Haz click aquí para copiar la URL

La sumisa

Drama Inspirada en el relato de Dostoyevski de 1876, 'La sumisa'. Una mujer viaja a una cárcel en una región remota para averiguar qué le ha pasado a su marido después de que un envío para él fuera devuelto sin explicación. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
29 de junio de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera característica de la ley es que está prohibida. No puedes tocar la ley, sólo obedecerla. A lo sumo puedes tratar con un mediador (léase un abogado, un juez, etcétera), pero jamás el ciudadano podrá acceder a ella de forma directa. De esa mecánica se alimenta la nutre de "La sumisa", que si bien toma una historia de Dostoyevski no tardamos en comprobar que el modelo narrativo es el de Kafka y "El castillo". Al igual que el agrimensor, la mujer de esta novela intenta acceder a una prisión y topa con una maraña incomprensible de mediadores (a cada cual más hosco y agrio), normas y niveles que no tienen otro fin que impedirle el paso, dejarla varada hasta que su moral se agote y desista por su deseo propio.

Es obvio que la prisión es una metáfora del estado. Se trata de un ente que crea a su alrededor unas estructuras que garanticen su existencia y le resguarden del odioso contacto con los ciudadanos. Sus prisioneros han incumplido las leyes y por lo tanto dejan de ser humanos, pueden ser raptados en esos fortines inexpugnables. La desasistencia lógicamente crea en paralelo una red clandestina de aprovechados, un mercado negro que se sirve de las necesidades de los incautos y los exprime de las formas más variadas y retorcidas.

En esa estructura, Loznitsa crea una escala del mal donde cada nivel resulta más pérfido que el anterior. La primera sería la dueña de la casa de huéspedes, quien le presenta a un personaje siniestro que pasaría por una especie de proxoneta que vive de los mercadeos con la policía. En la cima estaría el tal Nikolayevich, el capo que parece estar a la par que el alcaide de la prisión. Esta estructura del mal no se enfrenta a las fuerzas del estado, si no que parece vivir en simbiosis, llegando incluso a ser indistinguibles, de forma que a cada negativa de los funcionarios estatales recibe una respuesta de la organización de delincuentes. Pueden convivir porque ni disputan ni critican las acciones del estado. Los únicos que se atreven a reivindicar derechos civiles por encima del estado es un pequeño comité de derechos humanos, los cuales son tratados como fascistas y apestados, sufriendo todo tipo de gamberradas por parte de sus vecinos.

La visión que Loznitsa ofrece de la Federación Rusa me recuerda un poco a la de Emmanuel Carrère en "Una novela rusa". En ambos casos vemos un territorio dominado por mafias, unos ciudadanos desasistidos y dónde la fuerza bruta es lo único que se respeta y genera movimientos. En ese sentido resulta muy revelador la escena filmada desde el interior del coche patrulla, dónde vemos como los dos agentes de policía presencian una brutal agresión a un hombre y no sólo la toleran si no que después encima conversan amigablemente con los agresores.

Ese altercado es uno de los numerosos episodios que presencia la protagonista. Ante sus ojos desfilan todo tipo de degradaciones, tanto a su persona como a otros, oye relatos de unidades del ejército dedicadas a descuartizar y de mafiosos que disuelven en ácido a sus prostitutas, presencia agresiones, insultos y abusos, una suma que parece destinado a destruir sus resistencias mentales. Se crea entorno a ella un clima irreal conforme su mente se disuelve, se desplaza hacia la desesperación y que explota cuando la última de sus esperanzas se demuestra inútil. En la Rusia rural y ruinosa que vemos, la Unión Soviética no es más que una serie de nombres de calles o unas viejas canciones que cantar. En su lugar se ha instalado un renacimiento del zarismo, un mundo medieval dominado por la violencia y el abuso, en la cual unos pocos privilegiados viven confinados en mansiones muy bien guardadas.

Esperaba bastante de esta película y la verdad es que no me ha decepcionado en lo más mínimo. Tanto en "My Joy" como "En la Niebla" había visto un director con un estilo visual arrollador, capaz de dotar de gran vigorosidad y atmósfera a sus narraciones y con unos puntos de vista nada complacientes o corrientes. En "La sumisa" se reafirma esta idea y confirma que sus obras de ficción no sirven para inyectar optimismo, todo lo contrario, pretenden desasosegar al espectador, intranquilizarlo con la visión de un mundo salvaje poblado de seres abominables, dónde unos pocos incautos, los que poseen cualidades más humanistas, son arrollados por el vendaval de la crueldad, pero por supuesto esto no se representa como un acto criminal, si no como una consecuencia natural de ese mundo dominado por sátrapas. Los documentales de Loznitsa, aunque pueden resultar interesantes, me transmiten la sensación que el hombre derrocha sus energías, pues cada una de sus obras de ficción suponen una verdadera experiencia audiovisual fuera de lo corriente y me hacen pensar que su realizador cuenta con pocos nombres que se le puedan comparar.
Jean Ra
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de octubre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Notable drama surrealista que acompaña en todo momento a su protagonista en las vicisitudes que debe vivir para intentar saber el porqué no le dejan llevar comida a su marido. Una tarea que se revelará ardua e imposible, sobretodo por la docilidad de ella, que chocará una y otra vez con la corrupción y las miserias del ser humano. Una crítica desoladora y brutal a la sociedad rusa que tiene mucho de pesadilla kafkiana aunque poco, por desgracia, de fantástica.


Más críticas y crónicas de SITGES 2017 en http://hambredecine.com
Grima
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de abril de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Vi esta película que previamente pasó por Cannes, un film que no tiene que ver con el fantástico y el tipo de cine del festival de Sitges (solamente se habla de unos asesinatos ocurridos en un pueblo), que se presentó en la sección Noves visions. Está dirigido por Sergei Loznitsa, responsable de documentales como "Bloqueo" y films como "En la niebla" y "Maidan". El director ha rastreado en títulos como "Mal de archivo" los archivos fílmicos rusos. En esta ocasión describe la atrofiada sociedad rusa a partir de la inspiración de un relato de Dostoyevski "La sumisa" de 1876. Una pobre mujer viaja a una cárcel en una región remota para averiguar qué le ha pasado a su marido después de que un envío para él fuera devuelto sin explicación. El extraño sistema burocrático se lo impide, y así pasa los días, estoica en su desesperación, en una localidad inhóspita que vive de la cárcel y donde todos tratan de aprovecharse de ella. Esta coproducción francesa es un duro y contundente drama sobre las malas conductas del ser humano en que parece que el director quiere que el espectador lo pase mal. La película cuenta con una trabajada puesta en escena y con personajes que dan que pensar como la protagonista y la trabajadora de ayuda social. En el último tramo, se atisba esperanza para la ingenua protagonista en una especie de sueño pero esto sólo hace adentrarnos más en el pesimismo y la miseria. Esto si el espectador está interesado en la propuesta, ya que las largas escenas con muchos diálogos y las más de dos horas de metraje de esta historia grave pueden ser un inconveniente para el público habitual de un festival como el de Sitges, acostumbrado a ver otro tipo de cine de autor.
Josh Diaz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow