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Ladybird, Ladybird

Drama Maggie tiene cuatro hijos, todos de distintos padres y que, debido al violento ambiente familiar, están a cargo de los servicios sociales británicos. Cuando Maggie conoce a Jorge, un refugiado hispanoamericano, vislumbra la posibilidad de rehacer por fin su hogar. Sin embargo, su pasado sigue atormentándola. Una vez involucrada en la burocracia de la asistencia social, le resultará muy difícil conseguir la custodia de sus hijos, pero ... [+]
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
26 de junio de 2007
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva crítica social de Loach, esta vez con una crudeza inusitada, más si nos atenemos a que la historia se basa en hechos reales. El director inglés nos plantea una historia en donde los términos víctima y verdugo se entremezclan y una difuminada línea los separa a duras penas. Víctimas son ante todos los niños protagonistas, obligados a transitar de centro en centro y a vivir separados de su madre, pero víctima es también una madre maltratada por la vida, que afronta cada nuevo revés con una creciente rabia contenida que su vez la convierte en verdugo. Sin duda una de las paradojas más crueles a las que se ha de enfrentar una madre.
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3 de junio de 2006
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con motivo de la Palma de Oro obtenida en el pasado Festival de Cannes por Ken Loach, con "The Wind that Shakes the Barley", valga escribir unas pocas palabras acerca de su obra y a propósito de "Ladybird, Ladybird".
Ken Loach es un tipo de director cuyos films me he resistido a ver hasta ahora. Con Bertrand Tavernier me ocurre un poco lo mismo. No con los hermanos Dardenne, por ejemplo. El cine de Ken Loach -y "Ladybird, Ladybird" es una muestra de ello- es catalogado como cine de denuncia social, con un compromiso firme con su realidad más cercana ("Ladybird, Ladybird"), o más lejana ("La canción de Carla"). Incluso hasta el punto de catalogarlo por parte de algunos como productor de panfletos por y para la causa obrera.
"Ladybird, Ladybird" me parece que surge, primero, de la firme convicción de Ken Loach en lo que cuenta (la realidad de Maggie y Jorge en la película) lo que dudo se pueda poner en tela de juicio. Su director cree firmemente en la historia porque, entre otras cosas, es una historia creíble basada en un hecho real. No por ser terreno de ficción pasa a ser menos creíble. La interpretación de los dos actores (Crissy Rock y Vladimir Vega) ayuda y mucho en esa dirección. Luego está la intención del director, creo, en conseguir que el espectador se identifique con tales personajes y que se indigne junto a ellos contra los ejecutores del control social ejercido por el Estado. Yo mismo me sorprendí insultando a los trabajadores sociales que aparecen en la película (soy diplomado en trabajo social) incluso antes que lo hicieran Maggie o Jorge mismos.
Si la intención de Ken Loach era hacer surgir tal efecto en el espectador, en mi caso lo logró. Se llama empatía. Ahora bien, ¿se le puede llamar Cine con mayúsculas a "Ladybird, Ladybird"? El jurado presidido por Wong Kar-Wai en Cannes bien lo consideró en el caso de "The Wind that Shakes the Barley". A mi modo de ver, que este señor llamado Ken Loach siga haciendo películas como "Ladybird, Ladybird" y para muchos años. Puesto que no son fruto de las ideas azarosas y arbitrarias de un hombre testarudo, sino más bien de las observaciones solidarias -como tituló en su día Iciar Bollaín- de un hombre testarudo.
Melón Blando
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6 de octubre de 2007
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a estar basada en hechos reales, no cabe duda de que resulta cinamatográficamente maquillada, resaltando la injusticia y denuncia social, con toda la literatura que acompaña a los temas relacionados con los malos tratos, tutelas de menores donde los asistentes sociales son presentados como malvados e intolerantes, la injusticia del inmigrante en su máxima y exacerbada expresión, los malos tratos, etc.

De nuevo Loach engancha con su capacidad narrativa. Sus actores me fascinan por su fuerza y credibilidad. Una subyugante Crissy Rock estremece por su crudeza, así como el personaje de Vladimir Vega (fantástico). En definitiva, el diseño y presentación de los personajes es exquisito, logrando que el espectador empatice y se conmueva.

Lástima de esa sensación constante de que se masca la tragedia, algo habitual en Loach. Hubiera resultado mucho más interesante un enfoque más parcial. En vez de esforzarse en destacar lo profundamente injusto que es lo que les sucede a los protagonistas, se podría haber planteado un interesante debate ante el espectador, de si realmente ella es o no buena madre, de si tal vez era conveniente quitarle a sus hijos. Esto le restaría sin duda dramatismo, pero probablemente reflejaría mucho más la realidad.
talktonight
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12 de julio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ladybird, ladybird, fly away home,
Your house is on fire,
Your children shall burn!” (Canción tradicional de guardería)

Para, Maggie Conlan, su país es un infierno. Particulares circunstancias -explicables, quizás, en su fuerte temperamento y en su irreprimible afán de libertad (pero al lado de un hombre)-, la han llevado a tener en su vida a parejas de respuestas agresivas e incapaces de tolerancia. Así las cosas, Maggie ha llegado a tener 4 hijos de hombres distintos… y éstos hechos han llevado a que, el Departamento de Asistencia Social, la emprenda contra ella y esté pendiente de la menor infracción para quitarle a los niños.

Maggie, es una mujer amorosa con fuerte espíritu materno, pero eso no le basta; y al no poder ofrecer apoyo económico y seguridad a sus pequeños, se ve abocada a que el Estado desconozca sus derechos como madre y, mientras Maggie comienza a sentir un odio visceral por los representantes del gobierno… conocerá a Jorge Arellano, un refugiado político paraguayo quien se convertirá en su quinto hombre y en la esperanza de sentirse, por fin, realmente amada.

<<LADYBIRD LADYBIRD>>, es un drama con mayúsculas. Pudo haber sido una tierna historia de guardería, porque a Maggie, como a Jorge, le encantan los niños (y en abundancia)… pero sus vidas lucen a riesgo de convertirse en tragedia cuando las leyes comienzan a aplicarse sin tomar en cuenta los sentimientos... pues, nunca se es totalmente justo al condenar, sólo se es justo al perdonar.

El guion lleva la firma de, Rona Munro, una notable escritora escocesa quien ha sobresalido como autora de obras para teatro, radio, televisión y cine. Está basado en hechos verdaderos y, el director Ken Loach, lo asume como si fuera suyo, con un profundo compromiso de ser objetivo y de ir hasta lo más profundo del alma de ese par de seres que dan clara cuenta de tener merecimientos para ser felices... aunque el destino pareciera estar cobrándoles viejas deudas, al hacerles conocer el infierno que puede encontrarse aquí en la tierra.

Maggie, asume su derecho a la rebeldía y a defender lo que siente que es suyo, y el Estado se empeñará en demostrarle que no admite oposiciones y que hará cumplir las leyes por encima de cualquier cosa. Loach, logrará que, a ese Departamento de Asistencia Social -rigurosamente sujeto a las normas-, lleguemos a verlo como a una colección de sádicos que adquiere la forma de una pesadilla, pero, a Maggie quizás la comprendamos en sus explosiones, porque podremos ver que hay en ella una mujer buena, víctima de la prepotencia y la intolerancia.

Magníficas actuaciones de los debutantes, Crissy Rock (Oso de plata en el Festival de Berlín) y Vladimir Vega, dando vida a dos personajes de gran fuerza moral, que llevarás en tu mente y en tu corazón por un largo tiempo.

Este es el cine que nos refleja, con certera claridad, el lado oscuro de la vida.
Luis Guillermo Cardona
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27 de septiembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claro que Ladybird podría ser más amable. Podría ser menos dura, su protagonista podría no gritar todo el tiempo y no decir tacos, podría desprender un poco de esperanza e inspirarnos alegría de vivir en lugar de ganas de llorar por una sociedad podrida. Si... ¿Y para qué queremos ver eso?
Ladybird nos enseña lo que no vemos habitualmente en los noticiarios, es decir, lo que hay detrás. No es ficción, pero para muchos es desconocido, porque queramos o no, la mayoría de los que estamos aquí viendo películas y leyendo críticas en Filmaffinity vivimos en un mundo más "cómodo" que el que nos muestra el film. Y esa comodidad nos aleja de la verdad de muchas personas, que son a menudo para nosotros, sólo estadísticas o blanco de prejuicios maquillados de normalidad.

Por eso tenemos que ver cómo la protagonista sufre, grita y llora ante una vida de golpes constantes. Cómo no llorar, cómo ser amable con quien, a tu juicio, te roba lo que más quieres. Cómo controlarse cuando no has tenido infancia. Y todos pensamos que la prota ha hecho mal, pero esta vez todos la comprendemos porque Loach se ha encargado de enseñarnos la miserable vida que algunas personas arrastran antes de ser "monstruos" para la opinión pública y para las instituciones. Que no es ficción, que es la vida injusta y dolorosa, y por eso es necesario en la película.
Y es importante porque mañana, cuando veamos de nuevo las noticias o escuchemos a los vecinos hablar sobre tal o cual personaje que ha actuado de manera imprudente, terrible o desconsiderada, quizá, recordemos que nunca los buenos son tan buenos como nos dicen, ni los malos son tan malos. Y que en cualquier caso, hay gente mala que sonríe amablemente, y gente que nunca sonríe sin ser mala. Algunas vidas no tienen muchos motivos para sonreír y algunos de nuestros superficiales juicios morales deberían pasar por la reflexión y el conocimiento antes de sentenciar.
Ari
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