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Inside No. 9: And the Winner Is... (TV)

Comedia. Drama Nos unimos al jurado de una compañía de premios de televisión mientras deciden quién ganará el premio a la mejor actriz, pero solo se puede elegir a una de las ocho actrices. (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
16 de septiembre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
195/09(14/09/18) Sugerente quinto episodio de la cuarta temporada de esta serie de culto de la BBC two, una maravillosa joya de la televisión que desgraciadamente aún no ha llegado a España. Una creación de los escritores y actores ingleses Steve Pemberton y Reece Shearsmith, serie antológica de cada temporada seis episodios auto-conclusivos, suceden en un único lugar que tiene que ver con el número 9, con historias totalmente distintas, y personajes diferentes, aunque la pareja de creadores siempre se reservan un papel. Siendo los relatos de apenas media hora en la que suelen suceder historias de mucho humor negro. Este dirigido por Graeme Harper (“Dr. Who”), siendo la metralla del binomio de creadores contra los jurados de premios de televisión, quizás en un acto de despecho al no ser esta una serie muy nominada y mucho menos premiada (con toda injusticia, solo a premios menores [Rose d'Or, RTS, Writers 'Guild, Banff Rockies, comedy.co.uk], estando ausente en todas sus temporadas de los prestigiosos Bafta), ello sobre un tapiz que recuerda a la Obra Maestra “12 Hombres sin piedad” (1957), mostrando un microcosmos de personajes en el jurado reconocibles, pero con sus matices, van desgranando los pueriles motivos por los que descartan y ensalzan actuaciones, en medio de diálogos chispeantes muy divertidos, en un entramado de personajes bien delineados en su nivel de grisáceos, todos con motivaciones espurias, siendo en un capítulo donde Pemberton y Shearsmith se miran en el ombligo de su “industria”, quedando una divertida sátira, pero sin poder de perdurabilidad, original, pero no exprimida todo lo que se puede para dar un calado, se añade el clásico giro de la serie que se siente un parche que nada aporta ni mueve a reacción alguna, parece una obligación metida a última hora.

En un elegante edificio de oficinas de Londres, un grupo de personas se reúnen en una sala privada para elegir a quién otorgará la Academia Real de las Artes Cinematográficas el premio a la mejor actriz de televisión. Hay ocho en la lista final. Se compone el jurado del coordinador Giles (Steve Pemberton), del director de moda Gordon (Noel Clarke), el veterano actor Rupert (Kenneth Cranham), el escritor con ansias de trepar Clive (Reece Shearsmith), la crítica de televisión June (Fenella Woolgar), la diva Paula (Zoe Wanamaker) y la simbólica "miembro del público" Jackie (Phoebe Sparrow).

Los personajes son clichés del mundillo adscrito, con comportamientos diáfanos, diáfanos como el agua clara, como la engreída estrella venida a menos Paula, con ansias de cumplir el trámite y salir de allí en su vehículo Uber (con puntos de comportamiento similares al personaje encarnado por Jack Warner en la mencionada “12 hombres sin piedad”), y que todas las actrices le ha robado el corazón, la apócrifa crítica del público agobiada por la responsabilidad y lo alambicado de a quien dar su voto ("No sabía que tenías que pensar en cosas como la edad que tienen o cuántos premios han ganado. O quién es popular en la industria ", dice Jackie), o el director de color siempre mosqueado por si hay tintes racistas en los demás (mordaz su frase "No es mi culpa que Idris Elba no hizo un programa de televisión este año, para poder marcar tu casilla de diversidad"), o el guionista con ansias de colar su libreto, aunque para ello tenga que cambiar a una treintañera japonesa por un personaje inglés de setenta y tantos (genial su modo de definirse como “juntaletras y soñador”), o los líos amorosos aludiendo al libertinaje de los (actores y actrices) de la “farándula” ( defendiéndose uno del jurado sobre un conflicto de interese con una de las actrices nominadas, y es que “solo” le hizo un ejercicio onanista en un parking del del Dirty Duck en 1976 y esto no le nublará el juicio).

Es un episodio no brillante (como lo son muchos de la serie), pero sí muy entretenido con la caricatura que se hace sobre el modo laberíntico en que se otorgan muchos premios, que si la edad, que si la fama, sí ya se lo han dado, si la edad, si por raza, que si te masturbó hace 40 años, que si tengo que irme ya, toda una farsa, que sería aún más gracioso si este episodio lo nominaran (e incluso premiaran) a algunos premios.

Zoe Wanamaker como la arrogante actriz Paula está maravillosa con ese deje de sobrada; Kenneth Cranham como el actor de la vieja escuela Rupert, está brillante, carismático e incisivo; Fenella Woolgar como la cínica crítica audiovisual June derrocha energía y vigor, sabiendo exponer unas de (paradójicamente) autocrítica cuando la “psicoanalizan”; Noel Clarke como el director de momento Gordon está muy divertido con sus suspicacias raciales; Shearsmith como el desesperado escritor Clive, demuestra una tremenda vis cómica cuando “arrastra” su dignidad con tal de “vender” su guión (Naranjas Sangrientas). Menudo ejercicio de auto-guiño para un guionista como él; Phoebe Sparrow como Jackie, como portavoz del público de a pie está algo forzada; Pemberton es el presidente del jurado Giles, un rol bastante plano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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