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Anatomía de un Dandy (TV)

Documental Decía Francisco Umbral que él solo sabía escribir memorias. Sin embargo, detrás del personaje creado por él mismo se encontraba una vida llena de incógnitas que quedaron sin responder tras su muerte en 2007. Los más de 10.000 artículos y casi 200 novelas escritas, que siempre tomaron como referencia sus propias experiencias personales, no hicieron otra cosa que fomentar el mito y el enigma del dandy. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
24 de diciembre de 2020
35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto 'Anatomía de un Dandy' en la Nochebuena más pandémica de la historia reciente en los cines Renoir, el único pase del día en Madrid y uno de los tristemente escasos que ha tenido en salas. Como único espectador de tan memorable cita, me he visto en la obligación de venir aquí de inmediato a contárselo a ustedes, compañeros de FilmAffinity, por lo que pido disculpas de antemano por la consecuente estructura del texto. Personas como Francisco Umbral fueron la sabia bruta de un país que aún se hacía en las urnas. Su protagonismo sobre aquel periodismo en tinta podría hacer suspirar a cualquier juntaletras de hoy. Curiosamente fue la televisión privada, surgida tras el derrumbe del muro y que dio a luz a las tertulias de famosos y los realities, la que difuminó su imagen de literato para conferir en la mentalidad popular a ese cascarrabias que quería hablar de su libro. Para bien o para mal, esa espontánea eventualidad en un plató ayudó a alargar la fama a su personaje, que él siempre se quiso granjear a lo Dalí y cuya resignación confiesa. "A Cervantes lo conocen porque era manco y a Valle-Inclán por su barba". También Roberto Bolaño se quejó de que una columnista le resaltase su carencia de muelas sobre su propia obra. El caso es que, más allá de esas gafas de culo de vaso y de la vanidad de un señor tan influyente para una población que aún leía contraportadas en masa, hay más de cien libros y decenas de miles de artículos, gran parte de ellos escritos a diario. Ver 'Anatomía de un Dandy' es darse cuenta en suma de lo mucho que ha cambiado la sociedad bajo el paraguas de la influencia digital, cuyos méritos por cantidad de seguidores reposan actualmente en un limbo de morritos y de gameplays que han abierto el armario de la utilidad para muchos jóvenes y que uno solo espera que sirvan de algo dentro de cien años como podrán valer los cien irregulares libros de Umbral. Con tanto adjetivo, opinión y primera persona me he saltado ya varias reglas de la crítica, así que poco resta plantarle un aplauso a este documental, que a través de la caracterización del difunto escritor, las selectas entrevistas, el juego con la intriga y el brioso montaje no hacen sino regalar otra pieza de arte al género con una exquisita guinda que nos recuerda que, al final, todos somos mortales y rosas.
MaxPower
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14 de noviembre de 2020
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El dandy vulnerable

Este homenaje, que no se ve cegado por el personaje, enfoca todos los rincones de su vida, y es apoyado y presentado en la tierra que lo vio nacer. Un trabajo de buen ritmo, con una recreación de las entrevistas grabadas. Aunque la gran riqueza de Anatomía de un Dandy son las voces escogidas, que aportan información interesante al examen clínico del personaje que creó Umbral sobre sí mismo. Algunos son María España, quien relata sobre la parte más humana, el Francisco padre; Manuel Jabois habla sobre la investigación del padre secreto, Alejandro, y narra la historia de la familia donde Francisco se sintió como un intruso. También está la visión de Pedro J. Ramírez como su jefe, y Ángel Antonio Herrera y Rosa Montero como compañeros.

Umbral fue un escritor bastante prolífico, con 200 novelas y más de 10.000 artículos, dos de sus libros más destacados son Mortal y rosa, sobre su hijo, y Un ser de lejanías, sobre el final del camino. Fue un personaje mimado por el público, y el Estado, ya que recibió todos los premios, incluido el Cervantes. Aunque jamás fue aceptado por la Academia de las Letras, una cuestión con la que tuvo sentimientos enfrentados que se retroalimentaban. Menospreciaba a la Academia, aunque anhelaba entrar en ella, el Olimpo donde no le dejaron entrar. Aunque se encubría afirmando que Valle-Inclán tampoco entró, y es que Umbral se fijaba en estos escritores polémicos, personajes a los que tuvo de referente. Como Larra, del que escribió Larra, anatomía de un dandy en 1965.

*“He venido a hablar de mi libro”

En la mente de los telespectadores, sobre todo los más jóvenes, esta frase es la que permanece a veces por encima del escritor: “He venido a hablar de mi libro”. A Umbral le gustaba la televisión, y a la televisión le gustaba Umbral. Anatomía de un Dandy aborda todos estos claroscuros, el escritor que por la mañana escribía sus “negritas” donde destripaba a Ana Belén, por la tarde iba a un plató de televisión y luego se pasaba la noche en el centro de Madrid con Ramoncín o “paseándose con dos suecas del brazo”.

Aunque tuvo un final en soledad, un escritor que fue perdiendo la fluidez de palabra y, como dicen los que le rodearon al final del camino, no aceptó la vejez. David Gistau cuenta que “le pillé ya mayor”, el Umbral que ya no bebía y pasaba las tardes en su jardín de la Ducha donde lamentó la lejanía de las vidas y momentos que ya vivió. Al final de su vida se reconocería en sus propios escritos como un farsante, manufacturado por la idea que Delibes puso en él antes de marcharse a Madrid.

*El hijo

Uno de los momentos más duros de Anatomía de un Dandy son esas escenas, muchas narradas por María España, donde cuenta la pérdida del hijo. El hijo, no mi hijo, ni el niño, no Pincho. Para María España y el propio Umbral es “el hijo”, otra forma de lejanías. Este tramo es el más desgarrador y emocional para el público.

María relata el dolor y la incapacidad de Umbral de lidiar con la muerte del hijo debido a la leucemia. El propio escritor afirmaría que solo vivió realmente cinco años de su vida, los cinco años que vivió su hijo. Aún así María alaba cómo, aunque Umbral perdió la fe en Dios en esa época, supo encontrar la felicidad en esos momentos en el hospital. Además, se escuchan grabaciones donde el escritor hizo todo lo posible para hacerle la vida más llevadera al hijo, enseñándolo a leer, creando cuentos sobre una Luna de queso. Que otro Umbral hubiera sido sin esta ausencia.

*Conclusión

Anatomía de un Dandy aporta mucha luz y explicaciones sobre el personaje de Francisco Umbral. Destapa al mito y enfrenta al ser humano detrás de la misteriosa neblina que colocó incluso alrededor de su propio nombre, su origen, la relación e identidad de su padre.

Construyó al Umbral que conocemos, con el abrigo de piel de astracán, la bufanda roja, un corte de pelo complejo y gafas anchas. Acuñó la palabra “movida” pues, como se dice en el documental, pocos retrataron Madrid y todos sus protagonistas tan bien como él, “solo Almodóvar y Sabina”.

Escrito por Alba Puerto Martín
Cinemagavia
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29 de marzo de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Anatomía de un Dandy" es un buen documental, pero no un gran documental. ¿Por qué no sucede esto último? Por su ensimismamiento de datos e imágenes en su figura, y por no ofrecer gran cosa para toda aquella persona que ya conocía los episodios clave de su vida. No indaga, ni va más allá, en las cuestiones psicológicas del personaje e intenta hacer un recorrido de toda su vida en un breve espacio de tiempo. Aportaciones como las del escritor Jabois, entre detectivesca y pretenciosa, incluso resultan algo insulsas en comparación a todo lo que ofrece Umbral, escritor con talento y carismático donde los haya. Más que la anatomía de un dandy, Arnaiz y Ortega indagan más en su vestimenta y en lo que el mismo Umbral ofreció en sus entrevistas y libros. No van más allá de la piel y del músculo cerebral. A nivel poético, tampoco está al nivel. Y es que, ese es el problema de realizar documentales sobre grandes genios, que rara vez podrán estar a su altura, aunque en cuanto a ejercicio documental, montaje y realización, está a un óptimo nivel.
gpiqueras
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6 de febrero de 2021
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental sobre un escritor que resulta muy interesante aunque se repitan cuestiones sobre Francisco Umbral muy conocidas para los que hemos seguido su trayectoria literaria y vital. Noto ciertas ausencias notables en la galería de entrevistados.
Así la profesora titular de Literatura española e hispanoamericana de la Universidad de Barcelona, Anna Caballe, escribió un libro muy riguroso sobre Umbral donde se desvelaban por primera vez los orígenes familiares que el escritor siempre ocultó o se reflejaban también los vaivenes políticos del mismo. El título del libro era Francisco Umbral, El frio de una vida y fue editado por una editorial importante, creo que en Espasa.
Caballé tuvo que prescindir de la colaboración de Umbral para este trabajo, por el empeño de este autor en mantener "las fábulas sobre su vida".
Tal vez ha tenido que haber algún veto de la viuda a la profesora. España sí que colabora y mucho en el documental haciendo declaraciones abundantes y revelando aspectos muy personales y dejando filmar los interiores de la “dasha”. También me parece resaltable la ausencia de Juan Luis Cebrián que fue quien le encargó la famosa sección de cotilleos en el diario El País. De todas formas el documental es muy recomendable.
GerardoBici
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28 de febrero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desearía que la crítica me saliera de un tirón, como le gustaba hacer las columnas a Umbral, pero si me dejara llevar por las primeras impresiones y por lo que me pide el cuerpo, vertería de forma irreflexiva la poca simpatía que me transmitió el escritor, y que fue in crescendo a lo largo de su vida. Si su objetivo era cosechar rechazos, conmigo lo consiguió; aunque he de reconocer que aprecié durante un tiempo su ágil pluma y su florida verbosidad, hasta que descubrí que no había alma en la expresión que nos trasladaba en sus diatribas periodísticas, solo había pose, estaban hueras... Su única intencionalidad era la provocación disfrazada de cierta estética aristocrática y por tanto irrespetuosa.

Aún así, he de reconocer que este buen documental de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, me ha reconciliado con el ser humano que había bajo esa costra de vanidad. Su infancia, menos feliz de lo que merece un niño; el triste suceso de su hijo, bastante más cruel de lo que merece un padre; y sus últimos años alejado de los focos distorsionadores de la realidad, echando raíces con los pies en la tierra, tras aterrizar con aspereza la nube desde la que fustigaba a troche y moche...; si bien no justifican ese divismo panderetero, dulcifican su presencia en el universo literario de los escritores hispanos.

Paco Umbral, no sé si de manera inconsciente, proyectó una sombra sospechosa sobre su amplia obra que resulta de difícil lectura para quienes le conocimos. Esta reivindicación de su memoria, esta sensible anatomía, muy bien conducida y enhebrada, va a servir para que me atreva con el Mortal y Rosa que duerme el sueño eterno en mi librería desde hace muchos, muchos años.
Sinhué
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