Gloria de un día

Katherine Hepburn esta de los mas fresca en esta película. Se nota que iba a por todas, que estaba en su momento. De hecho, no es difícil establecer paralelismo entre Eve Lovelace, su personaje en la película, y la propia Hepburn. Eva Lovelace es una chica de provincias que llega a Nueva York dispuesta a triunfar en el mundo del teatro. Katherine Hepburn es una prometedora actriz que, con “Gloria de un día”, realiza su tercer trabajo. Tiene aun toda la vida por delante y bastante que demostrar.

La película tiene unos primeros 45 minutos trepidantes, rodados de una forma muy ágil y con un guión muy fluido. En los tres cuartos de ahora restantes el ritmo decae hasta el punto de sostenerse básicamente en la actuación de Katherine Hepburn.

Una película que no llega a arrancarse como una “screw ball”. Se queda a medio camino de ella. Tal vez la cercanía de la Gran Depresión, la película es de 1933, impide dar rienda suelta a la locura que vendrá posteriormente con “La fiera de mi niña”, “Al servicio de las damas” o “Bola de fuego”....Interesante aparición, al final de la película, de una vieja dama del teatro; una vieja gloria a quien el éxito había devorado, y que sobrevivía como ayudante de las actrices principales. Un recuerdo a aquellos a quienes la llegada del sonoro dejo “fuera de juego”....

Yo creo que en está cinta la Reina de los oscars aplicó a la máxima potencia el dicho de “coger el toro por los cuernos”. Me da la sensación que ella sabía que la película no era buena, es más, creo que también sabía que su papel tampoco lo era, y que eso fue lo que le motivó a dar todo lo que ella sabía, que obviamente no era poco aun a pesar de sus 25 añitos; y creo también, que eso fue lo que finalmente hizo que se hiciese con el primero de sus cuatro oscars.

Está claro que Katharine no tuvo ningún problema con el personaje de Eve Lovelace, pero personalmente no se encuentra este entre uno de mis favoritos, es más, su interpretación como una bisoña actriz teatral me llegó incluso más en la posterior “Damas del teatro”, donde Terry Randall, una sofisticada y acaudalda joven se veía en una situación semejante con la cual es difícil no hacer paralelismos. De hecho tampoco creo que fuese este galardón más merecido que en otras actuaciones suyas como podrían ser: “Larga jornada hacia lo noche”, “De repente el último verano”, “La reina de África”, “Historias de Filadelfia” o “La mujer del año”. Sobre todo está última película; jamás entenderé porque el premio fue a parar a manos de Greer Garson y no a las suyas. Nunca para mi estuvo más grande Kate, que en la escena en que se pelea con los electrodomésticos por tratar de mostrar a Spencer que puede llegar a ser una buena esposa.

Franca y humildemente pienso que este filme es malo, pero como supongo que casi todos/as los que llegamos hasta él es por el mismo motivo, estoy seguro que todos /as quedamos igual de satisfechos después de verlo, y es que la Hepburn, no decepciona. De hecho, resulta difícil hablar de algún otro aspecto destacable de está película que no sea ella.

P.d. Memorable el momento de la interpretación shakesperiana en estado ebrio.

Bien, ante todo he de decir que Katharine Hepburn es una de mis actrices favoritas, que el cine no sería lo que es sin ella y que ganó un oscar por su trabajo en este "mediometraje" que dura menos de hora y cuarto. La primera mitad de la película se ve con interés, sobre todo porque la calidad del DVD es muy correcta, teniendo en cuenta la edad de la cinta. Pero los últimos 25 minutos son una chapuza. En definitiva, una película del montón con una buena actuación de la Hepburn. Se puede vivir sin verla pero no estará de más en la dvdteca de un buen aficionado, sobre todo si se es fan de esta gran actriz. Aconsejo verla como curiosidad más que como una gran película. A mi tampoco me ayudó el hecho de saber que Menjou (un buen actor, hay que admitirlo) fue uno de los más acérrimos defensores de la caza de brujas, al igual que Ginger Rogers.

Corría el año 1933 y Katharine Hepburn, con unas pocas películas a sus espaldas, ganaba con 26 años el primero de sus cuatro Oscars (ningún actor o actriz lo ha conseguido). Y no es de extrañar, ya que en Gloria de un día la Hepburn demostró que era una actriz portentosa. En este drama que tiene como trasfondo el difícil mundo del teatro (repetiría tema en Damas del teatro pocos años más tarde), Katharine Hepburn está inconmensurable en su papel de ingenua actriz de provincias que busca una oportunidad. A destacar también el buen hacer de Adolphe Menjou en su papel de productor teatral. Aunque al final se la conocería, y con merecimiento además, como "La Reina de la Comedia", Katharine Hepburn fue mucho más que eso. Como muestra, Gloria de un día, un drama con todas las letras. Y es que la Hepburn podía con todo, incluso con la crítica más feroz que a mediados de los treinta intentó sin éxito acabar con su carrera. Pero nada pudo con el "Huracán Hepburn".

Película correcta pero demasiado simplista en su planteamiento y desarrollo. La actuación de los protagonistas se encuentra a la altura de lo esperado aunque su sola destreza no basta para que la obra adquiera relevancia.

C. Aubrey Smith, Douglas Fairbanks Jr. y Katharine Hepburn seguramente tampoco quedaron satisfechos con el resultado.

Tanto esquematismo y previsibilidad no favorecen.