Un mal día lo tiene cualquiera

Una historia sencilla, cargada de mala suerte y buenas intenciones que durante una noche nos adentra en una vorágine personal corrompida por una serie de situaciones a cada cual más extraña y patética en su intento de establecer una alegoría nocturna que nunca desfallece entre despropósitos ajenos y propios, ya que la suerte no está de su lado precipitando todo el metraje hacia un viaje peculiar, donde todo lo que puede salir mal, sale peor.
Algunas decisiones cómicas chirrían un poco, pero ayuda su falta de presupuesto para contar el relato de manera más creíble e íntima.

Nos presenta a Sonia, una mujer responsable y ordenada que, en una única noche, se ve empujada a desafiar todas las normas que ha seguido durante treinta y seis años. La historia se desenvuelve por casualidades que llevan a Sonia a explorar un lado de sí misma oculto.

La película se destaca como una comedia que se basa en las casualidades y situaciones imprevistas para construir su trama. Cada giro inesperado contribuye a la transformación gradual de Sonia, llevándola a situaciones cómicas y absurdas que desafían su naturaleza controladora.

El guion ofrece una premisa interesante y original, explorando la idea de liberarse de las restricciones autoimpuestas. Las situaciones cómicas se suceden a medida que Sonia se enfrenta a desafíos que la obligan a salir de su zona de confort. La historia ofrece momentos divertidos y reflexivos sobre la autenticidad y la búsqueda de la felicidad.

Ana Polvorosa brilla en su interpretación de Sonia, llevando con habilidad el arco de su personaje desde la rigidez hasta la liberación. Su actuación aporta la dosis justa de humor y emoción, convirtiendo a Sonia en un personaje con el que la audiencia puede identificarse y disfrutar.

La dirección de Eva Hache, aunque muestra entusiasmo y creatividad, exhibe ciertos rasgos propios de un debut en la dirección. Algunos momentos pueden sentirse caóticos y desordenados, pero en ocasiones esta elección contribuye a la naturaleza frenética y absurda de la comedia.

En cuanto al aspecto técnico, la película sigue un estándar básico sin grandes innovaciones visuales. La cinematografía y el diseño de producción cumplen su función, pero no destacan particularmente.

Con un guion original y momentos cómicos, la película logra entretener, especialmente gracias a la actuación destacada de Ana Polvorosa. Aunque la dirección muestra cierta inexperiencia en algunos momentos caóticos, este debut prometedor deja entrever la autenticidad y el potencial cómico de Eva Hache en el mundo cinematográfico.

La figura del director novel mayor de los 45 suele despertar recelos, reticencias, suspicacias. Los motivos tras estas decisiones con tufo advenedizo varían. Está el actor famosete que quiere demostrar que "puede dirigir", el famoso por otros motivos que quiere contar su historia o darse el capricho de dejar su muesca en fin. Lo que no suele haber es un interés sincero por narrar, porque lo hubieran hecho antes. Generalmente el gusanillo se aplaca en una película, o dos. Si, ser el dire mola, pero también tiene un gran componente coñazo que no te cuentan. Asi actores devenidos en directores con mayúsculas tal vez esté Clint, que podría hacer (o haber hecho) lo que hubiera querido en cualquier posición de la industria cinematográfica.

Eva Hache la conocemos, es una tía afilada, rápida, locuaz, inteligente, aguda. Pero ninguna de esas virtudes dicen nada acerca de la capacidad para ponerse a hacer películas, y que se ponga a dirigir a estas alturas huele un poco. Siendo mal pensados podemos pensar que toca este palo porque el humor stand up no está de moda, sus proyectos en tele no han acabado de cuajar y su capacidad como actriz es, bueno, la que es. Así que en algo tiene que entrenerse, no va a vivir de presentar galas que solo se celebran una vez al año. También puede ser que su nombre sea un señuelo publicitario para vender la burra, aunque no es algo que haya hecho a estas alturas descartar nada es tontería.

Su opera prima es, entramos en materia, un "Jo que noche" cañí poco disimulado. La cosa comienza más o menos bién, a la protagonista la pilla por banda una amiga para contarle un asunto de corte sentimental mientras baja la basura y ops, descubre al volver que se dejó las llaves. A partir de ahí ya sabemos, la consabida sucesión de catastroficas desdichas con la crítica a la deshumanización que han traido las nuevas tecnologías.

La propuesta no está mal para debutar, la cinta de Scorsese tiene 40 años y ni siquiera es de las más conocidas, a priori una pelicula sencilla de versionar, o más que Uno de los nuestros. Sin embargo la cosa tarda poco en desinflarse. El desarrollo es torpe, el guión más, las actuaciones son caricaturescas, el reparto muy ajustado, las gracias no acaban de pegar. No solo el talento está racionado, las costuras se ven cosa mala, como si el tema ya en origen poco lustroso hubiese sido rematado a mala leche y con prisas. Si, es una opera prima con todas sus torpezas narrativas y de desarrollo que se pueden esperar, pero no una opera prima donde las virtudes hagan olvidar los defectos y además Hache ya no tiene 30 años como para pensar que tiene años para aprender el oficio. No los tiene, suene como suene, asi que en su capacidad de aprenderlo tampoco hace falta entrar.

Lo mejor diría que es Polvorosa, que está sorprendentemente sobria y alejada de sus histriónicos papeles televisivos. Lo peor todo lo demás, no vamos a entrar tampoco en el tema taquilla que ya puede ser para llorar. Eva, mi mensaje sincero, si fuese tu orientador profesional te diría que te buscases un programa en movistar antes de embarcarte en los años que lleva aprender las mañas de un oficio nuevo.

No sé por qué comparan esta película con "Jo, qué noche". Aquella película era de otro estilo y tenía otras motivaciones. Era una película fresca, misteriosa, incluso sensual. Y esta otra... va de otro rollo.

Si la película pretendía ser cómica, en mi caso ha sido un rotundo fracaso, porque no recuerdo haberme reído ni una sola vez. Pero sí que me ha gustado, porque se hace amena y entretiene.

Iba con prejuicios, porque esperaba ver a "la Lore" de "Aída", pero Ana Polvorosa lo ha hecho bien y no recuerda al otro personaje. Cuando te pasas tantos años con el mismo personaje, es difícil deshacerse de él. Yo cada vez que veo a Jordi Sánchez sólo veo a Antonio Recio. Además, por lo que veo, Polvorosa va levantando cabeza y va consiguiendo papelitos en películas actuales. Incluso de protagonista.

Por lo demás, poco que comentar. Al ser las desventuras de una noche, todos los personajes son accesorios. Quizás, como leí en otro comentario, para la panda de chicas del parque debía haber elegido a actrices más jóvenes. Esa panda ya no tiene 20 años ninguna. Ni 30 tampoco. La parte del teatro vanguardista sí que me ha parecido muy ocurrente.

No va a ganar el Goya a la mejor película del año, pero, oye, ni tan mal.

El guion se nota que es una primerísima versión, la trama transcurre de manera atropellada. No hay ninguna escena que resulte graciosa y el tercer acto, se nota que han pegado un tijeretazo en el montaje, lo cual no entiendo muy bien por qué, ya que no logras empatizar con la protagonista cuando consigue uno de sus objetivos. Se echa en falta que sea un homenaje a la ciudad nocturna de Madrid y los lugares por donde transcurre la protagonista, no te dejan una huella emocional.