Tiburón blanco

A pesar de estar rodada en unos paisajes australianos preciosos y que tener un tiburón asesino de protagonista, (un bicho que siempre da mucho juego), el film no consigue el más mínimo interés rozando el aburrimiento.

Kaz Fellows y Charlie Brody son una pareja que tienen un hidroavión y se dedican a programar viajes turísticos. Cuando los contratan un par de japoneses Joji Minase y su esposa Michelle para ir a  Hell’s Reef, se embarcan junto al cocinero y ayudante Benny. Al llegar a una idílica isla encuentran un cadáver semi comido por un tiburón en la playa. Es cuando deciden buscar al barco en el que han venido para prestar ayuda. Tras verlo hundido amerizan y son atacados por un gigantesco escualo hundiendo el hidroavión, quedando todos a la deriva en una balsa. Es cuando tendrán que luchar para sobrevivir a los continuos ataques del gigantesco tiburón.

Supuestamente se basa en un caso real que el guionista de "Mañana cuando la guerra empiece" Michael Boughen  junto al director Martin Wilson nos embarcan en esta historia de supervivencia en alta mar.

Entre los actores y actrices más conocidos tenemos a Katrina Bowden y a Aaron Jakubenko visto en la serie de TV "Espartaco".

Desde luego el intento de imitar al film de Spielberg de 1975 no ha podido ser superado por ninguna producción posterior, creando el género de "Jawssxploitation"con algunos títulos interesantes como "Infierno azul", "El arrecife", "Deep blue sea","Open Water", o "A 47 metros", claros imitadores del infierno que supone intentar sobrevivir al ataque de estos depredadores, creando thrillers de suspense bastante entretenidos. "Tiburón blanco" no es el caso, quedando en un producto de clase inferior que bien podría pertenecer al cine de clase "B".
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Dos chinos, dos blancos y un maorí, deciden que es buena idea ir a buscar a una mujer que lleva días desaparecida en el medio del océano, en lugar de esperar a que los guardacostas hagan su trabajo. Una vez cumplida la cuota racial y las directrices de un guión muy pobre ( y eso que es una película de tiburones), empieza la acción. Con un presupuesto limitado, la productora se ve que se ha gastado la pasta en fichar a Katrina Bowden, que dicho sea de paso, cuadra con el perfil típico para este tipo de películas.

Los efectos visuales y los planos de Australia son seguramente lo mejor de la película. El intento de ganarse la compasión del espectador y darle un poco de sensibilidad a todo, cae en saco roto. El CGI inicialmente es lamentable, pero por alguna razón que desconozco, es solo al inicio, luego la cosa mejora bastante sobretodo teniendo en cuenta su bajo presupesto. Eso sí, todo es muy plano, monótono, pero ante todo, predecible. Una película más, donde más allá del montaje de planos aéreos hay poco que salvar.

Películas sobre tiburones hay muchas, unas bien llevadas y otras que no hay por dónde cogerlas. En este caso que nos ocupa, por si no estaba claro a simple vista, es uno de lo segundo. Pésima película la mires por donde la mires, donde se le notan las costuras en cada acción que intenta, con un guión horrible y una ejecución y apartado técnico de muy bajo nivel. Con eso se resume, en pocas palabras, todo lo que ofrece esta pobre y floja cinta.

La historia, por llamarlo de alguna manera, es previsible por completo. Se adivina, sin ninguna dificultad, el orden en que irán muriendo los personajes y, además, se prevé quién o quiénes sobrevivirán. En mi caso lo pronostiqué a los pocos minutos, y así acabó siendo. Palabra por palabra. El guión es malo, propio de alguien que no ha estudiado cine o que se lo quería quitar de encima e irse a comer.

El reparto también suspende. Ninguno hace el trabajo de su vida, pero tampoco convencen. Por otra parte son tópicos con patas, todos ellos, dejando muy clara la intención detrás de estos personajes. Esto hace que el público sepa el destino de cada uno. Fatal elección. Está la pareja protagonista, para lucir palmito, la chica oriental que solo sabe quejarse o liarla, su pareja insoportable y problemática y el ayudante de color. Estereotipos de manual.

En lo que a CGI y efectos se refiere la película se lleva un 0 casi completo. El bajo presupuesto se nota mucho, con escenas del tiburón rápidas, fugaces y oscuras, para que no se note demasiado el cartón. Ni siquiera con esa burda técnica se consigue, con eso lo digo todo. Incluso hay momentos donde parece que intercalan escenas de un documental de National Geographic. Además de múltiples escenas surrealistas y absurdas, que no ayudan nada, propias de éste tipo de cine.

En resumen ''Tiburón blanco'' es una película de sobremesa de esas que se emiten los fines de semana en televisión. En otras palabras, es una basura que no sirve para nada, menos para perder el tiempo. Repleta de clichés y escenas absurdas. No perdáis el tiempo, en serio. No la recomendaría en absoluto.

Lo mejor: Los paisajes.
Lo peor: Todo lo demás.

* Un 2 *

Ya llega a calor, y con ella siempre viene alguna película del maltratado subgénero de escualos, que tras la genial Tiburón (Steven Spielberg, 1975), pocas películas ha sacado que sean un referente de calidad, siempre con alguna excepción como la tensa Infierno Azul (Jaume Collet-Serra, 2016), por poner un ejemplo. En esta ocasión nos llega una propuesta que es el primer largometraje del codirector de la docuserie El Arte Crea el Mundo (2005), y que está protagonizada por Katrina Bowden (Tucker & Dale Contra el Mal, 2010), y Aaron Jakubenko (serie La Tierra de las Mareas, 2018).

Una escapada en hidroavión a la Gran Barrera de Coral australiana se convierte en una pesadilla para un grupo de jóvenes cuando son atacados por un gigantesco tiburón blanco. Varado en alta mar sobre un frágil bote salvavidas, el grupo tendrá que usar todo su ingenio para resistir a la monstruosa amenaza que les acecha bajo el agua.

Aunque uno no suele esperar gran cosa cuando se acerca a ver este tipo de producciones, al menos espera pasar un rato entretenido a base de sangre, mordiscos y paisajes tropicales, en este caso, y tras un inicio típico pero correcto, nos encontramos con un segundo acto que aburre y nos recuerda a miles de películas mejores. La dirección resulta en un auténtico lastre, dirigiendo de forma torpe y poco dinámica, notándose especialmente en la gran parte del metraje que se desarrolla en un espacio bastante reducido. Las actuaciones cumplen sin llegar a destacar, y los ataques del tiburón antagonista, sobre ser correctas, son típicas y escasas.

Tiburón Blanco es una propuesta de tiburones que tiene más presupuesto que muchas de las películas de serie B que llegan continuamente del subgénero, no obstante, una dirección poco acertada junto un guión con muy poca garra, sabotean en gran parte una cinta que no pasa de la mediocridad, completamente olvidable.

Nota personal 4/10

Estaba claro que tampoco esperaba gran cosa de este producto, pero como cualquier peli de tiburones, qué menos que encontrarte con algun buen ataque, algo de sangre o que el escualo aparezca infringiendo algo de pánico o terror.
Como he dicho en el título, esta peli no sirve ni para perder el tiempo ni para pasar una tarde de resaca en el sofá.