La abadía de Northanger (TV)

Buena adaptación de la más irónica y divertida novela de Jane Austen. Teniendo en cuenta la ya confirmada costumbre que tienen los ingleses a crear películas y miniseries de época basadas en clásicos literarios aquí el espectador sólo puede entregarse a pasar un rato entretenido observando bailes, reverencias, cortesías, muselinas y diálogos donde los mensajes indirectos y los modales y formalidades se miden en cada momento en una sociedad llena de chismorreos. Felicity Jones interpreta inteligentemente a la joven imaginativa e ingenua Catherine Morland, amante de los libros góticos, llenos de persecuciones y de casas encantadas, y en sí es un fiel reflejo de cómo las mentalidades de la época estaban dominadas (valga la redundancia) de ideas y sueños que proyectaban hacia las personas y sus actitudes.
Buena también la interpretación de la amiga Isabella, muy correcta, con toda esa coquetería y su carácter manipulador.
Por lo demás ya más o menos se conoce desde antes: ambientación histórica interesante (destacando La abadía de Northanger), vestuario atractivo pero no fastuoso y desde luego, la ironía y el desparpajo con el que Jane Austen trataba a todos sus personajes, perfectamente perfilados. Desde mi punto de vista, cualquier persona a la que le gusten los dramas de época debería verla. Un fallo, y creo que bastante grande: el doblaje de la heroína, con esa voz tan aniñada que a ratos de tanto oírla se hace insoportable. Por esta razón la película gana muchos puntos en su versión original, de ahí que yo recomiende su visionado en inglés. Les aseguro que no se quedarán desilusionados.

adaptación de una de las novelas de Jane Austen menos conocidas. Además para estar todo concentrado en una hora y media, por lo que no se hace en ningún momento pesada, cumple más que dignamente... cosa que no pueden decir varias de las últimas películas también basadas en obras de la autora.
Lo mejor sin duda la actuación del actor JJ Feild (todo un descubrimiento por mi parte) y los sueños del personaje protagonista que a pesar de que son momentos inventados creo que encajan bastante bien con el carácter de la heroína.

Adaptación para la pequeña pantalla de homónima obra de Jane Austin. En ella, una joven apasionada por los libros de aventuras y de misterio se enamora de un extraño pero afable personaje. Durante el tiempo en el que va entablando relación con ese hombre, sufrirá las triquiñuelas de un pretendiente suyo y descubrirá un horrible secreto.

Todo hay que decirlo; para ser una película hecha para su directa retransmisión en la televisión está muy bien hecha, pero no por ello consigue zafarse de su tufillo a película de segunda categoría. El ritmo no consigue ser el adecuado, los personajes no terminan de estar del todo perfilados, y se deja unos cuantos interrogantes por responder. Sin embargo, los protagonistas están más que correctos, la ambientación es excelente y el guión muy bien conseguido.

Yo realmente quería ver «Persuasión» pero las circunstancias me llevaron a «La abadía de Northanger» con unas desconocidas Felicity Jones y Carey Mulligan. Qué curioso.

El penúltimo libro publicado de Jane Austen, precisamente antes de «Persuasión» (qué ganas de hablar de este libro, léelo ya, ahora mismo), y que en algún momento tendré que leer. La historia no tiene las intrigas de otras y por supuesto sigue la línea de Austen de los amores sin apenas romanticismo (menos «Persuasión», que conste... Bueno, basta ya de este libro).

Sin embargo, tiene el encanto de lo tradicional, de lo reaccionario, de lo clásico. Una heroína encantadora con mucha imaginación, un galán heredero de una formidable abadía y unos cuantos secundarios que le darán vidilla al asunto. Una cosa que siempre me ha encantado de Jane Austen es la descripción de las relaciones sociales: qué confianzas se toman, qué forma de convivir unos con otros sin importar si son familia, amigos o conocidos, pero siempre con corrección, con naturalidad; la hospitalidad, los viajes, la temporada de invierno en casa de la tía Emily y ser invitada a comer por el señor y la señora Adams. Se lo pasan pipa, oye.

Como mensaje de fondo, el peligro de las novelas excesivamente fantasiosas, la imaginación desbocada que te hace ser una inmadura. Se nota la personalidad de Jane Austen, que procuraba escribir desde el más conveniente realismo y mostrar modelos ejemplarizantes tanto de hombres como de mujeres.

Agradable.

Aunque muchos no lo crean, Jean Austin no es una escritora para nada romántica. En realidad sus libros suponen una crítica en toda regla del romanticismo imperante en aquellos años, inclinándose de largo por la cabeza frente al corazón. De hecho, su descripción no exenta de crítica de la sociedad que vivió la convierten en una de las iniciadoras del realismo literario. Sin embargo, es curioso que las numerosas adaptaciones cinematográficas de sus novelas consigan transmitir aquello que no pretendía la autora, supongo que porque son de época y porque me temo que las alteramos a cosa hecha para hacerlas más románticas y apasionadas de lo que son.

Lo que digo queda perfectamente reflejado en esta "La abadía de Northanger" película con escasas pretensiones pero, no obstante, entretenida. La historia gira sobre la maduración personal de una Catherine Morland, que tiene que evolucionar de una personalidad completamente fantasiosa a un realismo sereno. Con su escrito, Jean Austen nos invita a poner los pies en suelo y dejarnos de ensoñaciones al mismo tiempo que pone en la picota la novela gótica de escritores como Ann Radcliffe, Horace Walpole o Matthew Gregory Lewis, que escribieron historias compuestas a base de terror, fantasía y amor dentro de una imaginaría romántica que incluye paisajes sombríos, bosques, castillos, ruinas abandonadas y mucho exotismo. Como se ve, la novela gótica es de lo más interesante que puede haber.

Sin embargo, a mi la Catherine Morland inicial me encanta, y no sólo por la actriz que la interpreta, Felicity Jones, más bien mona, sino por su personalidad infantil y femenina. Además esa prodigiosa imaginación, esas fabulaciones que la asaltan en cualquier momento, esa capacidad de acceder a un mundo de fantasía transformando por completo la realidad cotidiana más prosaica, me fascina. De hecho sus evocaciones dramáticas son la parte más divertida, con mucho de esta "La abadía de Northanger". De tal modo que esa pretendida evolución no me gusta nada y de hecho prefiero creer que en el fondo ella sigue teniendo ese alma sensiblemente romántica y fantasiosa. Por que mi deseo es que Catherine Morland siga siendo como es al principio, que no cambie nunca.