver, te ríes y algún giro de guion que está bastante bien da para una película en la que no dejas de mirar la pantalla. En el sitio de agregado de críticas tiene un veintidós que indica críticas generalmente desfavorables y en la tomatá un dieciocho lo que indica más de lo mismo. Por todo lo que ya he dicho creo que esto merece un seis, no más, no menos.

Está claro que una persona no va a ver "Tres idiotas y una bruja" con una pretensión de comedia elevada. Quiere divertirse y punto. Sin embargo, hay entretenimientos y entretenimientos, la cinta de Dennis Dugan toca un tema tópico pero bastante real. Quién no ha conocido a un amigo o amiga que, de repente, altera toda su personalidad por empezar una vida en pareja con alguien que, desde la barrera, parece totalmente inapropiado. O quizás hemos sido nosotros mismos los que nos hemos visto en esa tesitura.

Es decir, es un tema sobre el que se puede hacer una comedia gamberra o incluso pretender darle una manita pequeña de profundidad. Pero Dugan, fiel seguidor de su buen amigo Adam Sandler, nos da una comedia norteamericana totalmente al uso y con una serie de gags desordenados. Curiosamente, el asunto le vino muy bien a Jack Black que se dio a conocer y terminó alcanzando una popularidad bien importante.

La pareja protagonistas es, curiosamente, de lo que menos luce. Cuando ha estado dirigido por gente como Woody Allen, Jason Biggs (uno de los rostros visibles de la exitosa franquicia American Pie, prima-hermana de esta cinta) ha demostrado tener más registro del que se le espera. Aquí su personaje queda bastante soso. Amanda Peet tiene la ventaja de hacer de la "villana" (especialmente bajo la mirada cerril de los amigos del prota) y eso le permite un poco más de lucimiento, pero tampoco en exceso. Por ejemplo, en "Cuando menos te lo esperas" demuestra que sabe salvar con solvencia un papel.

Pero es pedir peras al olmo con este triunvirato de descerebrados y con finales musicales en un tercer acto donde ya solamente resta esperar que la gamberrada no excesivamente original culmine.