La puta del rey

Película algo floja, pero a la vez entretenida a pesar de su lentitud en algunos momentos.

Gran papel a mi parecer el de Valeria Golino que "consigue transmitir" "sus sentimientos".

Todo se centra en el amor y el deseo, de la posible manipulación y de los resultados, el dar sin recibir y el nada me importa si así te tengo conmigo.

PD: Dar las gracias a la sexta3 por ofrecernos variedad de cine y emitir películas con gran expectación y con no tanto interés, como es el caso de esta.

La ví cuando se estrenó, y recuerdo que me impresionó bastante. Como realización quizás no pasa de un 6, pero el modo de explicar un enamoramiento de locos, me parece que está muy logrado. Digo enamoramiento porqué parece un flechazo, una pasión sin mucho raciocinio, pero lo cierto es que dura en el tiempo, y los sacrificios por ese flechazo, podrían aplicarse a un amor más real.
Me parece un símbolo de amor incondicional entre hombre y mujer, a pesar del tratamiento tan raro de la historia, empezando por el título...
Quizás la veré de nuevo, pues veo que está muy poco valorada, a veces de jóvenes nos dejamos impresionar por un descubrimiento sólo porqué sea nuevo.
Pero creo que la impresión que me causó, las escenas finales..., caramba, creo que merecen el 8.

Interesante drama de época y detalladamente ambientado en la Italia de principios del siglo XVIII, durante el complejo reinado del ambicioso pero decisivo Víctor Amadeo II de Saboya y su litigado por el Piamonte contra la poderosa Francia pero como contexto histórico porque la película se centra más en el affaire amoroso del rey italiano con la duquesa francesa Jeanne Baptiste de Luynes en unos tiempos difíciles en que ambos países se intentaban arrebatar sus fronteras . Y la pugna por el Piemonte fue un capítulo clave.

Pero esos hechos acontecieron fuera de palacio y hay que escudriñar en los interiores, en el si de una nobleza sumisa, y no solo la esposa de un hombre de confianza del Rey que le hace de amante. Pero los placeres del Rey están por encima de todo aunque para ello prevalga un romance duradero.

Un guión del mismo director Alex Corti coescrito por Frederic Raphael (Eyes Wide Shut) avala ésta notoria película (gracias a lo alusivo e impactante de su título) y que reune a dos actores de talento algo dudoso como Timothy Dalton (ya hartado de 007 y con tan solo dos películas) y la bellísima pero algo arrinconada Valeria Golino que merecen un aprobado alto en sus respectivos papeles.

El relato de J. Tournier consigue, de la mano de A. Corti, un exquisito tratamiento cinematográfico que seduce gracias a un argumento poderoso (psicológico y demoledor) y al vigor de una construcción fílmica que trasmite todo el peso a unas columnas muy recias: la soltura narrativa, la exuberante fotografía, la ambientación excelente y un más que notable sentido del ritmo y de la descripción.
El entorno áulico se percibe como una realidad turbadora pero inmediata gracias la riqueza de detalles.
Y también como una violencia contenida que surge de la exacerbación emocional.
Mientras tanto, un clavecín desgrana sus notas cómplices en cuyo interior se oculta la semilla del descreimiento.
T. Dalton y V. Golino ejercen como admirables maestros de ceremonias.

Vittorio Amadeo II de Saboya (1675-1732), rey de Sicilia, ascendió al trono con nueve años bajo la regencia de su madre. Al alcanzar la mayoría de edad, Vittorio se atrevió a desafiar a Francia, sufriendo derrota tras derrota hasta quedar Saboya anexionada al reino francés. Recién inaugurado el siglo XVIII, la muerte sin descendencia de Carlos II, rey de España, dio lugar a una guerra por el trono de este país. Frente al poder Borbón se formó una alianza centroeuropea en apoyo del archiduque Carlos, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. En principio, Vittorio Amadeo se puso de parte de Francia, llegando a casar una hija suya con el entronizado Felipe V. Pero cuando Portugal se unió a la Gran Alianza, el saboyano imitó a los lusos, cambio de bando que le valió nuevas derrotas. La guerra finalizó en 1713 con el Tratado de Utrecht, que reconocía a Vittorio Amadeo como rey de Sicilia. En 1718, a consecuencia de otra guerra perdida, permutó Sicilia por Cerdeña, pasando a ser rey de esta isla. En 1728, tras la muerte de su mujer, la salud de Vittorio Amadeo empeoró. En 1730, abdicó en su hijo Carlos Manuel. Ese mismo año, se casó con Ana Teresa de Canalis, que lo obligó a derogar su abdicación, pero Carlos Manuel fue más fuerte y recluyó a su padre, que murió en 1732.

En el apartado sentimental, Vittorio Amadeo se casó en 1684 con Ana María de Orleans, de quien tuvo seis hijos. Durante este matrimonio, tuvo otros dos con una condesa, casada con un funcionario. Tras la muerte de Ana María, se casó con Ana Teresa de Canalis, que no le dio ningún hijo.

Nada de esto se desprende de la película de Alex Corti, aburrida en su presentación, violenta en su desarrollo y grotesca en su desenlace. Con el tiempo, uno ha llegado a tolerar como práctica habitual la tergiversación de la Historia por parte de los vencedores o de los historiadores de pesebre. Pero otra cosa es que cualquier cantamañanas se apropie de personas y hechos de mayor o menor relevancia histórica para ponerlos al servicio de sus devaneos.