Home, ¿dulce hogar?

Pues estaba yo hace dos meses en Berlín a costa del dinero de los contribuyentes cuando se me ocurrió fijarme como objetivo principal el encontrar unos cines lo suficientemente frikis como para tener películas en Versión Original (sí, lo sé, a mí también me sorprendió que los alemanes sintiesen ese amor incondicional por el cine doblado). El caso es que... NO LO CONSEGUÍ, no, y acabé viendo HOME en un cine friki, eso sí, pero donde las pelis estaban dobladas (fallo).

¿Mi veredicto?: WOW. La verdad es que cuando terminó la película me quedé sentada en la butaca (menos mal que entró el acomodador a sacarme de mi estado catatónico...) sin poder creerme que hubiese visto aquello por pura casualidad. “¿Una película suiza con Isabelle Huppert? ¿Y encima en alemán? ¡Pues dale candela!”. ¡Qué historia más brutal! Convertir a los Pin y Pon en los Addams en 98 minutos... Las interpretaciones, además, son geniales (supongo que cambiando el “subanestrujenbajen” por el “c´est très jolie” será otra cosa, pero, oye, es lo que había); no sólo ya la de Isabelle Huppert, que está inmensa, sino absolutamente todas. No hay más que ver al niño pequeño, Kacey Mottet Klein, el papelón que hace. Claro que los personajes bien merecen esas interpretaciones. ¿Más cosicas a destacar?: La fotografía, la dirección (unas imágenes, de verdad... de quedarse mirando con cara de tonto), la atmósfera que consigue crear, ESE FINAL...

¿Conclusión?: Ya os digo, ni siquiera me hizo falta ver Home en versión original para quedarme prendada de ella. Con deciros que estoy deseando que la estrenen en España para volver a verla... (Ey, no me miréis así, ¿vale? Que peor sería que fuera adicta al caballo...) JE.

Ursula Meier nos presenta un proyecto interesante repleto de raros y buenos detalles donde lo mejor de todo es sin duda el argumento del film. Home empieza con mucha fuerza y consigue atraparte y mantenerte con una aguda curiosidad sobre los hechos que transcurren en su inicio, peor lamentablemente Meier olvida atar el globo donde a depositado todo el contenido de la película y ésta paulatinamente va perdiendo todo el aire con un desenlace poco lúcido y menos creíble.
A pesar de ello, de Home puede rescatarse, además de su buen argumento, su originalidad, algunas escenas atípicas, otras que logran cautivar y muy buenas interpretaciones. Una opera prima con defectos, pero que deja un buen sello de intenciones y sobretodo de cine innovador.

Original idea, los primeros momentos prometen mucho, resulta realmente original la idea de usar una autopista como ambiente de una situación extrema en la que se pone a una familia, la autopista parece muy adecuada, dada su agresividad, para ello.

También me ha gustado la idea del agotamiento y el terror, el cansancio, tan bien reflejado, como consecuencia de una agresión externa.


Al final resulta de un simbólico embarullado, no convence, uno se dice a si mismo que no es capaz de entender muy bien ese mensaje, resulta flojo e incoherente, algo monótono.

Muy bien interpretada por todos loa actores.

Un saludo.

Curiosa pero a la vez incrédula cinta de Ursula Meier sobre una afable familia que por las razones que fueran, viven en una casa pegada a una autopista que lleva más de diez años cortada, hasta que un día cualquiera, no lo va a ser tanto para este matrimonio y sus dos hijos. La autopista es abierta y adiós a la tranquilidad.
Ruido insoportable, intimidad cero, y polusión en vena son alguno de los nuevos factores a los que esta familia tendrá que combatir, ya que la propuesta de coger los bártulos no entra en razón para algunos miembros de la misma.
La cinta refleja el día a día de la prole y su forma de convivir ante semejante varapalo.

Historia curiosa pero poco creíble, entiendo que a raíz de tal cúmulo de circunstancias te vuelvas totalmente neurótico pero antes de llegar a tal situación, recapacites y salgas como si es en cohete.
¿Hogar, dulce hogar? 'Siempre! , pero hasta un límite.

Así todo película original que se deja ver y te mantiene enganchado a la espera de conocer el desenlace final de la misma.

Película estropeada por los guionistas y la propia directora.

Comienza presentando a una familia compuesta por padre, madre, dos hijas y un hijo pequeño, todos ellos viven en una casona junto a una autopista por el momento inactiva. Son felices porque gozan de la naturaleza, del silencio, de la calma, de la ausencia de ruidos ciudadanos y automovilísticos (¡¡¡qué gozada de vivir así!!!).

Mas de repente empiezan a pasar junto a la casa, camiones, máquinas y obreros que ponen a punto la carretera con vistas a entrar en funcionamiento. La familia se preocupa y teme ante la pronta perdida de su oasis-paraíso.

Se inaugura la autopista y empieza día y noche el constante tráfico de vehículos, el ruidazo de coches y camiones, los bocinazos al pasar, la contaminación que dejan, la pérdida de momentos para relajarse, la imposibilidad de descansar y dormir como es natural y necesario en cualquier ser humano. Todo esto obviamente quiebra la felicidad y la paz de esta familia; pero es más, horada su equilibrio psíquico hasta provocarles un cambio de comportamiento que se nota raro, neurótico, con sítomas de desquiciamiento mental, propio de quienes están siendo torturados y no saben cómo defenderse eficazmente de la tortura que sufren.

Lamentablemente el guión de Ursula Meier, Antoine Jaccoud, Olivier Lorelle, Gilles Taurand y Raphaëlle Valbrune es malo hasta el suspenso. Con un comienzo prometedor, el filme va decayendo hasta la mediocridad y el desenlace más burdo e irresoluto que uno pudiera imaginarse.

Permítame darle un consejo a Ursula Meier, Antoine Jaccoud, Olivier Lorelle, Gilles Taurand y Raphaëlle Valbrune. Yo, habría compuesto un guión y filmado una película donde la familia protagonista reacciona defendiéndose por las bravas de los vehículos y sus conductores, es decir de los infernales misioneros del infierno y de su dios EL RUIDO TORTURADOR, ya haciéndose cada uno de los componentes de la familia —salvo a la hija mayor que como fanática también de la música ruidoso-mierdosa, la pondría pasándose al enemigo y abandonando el hogar— con escopetas de caza y disparando a las ruedas de los vehículos que cruzan zumbando como revienta cerebros, ya sembrando a cada rato la autopista de clavos de cuatro puntas en forma de equis, para así combatir a toda la canalla de invasores-martirizadores que devoran todos los ambientes pacíficos, de sosiego, la felicidad y la mismísima serenidad natural, hayá donde quedé algún reducto.