Lady Snowblood 2: Love Song of Vengeance

Secuela en la que se muestra lo sucedido con el personaje de Yuki (Meiko Kaji) tras finalizar su venganza.
Se suele decir que quien busca venganza ha de cavar dos tumbas, ya que aquellos que persiguen a la muerte la acaban encontrando.

A Yuki no le importaba morir, no tenía sueños, ni esperanzas, ni propósito alguno que no fuera completar su cometido, y tras lograrlo, la nada.

Pero sigue viva, y respira, y camina. Esto puede ser el camino difícil para ella, y es el lugar que explora esta continuación con mucho acierto. Su destreza y habilidad únicas la mantienen aunque no tenga ningún motivo, con lo que es arrastrada como una hoja por la corriente, o así lo parece en los primeros compases, en los que la trama, es eso que se desarrolla a su alrededor, pero aparentemente sin contar con ella.

La historia habla de poderes, intereses y gobernantes, y del fin de la Era Meiji, de un modo más complejo que se aleja un poco de la simplicidad de la historia de la primera parte, en la que vemos dos venganzas de un modo más clásico.
Aquí el destino arrastra a Yuki mientras observa y ve bondad e ideales, así como maldad y corrupción que pretende usarla, y ella se encuentra en el centro de todo.

Yuki arroja su espada una vez, ya que al ser ella misma venganza, una vez cumplida esta, ya no sabe como vivir.
La recupera y lucha como solo ella podría hacerlo hasta que la clava por última vez, ya que al hacerlo, mata también aquello por lo querría vivir.

Secuela de "Lady Snowblood", que todavía no he visto, por lo que pido perdón por comenzar la casa por el tejado. Más razonable hubiera sido comentar primero la 1 y luego la 2. En fin, qué se le va a hacer.
Esta que nos ocupa es irregular, aunque muy atractiva visualmente, gracias a la preciosa puesta en escena del realizador, Toshiya Fujita, quien a través de una brillante fotografía a todo color a cargo de Tatsuo Suzuki, y de una impresionante dirección artística (majestuosa la escena en el cementerio de animales), logra meternos en una época, comienzos del siglo XX en Japón, donde una dinastía esplendorosa está a punto de acabar para comenzar una era nueva que no se sabe qué traerá.
No sé si la primera película estaba mejor, supongo que sí, pero esta es entretenida y se sigue bien pese a evidentes altibajos en el ritmo. Hay momentos donde el interés decae, para rehacerse al de poco con alguna escena primorosa, con sencillas aparentemente coreografías, donde la protagonista (bellísima Meiko Kaji) maneja contra sus enemigos la katana que da gusto.
El film tiene un valor añadido, cual es que se representa pero que muy bien cómo es la condición política, cómo se desenvuelven quienes ostenta el poder y lo utilizan contra el pueblo para adquirir más poder y dinero. El diálogo entre los dos "malos" de la función, donde uno le dice al otro lo que debe hacer, sin tener ninguna clase de remordimientos para con el pueblo, es muy indicativo, y suena a actualidad pura y dura.
En definitiva, que ahora tengo más ganas que nunca de ver la primera Lady Snowblood.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es

En esta continuación se nota que el éxito de la primera dotó de mayor presupuesto a la producción, la narración casi nunca resulta atropellada y se intuye una planificación más cuidada en las escenas. Sobre todo a nivel argumental es una película mucho más madura, la intriga avanza entre tramas policiales y políticas que hablan de un momento concreto de la sociedad japonesa a principios de siglo XX, con un gobierno corrupto que ajustaba cuentas a los contestatarios, y un pueblo sumido en la pobreza que se veía obligado a buscarse la vida al margen de la ley.

El personaje de Yuki, una vez cumplida su sangrienta venganza, se convierte en gran parte del relato en un mero espectador de lo que ocurre a su alrededor, el argumento se vuelca en desarrollar más algunos personajes importantes de la trama, en las relaciones sentimentales entre ellos de amor / odio, la violencia está muy dosificada y se agregan elementos como el sexo y el humor.

Curiosamente, esa madurez en la historia no termina de sentarle bien, ya que pierde la espontaneidad y el ritmo febril que hacía de la primera una montaña rusa de emociones. Lo que antes era una atropellada línea recta ahora son curvas que a veces vuelven sobre sí mismo, y hacen que "Lady Snowblood" pierda parte de su encanto.

Aún así, juntas forman un binomio interesante sobre un personaje de indudable magnetismo, por obra y gracia de Meiko Kaji, que da vida a un personaje femenino de voluntad inquebrantable y determinación ferrea que se le queda a uno grabado en el recuerdo para siempre por su capacidad de resultar bella y letal.